5. Escondite.

1.1K 144 29
                                    

Llegamos a mi casa y bajo de Bumblebee, bostezando en el acto.

—Apuesto que estás más cansado que yo, —le digo. —deberías descansar un poco.

Él se transforma y activa el cañón.

—Necesito estar alerta... —dice.

—Vamos, estamos en medio de un bosque sin importancia de Oregón, nadie vendría aquí —hablo. Él me mira de arriba a abajo. —Si nadie nos pilló en la pista, con el sonido del motor y la música, no te encontrarán aquí —lo miro mientras vacila. —Vamos —digo dulcemente. —Descansa un poco.

Me mira y se transforma en su forma de coche. Sonrío-

—Nos vemos mañana —aseguro. —...Rubiales —susurro.

—¡Te he oído! —grita. Yo rio. —Pequeña humana insolente —responde con un volumen bajo.

—¡Escuché eso! —le grito de vuelta. Rio y entro a mi casa.

Me cambio de ropa y me meto en la cama. No me había reído tanto en un día desde hace muchísimo tiempo.

Es bueno tener compañía.

[***]

De nuevo el sol golpea directamente sobre mi cara. Gruño y me giro.

Otro día normal y corriente, común.

¡Espera!

¡Bumblebee!

Salto de la cama y me pongo una chaqueta, rápidamente me pongo los primeros zapatos que encuentro. Corro hacia la puerta y me detengo allí, respiro hondo y abro la puerta. Ahí está. El Camaro con rayas.

—¡Buenos días! —digo. Él no dice nada. Juguetonamente pongo los ojos en blanco y entro de nuevo a mi hogar, me preparo un desayuno rápido; cojo el plato y un vaso de leche, saliendo de nuevo. Los dejo en la escalera y me siento allí mismo.

—¡Oye, Rubiales! ¡Despierta! —hablo lo suficientemente alto para que él me escuche. De repente, el motor ruge y se transforma rápidamente, activando sus cañones y mirando a su alrededor. Me levanto de golpe. —¡Wow! ¡Oye, B-bumblebee! Cálmate, e-está b-bien... p-puedes bajar... eso —hablo levantando mis manos y luego apuntando a su cañón.

Él me mira.

—E-está bien... No hay ningún peligro... —sigo diciendo mientras hago gestos con mis manos para que se calme. Da otra vuelta a los alrededores y guarda su cañón. —L-lo siento... no quise asustarte... lo siento —digo. —No volveré a gritar mientras duermes... lo prometo — él asiente lentamente ante mis palabras y se sienta en le suelo.

—Sobrereaccioné... no quise asustarte —dice.

—Oh no, está bien —respondo. ¿Qué lo mantiene tan alerta? Estamos a salvo... ¿no? No preguntaré por ahora. —Está bien... Por ahora puedes estar seguro de que no hay nada malo, por ahora... estamos a salvo —aseguro, pero algo me dice que solo será "por ahora"...

Él asiente mientras mira hacia arriba. Me viene una pregunta a la mente.

—Oye, hmm... ¿Entrenabas desde que eras niño? —interrogo. Él asiente. —Eso significa... ¿nunca jugaste a ningún juego o algo así?

Mueve la mano, como diciendo "solo un poco".

—Wow... ¿no jugaste a algo como...? No sé, ¿al escondite?

—¿Escondite?

—Tío, no tuviste una infancia en condiciones —le digo mientras me siento y empiezo a comer. —Cuando termine de desayunar vas a jugar conmigo, ¿de acuerdo?

Una simple humana | TransformersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora