Meet me in the woods

1K 116 56
                                    

Noviembre, 2008.

Charlie dejo salir el aire que había retenido en sus pulmones debido al golpe de adrenalina, que le llevó a apuñalar al hombre frente a ella, sentía como su cuerpo temblaba ligeramente en una mezcla de emociones y sensaciones, podía sentir a través del mango de la daga la dureza de la caja torácica del hombre frente a ella, la carne viva que rodeaba al filo de está.

Todo estaba pasando en cuestión de segundos, pero para ella el tiempo se alentó al punto en el que pudo ver como la expresión del rostro del hombre había pasado de una de incomprensión a una de terror y dolor, apretó sus dientes aún de leche tan fuerte como le era posible sintiendo el roce de sus muelas y el ligero rechinar que se producían entre sí.

Charlie retiró la daga del pecho del hombre únicamente para empezar a clavarla repetidas veces, podía sentir el ligero agotamiento y ardor se hacía presente en sus brazos debido a la tarea. Los gritos del hombre eran como un grito sordo en sus oídos, apenas podía percibirlo a pesar de saber que posiblemente este se extendía varias millas en el bosque.

La sangre ya había cubierto sus pequeñas manos, y había empezado a teñir su vestido blanco a uno tan rojo como la misma sangre. Las salpicaduras de está empezaron a cubrir sus brazos y rostro, en este último las gotas lograron colarse a través de sus pequeños y rosados labios, permitiéndole saborear la espesa consistencia y sabor metálico, un tanto salado de la sangre. Se detuvo cuando el hombre se desplomó sobre el suelo, con dificultades para respirar y hablar, hasta que finalmente este dejó de moverse.

Apretó nuevamente el mango de la daga al ver las siluetas y sombras del resto de los hombres aún presentes, sintiendo un ligero ardor causado por la fricción de sus manos contra este, los hombres formaban un medio circuló frente a ella, podía escuchar sus respiraciones y ligeros murmullos, mezclarse con el silencio espectral del bosque que les rodeaba.

— Hahahahahahaha –una risa estridente y distorsionada se esparció rompiendo el silencio, todos los presentes sintieron como el aire a su alrededor empezaba a bajaba varios grados, y a pesar de vivir en una zona cálida eran capaces de ver su aliento y su piel se había erizado de forma notable. Todos estaban congelados en su lugar sin saber de donde provenía aquella risa, que no tardó en ser acompañada por el choque de dos manos aplaudiendo efusivamente.

Charlie percibió algo que se movía a sus espaldas, aquello la hizo girar para ver como una sombra enorme se escondía entre los árboles con dos grandes orbes rojos y pupilas verticales que la observaban a través de la oscuridad. Ahogo un ligero gritó mientras apretaba la daga contra su pecho, su corazón empezó a latir de manera errática al escuchar como la sombra empezó a avanzar haciendo crujir hojas secas y pequeñas ramas en cada paso con el que se acercaba.

Los hombres a sus espaldas gritaron, haciéndola saltar para únicamente ver como eran engullidos por la tierra jalados por tentáculos de color negro, mientras gritaban suplicando por su vida, hasta que fueron tragados por completo y el silencio volvía estar presente con un tono más helado y siniestro, que implantó en Charlie un terror profundo que provocaba el temblar de su cuerpo, que solo empeoraba con el sonido que producían los pasos de aquel ser al caminar.

Charlie mantuvo sus ojos fijos al bosque atenta y atemorizada, hasta observar como de entre las sombras salió un hombre de mucho menor estatura a la que la sombra proyectaba sin aquellos atemorizantes ojos, pero en su rostro se reflejaba una oscura sonrisa, el siguió avanzando hasta quedar frente a Charlie quien en ningún momento aparto la vista de él de forma que observó de manera más detallada el rostro del hombre.

Cabellos castaños cortos y bien peinados, piel trigueña que tenían una apariencia ligeramente más pálida debido a la iluminación tenue de la luna, y que a simple vista se veía suave y tersa, un par de ojos almendrados que se podían apreciar a través de un par de anteojos de armazón redonda, que casi le daban una apariencia normal incluso amable, sus ropas le recordaban ligeramente a la de los hombres de esas viejas películas blanco y negro que solía ver los domingos con su padre.

The Forest [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora