Estaba sentada en el incomodo mueble de la sala del apartamento de mi novio, el se esta dando una ducha, inconcientemente me lo imagino desnudo, jo*der, estoy caliente de nuevo, menos mal que el grueso sueter de cachemir que llevo puesto cubre lo sufiente como para que no se noten mis pezones ya erguidos, tengo ventiun años y aun soy virgen, la razon es muy simple,mis padres son muy religiosos me criaron en un ambiente en donde las relaciones sexuales solo ocurren entre personas casadas, de la misma manera ocurre con Justin mi novio, igual es virgen, incluso en nuestro primer año juntos me regalo un anillo de pureza
lindo, no?
pero lo malo de esto esque justin es increiblemente ardiente y saber que todo lo que podemos hacer es besarnos, me decepciona un poco, no me malinterpreten, la paso genial con justin pero toda esta tension sexual se me esta haciendo insoportable, cansada de esperar me escabullo a su habitacion para ver si ya termino de arreglarse he irnos al jo*dido cine.-justin, estas listo cariño?-pregunte abriendo la puerta, pero la escena que me encontre hizo que mis bragas se volvieran a humedecer
justin se encontraba solo con un boxer que delineaba perfectamente su...
dulce Jesús
al percatarce de mi presencia, justin me miro sorprendido y casi de inmediato su mejillas se tornaron rosas, estaba avergonsado, juntando una voluntad casi inhumana sali del cuarto y cerre la puerta, analize las imagenes en mi mente, justin con su perfecto cuerpo de dios griego con su cabello humedo y semidesnudo, Dios, deseaba a mi novio y mucho, lo nesecitaba en cuerpo y alma solo para mi
en unos días sería el cumpleaños de justin y que mejor fecha para darle un regalo que nunca olvidará.