O4. CAMILLE

2.5K 249 12
                                    

MILLIE

—¡No, papá! No estoy con ningún chico, estoy en casa de una amiga, me quedé a dormir, si... ¿Maddie? Se fue con Jake, ajá, si... Adiós, bien, los veré más tarde —se escuchó de afuera la voz de la pelirroja, Sadie no estaba a mi lado como lo recordaba.

Me estiré y un bostezo salió de mi boca con pereza, no quiero levantarme, miré la hora 10:34 a.m. Tomé entre mis manos mi rostro y me acaricié la frente con dolor, mi cabeza estaba que explotaba.

Sadie entró unos segundos después vestida como en la noche anterior, tenía el cabello un poco esponjado y sus mejillas levemente ruborizadas.

—¡Hey! —dije y ella me sonrió.

—Hola, ¿te duele la cabeza? —yo asentí con una mueca, ella fue hasta su bolso, adentró su pálida mano dentro de este y segundos después salió con unas píldoras —¿Quieres?

Asentí, caminó rápidamente hacia mí y la depositó suavemente en la palma de mi mano, sus dedos estaban algo helados por el clima.

—Solo procura desayunar primero... Éstas hacen que te duela el estómago si las ingieres con el estómago vacío —asentí con una sonrisa.

—Gracias, supongo que el desayuno ya está listo, ¿quieres desayunar afuera o en el comedor? —pregunté y ella se encogió de hombros —bien, acompañame, linda.

Me puse de pie y me puse mis pantuflas con un conejito, mientras iba bajando las escaleras con la píldora en mi mano, observé a Mary Abels, mi nana, ella era mi madre su sangre no corría por mis venas pero era de mi familia, mamá y todos lo sabían.

—Oh... Cariño, mal día para que tu amiga se haya quedado a dormir, tu madre ha llegado con anticipación y temo decirte que no viene sola, está furiosa. ¿Quieres que lleve tu desayuno al patio trasero? —asentí con una mueca, miré con pena a Sadie y ella me sonrió despreocupada.

Genial, Mary también ha olvidado mi cumpleaños, digo... De mamá no me sorprende en lo más mínimo, de ella sí.

—Vayan afuera, ahora enviaré a David —David Williams era el mayordomo y chófer de esta familia. También era muy apegado a mi y a mamá. Asentí y salimos por la puerta que está por la sala.

Gracias al señor, hoy estaba nublado, por lo que no nos molestarían los rayos de sol.

Nos sentamos en la mesa para exteriores que estaba en el jardín. Sadie tomó asiento frente a mí con una sonrisa algo incómoda.

—¿Estás bien? Lo que digo Mary... Mamá es de carácter fuerte y su novio es solo un engreído más, no sabía que vendrían hoy, ellos llegarían el martes en la tarde. Sorpresas de la vida, ¿no? —dije y ella soltó una risita.

—No te preocupes, gracias por dejarme desayunar aquí.

Quedamos en silencio unos segundos, David llegó con dos bandejas de color plata, una la puso para mí y otra para Sadie.

—¡Gracias! —dije al igual que Sadie.

—De nada, mocosa, esperen aquí, traeré algo especial —asentí y comencé a comer esa tostada, Sadie comenzó por la fruta y el yogurt.

Volteé a mi derecha y venían David, mamá, su tonto novio y Mary con una tarta de chocolate entre sus manos con una vela encendida en medio. Sonreí alegremente y esperé a que llegaran acá.

—Felíz cumpleaños, cariño —mamá me dio un ruidoso beso en la mejilla e hice una mueca por el repentino cambio de humor, supuse que era porque Sadie estaba aquí, la pelirroja aguantó la risa, al igual que Mary.

Mary y David me felicitaron también.

—¿Quién es ella? —preguntó el novio de mamá.

—Mi novia —Dije con diversión, Sadie casi escupe el yogurt mientras trataba de no ahogarse, y David nos miró a ambas negando con un semblante divertido.

—¿Y Finn? —preguntó mamá y puso la tarta en la mesa.

—No lo sé, tampoco me importa.

—Deberías darle otra oportunidad —dijo y agitó su melena castaña.

—¿Sabes qué? Tienes razón... Ahora, ¿no tienes cosas que hacer? Quiero hablar con mi amiga —mi mamá sólo puso sus ojos en blanco y se fue con su novio a los segundos.

Mary y David estallaron el carcajadas cuando mamá estuvo lo suficientemente lejos.

—Creo que nosotros también te dejaremos sola, pequeña, te queremos, que disfrutes este día —Mary besó mi mejilla y ambos se fueron.

. . .

—Vaya, me encanta tu sentido de la moda —la pelirroja tomó un vestido y lo vio detenidamente con una pequeña sonrisa.

—¿Quieres algo de ahí? Creo que somos de la misma talla.

Sadie rió y negó. Colgó los vestidos en sus respectivos lugares con rápidez mientras yo la observaba recostada en la cama. Después ella se recostó a mi lado mirando el techo al igual que yo.

—¿Cómo es que Finn nos terminó uniendo de alguna forma? —pregunté. Y ella solo suspiró e hizo un gesto divertido, la miré de reojo y sonreí.

—¿Nunca te lo conté, no? —negué y ella asintió —Maddie me dejó en un círculo de chicos que hablaban tranquilamente, Finn hizo que me sentara a su lado y comenzó a seducirme... Supongo que sabes como, después fuimos a ese lugar y comenzamos a besarnos... Después llegaste tu, no sabía que el tenía novia.

—Oh. Bien.

—¿Te molesta?

—No fue la primera vez que el me engañó así que no...

—¿Y por qué lo aguantaste tanto tiempo? Millie tienes que darte a respetar. Es lo que odio de los chicos, y por eso decidí ayudarte cuando vomitaste, te veías mal... Los chicos no tienen que ser un tema de pelea entre las chicas, estamos para apoyarnos, ¿no? —Dijo y tomó mi mano. Ella es muy madura. Muy madura como para salir con personas de su edad.

Su tacto suave y cálido, su mano encajaba bien con la mía.

—Porque estaba enamorada o lo que sea... Claro... Como sea —dije y miré mis uñas de la mano que no estaba ocupada.

La miré de reojo y puso sus ojos en blanco con diversión.

JEANS - sillie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora