Otro día, otra moneda. Demonios, odio despertarme tan temprano. Ojala los trabajos iniciaran después del medio día y acabaran a las cinco. Qué maldita felicidad. Ah, mira a todas esas personitas. Me pregunto que pensarán. ¿Estarán felices con lo que hacen? Bueno, yo sé que no soy feliz en mi trabajo. Para empezar, ¿en qué clase de trabajo me sentiría feliz? Probablemente en ninguno. No me gusta trabajar.
Maldito mundo capitalista. No puedo creer que desendamos de hombres que estaban cubiertos de pelo y vivian en cavernas. Somos una pena. Argh, ya casi son las nueve. Si no me apuro llego tarde a la librería. En fin, me da igual. Como quiera nunca hay nada qué hacer. Sólo me la pasaré pegado frente a una computadora viendo cientos de ISBN.
Ojala se acabara el mundo hoy. Me sería de gran ayuda. ¡Ay no! Mira lo que se acerca. Un viejo pobre diablo pidiendo dinero. Mi única debilidad. Nadie le da nada. Malditos codos. Ni una puta mirada le regalan. ¿Pero qué demonios? Mi mano se introdujo sin pensar en mi bolsillo. Ya qué. Le daré una moneda. Aquí tiene, le regalo mi mejor sonrisa fingida y una moneda de cinco pesos. Ojala le sirva para mejorar su vida, dejar la pobreza e iniciar una nueva página en su libro de vida. Mierda, ¿por qué siempre caigo con estos malditos?
Revisaré mi reloj. Hmmm, faltan diez minutos; falta casi nada y ya casi llego, creo que me fumaré un cigarro llegando si aún no hay nadie. Sólo unas calles más y llego a mi aburrido y tedioso trabajo de mierda.
Me pregunto si me podré desempeñar en otro empleo. Rayos, todo estará bien siempre y cuando la estupida de Dana no vaya al trabajo como amenazó anoche. ¿Qué será lo que querra?
Ah, mira. Ahí está mi librería, cruzando el parque. Y justo como pensé. No hay nadie. Compraré un cigarrillo en el puesto de revistas. Uno mentolado. Ah, gracias, joven flacucho que me vende los tacos de tabaco. Unas cuantas caladas y estaré como nuevo. Gracias.
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Gabriel
General FictionA Gabriel le gustan las largas caminatas, hablar consigo mismo, escuchar música eternamente y no relacionarse con nadie. Ama el sabor de un buen cigarro por la mañana y el olor del café por las noches y quedarse dormido leyendo un buen libro. ¿Qué...