Hoy entraba a mi último año de la secundaria, y que mejor manera de empezar el día que con buen grito de tu mamá diciéndote “Levántate, idiota, o llegaras tarde” Pase unos minutos más en la cama, no tengo ni las más mínimas ganas de levantarme, en tan solo pensar en verle las caras a todos esos estúpidos llamados “estudiantes” y a esos idiotas llamados “profesores” me arruina el día.
Tome la decisión de levantarme e ir directamente al baño, me desvestí y entre en la ducha. Al abrir el grifo salió una cascada de agua fría. Perfecto, mi madre se gastó el agua caliente. Salí del baño temblando. Ya enfrente del armario, agarre lo más cómodo y abrigado posible, tal vez suene un poco raro pero, yo siempre tengo frío, puede estar haciendo un calor insoportable pero yo estaré muerta del frío. Cepille mi cabello y baje a la cocina, ahí se encontraba mi madre, estaba haciendo el desayuno.
- Buenos días, cielo.
- No sé qué tiene de buenos – Dije con molestia en mi voz. Digamos que tengo un humor pésimo por las mañanas.
- Oh cariño, claro que tiene de buenos, entraras a una nueva etapa en tu vida, deberías estar feliz- Voltio la tortilla.
- Claro que estoy feliz, mira mi sonrisa – Sonreí lo más grande que pude, hasta creo que me parecía al gato de “Alicia en el país de las maravillas”.
- Esta bien, basta de quejas y come tu tortilla – Me entrego un plato con mi desayuno.
- Gracias, mamá.
- De nada, cariño – Le hecho una mirada a mi atuendo – ¿Qué tienes con la ropa de color negro? Siempre me lo he preguntado.
- Mamá, no vayas a empezar – Puse los ojos en blanco.
- Pero, ¿Por qué no usas colores más alegres? Podrías usar faldas, camisas con escotes, zapatos de tacón… Ser más femenina.
- Si ser femenina es vestirme como una puta, no gracias.
No entiendo que tiene mal mi forma de vestir, solo porque use ropa nada más de color negra, gris o blanca no significa que este mal. Hoy llevaba puesto unos jeans negros, suéter largo color gris y converse blancas, no está mal, ¿o sí? Lo que tenía un color llamativo era mi mochila, que es completamente dorada (Me la compro mi madre). Usaba unos aretes muy pequeños de color plateado y una cadena del mismo color, la cadena tiene un dije en forma de llave. Puede parecer algo estúpido y cursi pero esa llave simboliza la llave de mi corazón, quien tenga la suerte o la oportunidad de encontrar la puerta en medio del todo el laberinto, se la daré. Aunque será algo difícil encontrar a esa persona ya que no creo en el amor.
Al terminar de desayunar me levante y agarre una manzana que estaba en la cesta de la mesa, me despedí de mi madre y me fui en rumbo hacia el instituto. Pero antes de retomar mi caminata al instituto, conecte los auriculares a mi teléfono, a los pocos segundos mis oídos estaban siendo llenados con la melodía de la música de los Arctic Monkeys.
Al llegar al instituto no sucedió nada nuevo, miradas aterradoras, personas alejándose de mí, lo típico. A algunas personas no les gusta esa forma en que reaccionan las personas hacia ti, pero a mí sí, soy una persona de muchas palabras, con un humor pésimo, problemática y algo impulsiva, bueno, muy impulsiva. Tomo decisiones sin pensarlas, a causa de esto he tenido muchos problemas a veces hasta muy conflictivos, pero prefiero ser así, decir lo que pienso y actuar sin pensar, no me gusta quedarme con la duda de “Y si…”
