¡Jaque Mate!

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En la academia había un completo carnaval. Glifos, Elfos, Hadas, semihumanos, enanos y dragones de biblioteca. Gente gritando de alegría. Otros contando anécdotas de estos años de guerra, y en medio de todo se encontraban Lía y el aprendiz de Lux carrier.

—Hey, Richy, ¿todo lo que hiciste contra Kaiser ya lo habías practicado? Nunca te había visto conjurar tan bien. —preguntaba Lía.

—Transper y Neusi me ayudaron. Me acerque el tiempo suficiente como para solo aprenderme de memoria los hechizos. Sinceramente fue instinto. Voy aprendiendo que esto del lux carrier se me da solo cuando me dejo llevar. Sé que todo estará bien. No importa cómo termine.

Las sospechas eran ciertas. Para Lía no había entrenado nada, su manera de decir las cosas era muy crédula. Ciertamente estaba enojada y preocupada. Para ella la captura de Kaiser fue pura suerte.

—Como lo supuse. Kaiser es muy serio cuando se trata de ser capturado. Su nivel de magia es otro.

Richard comenzaba a desarrollar ego:

—No me subestimes. Lo tenía bajo control.

—¿«Tenerlo bajo control»? ¿Tenerlo bajo control para ti es arrojar todas tus esperanzas al vacío y esperar a que regresen victoriosas?

Entonces Lía recordó a su madre gravemente cansada en las ruinas oscuras y a su padre ayudándole. Lía comenzó a levantar la voz.

—¿No te das cuenta de que Kaiser se dejó atrapar? ¡Esto es muy sospechoso!

—Tal vez si tuvieras el poder lo suficientemente necesario para comprenderlo, no estarías preocupada por algo que desconoces.

Lía no podía creer lo que le había dicho. Se quedó sin palabras, pero palabras lógicas, sin coraje, sin furia. De aquellas otras tenía bastantes, para escribir un libro.

—¡¿Qué Rayos te sucede, Richard?!

Dio media vuelta. A paso firme y rápido, se alejó del lugar en busca de Cleir.

Una vez que Lía estaba fuera de la zona superior, el olor era completamente distinto. La gente estaba muy distraída como para notarlo. Las personas que convivían diario con este aroma lo sabían: demonios cerca.

A lo lejos se apreciaba una gran precipitación que no tardó en ser descubierta por la gente cerca de ahí.

—¡Lárguense de aquí! ¿¡qué esperan?! —gritaba un hechicero que sabía lo que estaba por pasar.

Una gran oleada de esbirros de los tenebris estaba en dirección al festival.

No tardó nada en desarrollarse grandes tumultos de presurosos indefensos intentando salvar sus vidas. Creaban un contraste a comparación de Richard que se estaba preparando para dar golpes al por mayor.

Por otro lado, abajo de la academia, fuera del salón de la perla negra, se encontraba Cleir, cerrando mágicamente la cerradura.

Lía llegó casi resbalando y muy angustiada:

—Sra. Wishdom, necesito confesarle algo, es importante.

Por supuesto Cleir la recibió como es debido.

—Adelante, ¿qué sucede?

—Tal vez al principio fueron sólo mis pensamientos, pero después de hablarlo con Richy llegué a la conclusión de que...

Entonces una voz familiar se escuchó en el lugar haciendo continuación al miedo de Lía. La luz del pasillo se atenuó.

—¿Llegaste a la conclusión de que todo esto es una trampa y sus esperanzas están a punto de ser drenadas por un millón de demonios esbirros dentro y fuera de la academia?

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora