En la guarida del león ౄ Kookmin ♡

Capítulo 5

Las siguientes veinticuatro horas pasaron más rápido de lo que creía posible, gracias a Jungkook. Estaba preparado para este tipo de cosas y tenía un alijo de comida para nosotros. Él me prestó un libro de su colección, y tenía una taza de repuesto para que yo obtuviera agua del fregadero.

La celda estuvo fría durante todo el día y nunca pareció calentarse, incluso a la mitad del día. Me quedé acurrucado en mi litera con mi manta envuelta alrededor de mí y leí una aventura de acción sorprendentemente buena. Habían pasado años desde que había leído una novela. Lo estaba disfrutando tanto que nunca noté que el día estaba menguando, hasta que no pude ver las palabras en la página en las sombras en la habitación.

No estaba cansado ya que no había hecho nada en todo el día, sino sentarme. Jungkook había mencionado que probablemente no tendríamos luz esta noche ya que los guardias todavía nos estaban castigando. Volví a envolver mi manta a mí alrededor y me dejé caer sobre mi almohada, pensando que intentaría dormir, si no hubiera nada más que hacer. Estaba decidido a descansar mientras pudiera. A pesar de que tenía frío y mi hambre regresaba con un pequeño mordisco en mi barriga, me las arreglé para caer eventualmente.

Lo que tenía que ser horas más tarde, un fuerte sonido de golpeteo me despertó de un sueño profundo. No pude ubicar el sonido, pero estaba muy cerca y resonaba en mi cráneo como un martillo neumático. Me dolió la mandíbula, y seguí sacudiéndome involuntariamente. Abrí mis ojos, y la oscuridad absoluta me consumió. No pude ver nada más que la ausencia de toda luz. Todo lo que pude sentir fue un frío indescriptible.

Mi manta se había enredado a mí alrededor en mi sueño inquieto, pero incluso cuando intentaba volver a colocarla, no podía deshacerme del congelamiento que me envolvía. Cuando los minutos pasaron y poco a poco me di cuenta de lo que me rodeaba, me di cuenta de que hacía mucho frío aquí. Me estaba congelando aquí.

Como niffling, un cambiante sin cambios, había cosas que no podía hacer que los cambiantes normales daban por sentado. Podían escuchar los sonidos más pequeños, el peligro por el olor, las mentiras y el miedo. Y podrían regular su temperatura. Los cambiantes normalmente corrían mucho más calientes que los Otros y los humanos. Y los niffs no podían regular su temperatura en absoluto. No me puse más caliente, no pude aumentar mi temperatura interior para contrarrestar la temperatura de congelación en mi celda. No estaba siendo dramático. Me estaba congelando hasta morir.

Mi entrenamiento médico me enseñó que necesitaba ayuda, o no duraría la noche. No tenía idea de lo frío que estaba, pero cuando las nubes se separaron y la tenue luz de la luna finalmente comenzó a derramarse por la ventana trasera, pude ver un espeso vapor saliendo de mi nariz y boca con cada respiración. Intenté moverme, levantarme y correr en mi lugar, cualquier cosa para aumentar mi temperatura, pero esperé demasiado. Estaba rígido. Mis músculos no reaccionaban cuando mentalmente les ordené que se movieran. Aparte del parloteo constante de mis dientes, que era el ruido que me había hecho despertar, no podía oír nada. Después de la forma en que Jungkook me había hablado después de nuestro primer encuentro sexual y la distancia que había puesto entre nosotros emocionalmente, si no físicamente, estaba renuente a pedirle ayuda. Sin embargo, no tuve otra opción, si quisiera vivir.

Entonces un pensamiento apareció en mi cabeza y no desapareció. ¿Quiero vivir?

Esa fue la pregunta del millón, ¿no? Consideré mi situación. Yo estaba en la cárcel. En una celda con un hombre que juró protegerme por un minuto, me utilizó de maneras deliciosas y luego se retiró emocionalmente. Si él usara mi vulnerabilidad emocional contra mí todo el día, todos los días, no pensé que sería capaz de decir la verdad a través de las mentiras con el tiempo. Aprendería mi lugar, me convertiría en lo que él quería que fuera y me perdería por salvar mi vida. ¿Valió la pena?