– ¡Kaky! ¡Kaky! - Grito el pequeño Vandal de tan solo 13 años. – ¡Mira esta flor, Kaky! ¿A qué es hermosa?
– No lo dudo. Es muy hermosa, VANDAL. - Contestó el pelirosado con una sonrisa melosa tomando el Girasol que el pequeño chico de sudadera color celeste le había entregado.
– ¿Sabes como se le llama a esta hermosa flor, Kaky? - Preguntó con entusiasmo Vandal, cortando más y más flores.
– Si lo sé, se llama girasol. - Contestó ayudando a Vandal. – Pero como es igual de grande como tu sonrisa, igual de brillante que tu gracia y tú risa. Yo digo que deberíamos llamarla Vandal. – Respondió la pregunta del castaño con un rubor que en ambos chicos aumentaba, conforme Kaky seguía hablando. Ambos rieron de manera dulce, en ese día algo en esa amistad cambió, para bien.
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Los años pasaron, Kaky y Vandal vivían juntos en una casa bastante simple pero a la vez amplia y cómoda. Eran pareja después de años, años de amarse mutuamente. 4 años, siendo una pareja tan tierna y amorosa que parecía una fantasía.
Era su aniversario, Vandal estaba en cama aún dormido con pequeños rayos de sol cubriendo su suave rostro, en eso se escucha la puerta abrirse con sigilo, una voz llamó por Vandal pidiendo de manera amorosa que despertará.
–Vandal, honey, wake up. - Le dijo en Inglés moviendo a su pareja suavemente haciendole despertar.
–Good Morning, Kahy. - Dijo Vandal tallado sus ojos aún algo dormido. – ¡Feliz aniversario, Sunshine! - Se lanzó a este con sus energías de siempre tirándose a su actual novio formando un tierno abrazo.
– Te tengo un regalo, Vandal.
– ¿Así? ¿Qué cosa? - Se emocionó, como si de un niño en la mañana de Navidad se tratará.
–Bueno, ¿Recuerdas aquel campo de girasoles? ¿Ese lugar donde pasamos tantas cosas inolvidables desde nuestra niñez?
– Ajá, ¡Claro que lo recuerdo! Pero, ¿A qué viene todo esto?
Después de aquella pregunta que Vandal soltó, Kaky se dirige al otro lado de la cama donde Vandal estaba dando a observar que el cuarto entero estaba lleno de Girasoles, recreando aquel campo de flores tan importante para ellos dos. Kaky se inco en el suelo, sacando una pequeña cajita de color amarillo. La abrió dando a ver un hermoso anillo de compromiso.
–¿Te casarías conmigo, Vandal?
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