Dreams · Minsung

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Después de eso intente volver a dormir pero sólo lograba volver a escuchar su voz una y otra vez. Después de un rato me rendí y decidí escuchar música en lo que llegaba la hora para tener que ir de nuevo a ese infierno llamado escuela.

-Esto es un asco ¿Cómo es posible que después de tanto tiempo aun me tengas sin dormir Lee Minho?- Dije bajito mirando fijamente el techo mientras se reproduce Feel Special.

Joder todo me recuerda tanto a ti estos últimos días, me quite los audífonos y puse el celular a un lado.

-Me siento tan cansado- suspiré revisando por enésima vez la hora. Ya que tengo que estar en la puerta de la escuela al menos antes de las siete, y ya me siento bastante agobiado de no saber que hacer porque ya no puedo dormir. Ganas de llorar por la frustración y por lo que soñé no me faltan, pero me prometí a mi mismo no volver a llorar por nada que sea relacionado con el.

5:18

Mierda si que hoy será un día bastante largo.

🌼

-Te ves del asco- dijo el chico de ropa totalmente negra al ver a su mejor amigo ojeroso, desaliñado y sobre todo cansado sentado al fondo del salón con la cabeza recostada sobre una banca.

-Oh no me había dado cuenta, gracias por mencionarlo bro- dijo en un tono sarcástico el castaño.

-¿Te ves de esta forma por el mensaje que me mandaste antes de que amaneciera? Porque si es por eso tu día está completamente jodido- el pelinegro no hacía más que empeorar el ya mal humor de el me alto.

-¿Tu crees que me gustaría soñar con Minho? Después de meses que me tomo mi intento de superarlo- cuestionó frustrado.

-Ya lo siento Ji pero sólo estoy siendo sincero, créeme que yo también he pasado este tipo de situaciones, y el aceptar la realidad es lo mejor que puedes hacer- le dijo ahora de manera más suave, intentando controlar sus palabras para no dañar al chico que tiene alado.

Pero al parecer ya era bastante tarde, pues en cuanto termino de decir eso Jisung se levantó de su asiento y se fue de ahí sin decir ni una sola palabra.

Todo ese día no dejó de dar vueltas en la cabeza del castaño, el recuerdo de la dulce voz del chico que más amó, sus caricias y momentos juntos que más apreció.