Piezas rotas

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Si me pides que me describa te diré que soy la persona más insegura del mundo: Suelo dejarme llevar demasiado por la opinión de los demás, porque anhelo ser el modelo socialmente aceptado.

Te diré que soy perfeccionista. Y a pesar de que no me gusta compararme con los demás, quiero ser la mejor en todo; que cuando algo no me sale a como quiero, me odio a mi misma y me empiezo a atacar; que cuando algo me sale bien, (a como lo planeé) me siento insuficiente y creo que debí hacer más.

Te diré que me rechazo a mí misma, que no me gusta mi cuerpo, que no me miro al espejo ni me digo cuánto me amo.

Te diré que soy fría, distante, cortante; que me enojo fácilmente, que río por todo y que lloro por todo.
Te diré que me río de mis desgracias. Que me siento patética cuando empiezo a enamorarme porque siempre me fijo en la persona incorrecta y no quiero tener sentimientos por nadie.

Te diré que no soy 100% saludable, que cargo muchas enfermedades físicas y espirituales sobre mí. Y que muchas veces no me creen porque piensan que es un simple berrinche. Porque es fácil juzgar cuando no sabes lo que siente el otro.

Te diré que fingí estar bien, varias veces, cuando por dentro sentía morir.
Te diré que soy el tipo de chica que prefiere encerrarse en su cuarto y leer libros antes que salir a la realidad que me golpea en la cara y me dice que sonreír no es para mí.

Te diré que odio mi sonrisa, que odio los abrazos, los besos, las muestras de cariño y las palabras bonitas, porque siento no merecerlas.

Te diré que no me gusta que me digan que soy bonita, porque no creo serlo. ¡Odio que me mientan! Odio que digan quererme solo para no hacerme sentir mal.

Te diré que enfrenté al mundo con una sonrisa y le saqué risas a muchos, cuando sólo me quería convencer a mí misma de que podía ser buena y merecía ser feliz. ¡Pero no! Fue un intento vano. No lo logré. Siempre me reprimo por el pasado.

Te diré que me sentía hermosa cuando me lo decían los demás, pero no me lo creía.

Te diré que con el alma rota, he perdonado muchas fallas de quien más me debió amar.
Si me pides que me describa te diré que cuando alguien me pide su amistad yo se la ofrezco, pero si me empiezan a querer, me empiezan a apreciar demasiado, los alejo de mi porque no me gusta ser alabada, ni halagada.

Te diré que no me gusta hablar con gente que se conduele de sí misma para causar lástima en los demás, que me aburren las pláticas cortas. Las personas que no son positivas no me gustan, pero las acepto. Se que cargan con un dolor que desconozco.
Te diré que odio el chisme, odio las intrigas, las mentiras, las frases repetidas. Te diré que amo los clichés, y que los odio también.

Te diré que mis penas no se las cuento a nadie porque odio que sientan lástima por mí, e irónicamente yo soy quien más lástima se tiene.
Te diré que no puedo mentir, que no puedo querer fácilmente, pero me encariño rápido cuando alguien se gana mi corazón.

Te diré que entrego todo lo que soy cuando quiero de verdad. Te diré que me aferro a Dios, pero aún no me siento merecedora de su amor.

Te diré que odio las conversaciones cortas, amo la profundidad, porque siento que entrego mi alma a través de palabras. Te diré que conmigo empiezas hablando de átomos y terminamos hablando de constelaciones.

Te diré que con una mirada me descubres, porque soy transparente al hablar y me gusta ver a los ojos al emisor. Te diré que soy difícil de descifrar, que soy un reto, e infinita como la arena del mar. Así soy.
Si me pides que me describa no te diré nada, porque es tu trabajo descifrarme. ¿Te atreves a amarme a pesar de ser así? ¿Te atreves a aceptarme como soy? ¡No mientas! Eso ni siquiera yo lo he logrado.

Hazel.

Añicos de Cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora