Recuerdo Uno: Un Barco de Plástico

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"Los niños perdonan y olvidan rápido, decían; -¡Que mentirosos son! Me duele un poquito el pecho aunque no sé si es el corazón."
Liam Ponce - Libro Rojo 1

Era julio del 2004, el invierno era algo leve por la canícula que se aproximaba del mes de agosto, frías corrientes de viento acaraciaban el rostro y las ramas de los árboles, pequeñas gotas de lluvia caían por momentos haciendo que las ventanas de los hogares se pusieran algo pañosas, los niños con su grata imaginación se acercaban a dibujar en ellas aunque se volviese a borrar.

La casa de los Ponce era inundada por una risita de Liam, se escuchaba por todos lados, jugaba con su hermano mayor, Martín.

-Pium, Pium- simulaba Liam el sonido de una pistola láser -¡A ver, Capitán Martín tienes que protegerme, soy menor que tú!

-A ver, enano- Respondió Martín en tono de burla -, ¿Como qué tengo que protegerte si soy tu enemigo?

Liam hizo una mueca mostrando sus pequeños dientes en señal de "Tienes razón, soy un tonto". Su hermano mayor soltó una carcajada, se acercó y revolvió su cabello.

A pesar de que Martín era medio hermano de Liam, le protegía demasiado, era muy cuidadoso y atento a lo que fuese a suceder a futuro. Muchas veces fue ofendido por su padrastro pero no le importó, el amor que sentía por su madre era más fuerte que cualquier ofensa. Quizás... quizás por ello, los hermanos Ponce siempre fueron marcados como una línea de personajes fríos, no porque quisieran, sino, porque su infancia se encargó de congelarlos de a poco.

-¡Martin, Liam!- Se escuchó la voz de la señora Ponce desde la cocina. -Lavense las manos que ya es hora de comer.

No era una gran temporada para aquella familia, la señora Ponce lidiaba con el embarazo de su tercer y probablemente último hijo, con Martín y Liam. Era una onda de estrés. Los vecinos a diario criticaban o se les escuchaba decir "Pobre mujer" o "Que cobarde". Pasaba por un fuerte proceso de depresión, Martín solo intentaba ignorar, y Liam con su inocencia se preguntaba a diario porque su mamá tiraba con fuerza su cabello hasta arrancarlo, ó por qué a menudo su mamá lloraba, era una orda de situaciones sin explicaciones, confuso para un pequeño niño y estresante para un adolescente.

Mientras ambos chicos estaban en el lava manos, Liam quedó observando a Martín por varios segundos hasta que decidió preguntar: -Oye, Martín ¿Por qué mamá arranca su cabello y a veces llora?

Martín ante tal pregunta, asombrado parpadeó rápido mientras en su cabeza se formulaban miles de respuestas para suavizar el momento.

-¿Sabes o no, Martín?- Preguntó nuevamente Liam.

Martín solo forzó una sonrisa y con su dedo índice enjabonado dió un "tick" en la nariz de Liam y suspirando soltó un -No te preocupes, seguramente solo son dolores de cabeza. Ya sabes, quizás sus pies duelen por qué anda esa gran panza en la cual va nuestro próximo hermanito. - Enjugó sus manos y con una pequeña toalla que yacía en el lava manos limpió el jabón de la nariz de Liam.

-¿De verdad crees que es eso?- Preguntó con insistencia Liam. -Papá la vez pasada con un cinturón golpeó su espalda, me asusté muchísimo creí que iba a morir porque cayó tirada a la cama.

-No- Respondió con más seguridad Martín, su ceño fruncido se hizo evidente tras escuchar lo que Liam le comentó. Sí, había visto muchas veces algo así, pero no soportaba que Liam tuviese que pasar tan salvajes peleas a cada momento. -Todo está bien, Liam. Anda, seca tus manos y vamos a comer que se enfriará la comida.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2023 ⏰

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