El ladrón juzga por su condición

2 0 0
                                    

"El ladrón siempre juzga por su condición". Que frase más antigua, y más cierta, uno puede analizar los juicios de una determinada persona y conocerla muchísimo más de lo que ella misma se conoce, todo en función de como juzga a los demás. La cosa es que para bien o para mal, todos juzgamos, y todo el tiempo. El que me diga que no lo hace, está mintiendo.

Mi historia, se divide en dos. El primer episodio, transcurre un día en el que mi progenitora, tenía un pequeño problema con su celular. Resulta que no podía realizar llamadas, el equipo no funcionaba correctamente, mi padre, le dijo, que si lo reseteábamos a estado de fábrica, volvería a operar con normalidad. Luego de hacer copia de seguridad, en la nube, de los contactos, decidí realizar el formateo. Hasta aquí todo bien, el teléfono podía realizar llamados otra vez.

Fue entonces, que tuve la mala idea de preguntarle a mi madre, cuál era su cuenta del teléfono, ya que la necesitaba para restaurar las aplicaciones, y contactos. Resulta que no se la acordaba. En ese momento, yo me enojé y mucho, porque le había dicho anteriormente, y repetidas ocasiones, que debía acordársela ante cualquier inconveniente que pudiese llegar a tener. Luego de varios intentos, a prueba y error, entre mi papa y yo, logramos restablecer los datos.

Si yo no hubiera pensado que la señora, iba a recordar su cuenta, porque yo si lo hacía con la mía, mi padre y yo, nos hubiésemos ahorrado uno o varios, dolores de cabeza, por la supuesta "macana" que habíamos cometido.

La segunda parte, transcurre un tiempo después, un día en el que me encontraba otra vez con mi mamá. Estábamos hablando de los rumbos que uno pueda llegar a tomar a lo largo de la vida, de saber lo que uno quiere y perseguir ese objetivo hasta alcanzarlo.

Yo, para ese entonces, me mostraba muy maduro y muy seguro, diciendo que en lo particular, si lo tenía claro y que me daba mucha pena la gente que no estaba definida, la que no tenía un camino con una meta trazada, porque significaba que para ellos, todo era más difícil. Luego de pronunciar estas palabras, di una serie de nombres, a mi entender, eran personas que los dos conocíamos, que se encontraban en esta situación.

Resulta que al verlo con detenimiento, unos días después, entendí que si bien si me daba pena la gente que no tiene un rumbo definido y que si bien si era cierto que las personas que había nombrado, tampoco lo tenían. No era cierto que yo si lo tuviera. La realidad es que yo bien podría haber sido un nombre más en esa lista.

Estos dos hechos puntuales, me sirvieron para corroborar lo que siempre había afirmado, que todos juzgamos según nuestra condición. A la hora de juzgar, todos pensamos que los demás son como nosotros y prevemos que ante cualquier situación reaccionen como nosotros lo haríamos.

No voy a decir que voy a dejar de juzgar porque es imposible, pero lo que si aprendí de estas dos situaciones es que antes de realizar cualquier juicio de valor sobre otra persona, hay que realizarlo sobre uno mismo, para posteriormente, poder analizar si nuestro juicio era acertado o no.  

El ladrón juzga por su condiciónWhere stories live. Discover now