Ilusión

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Alex

El reloj marca las 06h30. Abro mis ojos y ella no está a mi lado. Escucho bulla en la parte baja de la casa y asumo que se encuentra allí. Me levanto y me percato de mis desnudez. Recuerdo la noche anterior. Las horas de sexo desenfrenado que tuve con ella. Placer y más placer. Todo eso combinado con...amor. Me dirijo a la ducha. El agua caliente rueda por mi cuerpo. Cierro los ojos y me siento completa. Relajada. Después de 30 minutos abandono el baño y me visto con mi ropa de oficina: pantalón negro, camisa blanca, blazer negro, zapatos de taco; cabello suelto y un poco de maquillaje. Lentes. Perfecta.
Tomo mi bolso y bajo las escaleras. Voy a la cocina y veo el desayuno listo. Ella está allí, me observa, le sonrío, se acerca, me da un beso de buenos días y rodeo mis manos en su cintura.

Alex: Buenos días, cariño. Te extrañé al despertar.

Zelda: Buenos días, amor

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Zelda: Buenos días, amor. Quise prepararte el desayuno. Déjame consentirte. Tú lo haces la mayoría del tiempo -me besa y yo me entrego a su beso-. Prometo que en la noche recompensaré el no haberme encontrado esta mañana en la cama.

Alex: Te quiero. Estaré ansiosa que llegue la noche. ¿Pasas por mí al trabajo?. -Nos separamos y nos preparamos para alimentarnos-.

Zelda: Claro que sí. A a las 17h00 paso por tu oficina. ¿Qué haremos mañana?
-Mañana cumplimos un año de noviazgo-

Alex: Lo que tú quieras, cariño. Tu deseos son órdenes. -Me levanto y la beso, luego me dirijo para dejar los platos en el fregadero- Me voy porque llegaré tarde.

Zelda: ¿Qué tal si vamos a un bar, bebemos, bailamos, y luego venimos a completar la noche acá? -Me dice eso mientras me toma por la cintura y me besa, me dejo llevar y el beso se vuelve intenso, pero es mejor cortarlo porque sino llegaré tarde al trabajo. El deber llama-

Alex: Cariño, si seguimos así no voy a parar y terminaremos en la cama. Tú tienes que ir al trabajo y yo también. -Me alejo de ella-

Zelda: Está bien. No olvides que te quiero. Por favor, no seas tan coqueta. Recuerda que eres mía. -Ella me mira y se ríe-

Alex: Solo tuya -le doy un último beso y me marcho-

Bajo al estacionamiento. Con Zelda vivimos en el quinto piso, en un edificio exclusivo de Nueva York. Tomo mi auto negro y me dirijo a mi oficina. En el camino pienso en todo este año que he pasado con ella. La conocí en unas vacaciones. Salimos, nos enamoramos y luego de unas semanas ya la tenía en mi cama. Luego se mudó a mi casa. La relación progresó y ahora estamos aquí. La quiero. Me da placer. Es linda conmigo, aunque un tanto posesiva. Es relacionista pública en una empresa de productos masivos. Estoy entregada a ella. Yo soy así, cuando estoy con alguien no hay terceras personas. Y ella lo sabe. Ella confía en mí. ¿Yo confío en ella? Sí, eso quiero creer. Zelda sabe que sin en algún momento me falla no hay segundas oportunidades. En fin, mañana iremos a celebrar, si así ella lo quiere.
Llego al estacionamiento de mi empresa de arquitectura. Bajo del auto. Paso por el ascensor y me lleva hasta el piso de mi oficina. Antes tengo que pasar por la recepción donde encuentro a mi gran amiga y asistente Nicky Nicole.

Nicky: ¿La noche fue buena? -Me dice mi asistente y yo sonrío-

Alex: Más que buena -le respondo- ¿Qué hay de nuevo?

Nicky: Tienes dos reuniones esta mañana. Una de ella, la más importante, es con empresas Chapman. El patriarca, Bill, quiere que nosotros nos hagamos cargo de los diseños de un hotel que levantarán en California. Es en una hora. -Nicky sigue hablando mientras nos dirigimos a mi despacho-

Alex: Bien. ¿Es importante que yo esté? ¿No puede ir Lorna?. -Le digo y me siento frente a mi computadora-

Nicky: Lorna está viaje. Recuerda que la enviaste a Los Ángeles.

Alex: Cierto, no lo recordaba. Entonces, no queda más. ¿Está triste por su ausencia? -Le pregunto a mi amiga, ella es la novia de Lorna-

Nicky: Prefiero pasar mis noches acompañadas. Pero sé que vendrá el viernes. ¿Y tú, qué tal con tu supuesta novia? -A Nicky nunca le ha caído bien Zelda, cree que no es leal, cree que no me quiere, cree que en cualquier rato me la hará. Ella cree muchas cosas-

Alex: Me va bien. Y no es mi supuesta novia. Es mi novia y mañana cumplimos un año. Vamos a celebrar y seguro terminaremos en mi departamento... -Le digo y le sonrío-

Nicky: Ok, ok, mujer enamorada. Pero recuerda: siempre que quieras aquí está mi hombro para que llores. Yo estaré allí para decirte "te lo dije..." -A veces creo que Nicky no es mi amiga-

Alex: Vas a esperar sentada. Creo que le propondré matrimonio. La quiero y me quiere, ¿qué más puedo pedir?

Nicky: Alex! -dice sorprendida- No es posible que pienses casarte con alguien que no amas, porque no la amas, solo te limitas a decir "la quiero", pero no la amas. ¿Ya pensaste en lo que dirá Diane? -Diane, mi madre. Sí, ella no quiere a Zelda, pero no puedo estar a lo que diga ella. Después de que mi papá falleciera, Diane y yo nos quedamos solas, él nos dejó una buena cantidad de dinero que yo me he encargado de hacer creer. Diane vive en Los Ángeles. Viajo allá siempre que puedo-

Alex: Diane no tiene que decir nada. Amo a mi madre, pero ella no puede condicionar mi felicidad. Y Nicky, deja el drama. Algún día debo casarme. Zelda es la mujer de mi vida. -Ella me mira, sonríe con burla y se alista para decirme algo que sé que me dolerá.

Nicky: Amiga y hermana, Zelda es todo, menos la mujer de tu vida. Y mejor me voy porque tengo hasta náuseas escuchar todo esto. Por favor no me contemples en la lista de tus invitados a la boda. Desde ya te digo que no iré. Tenga un buen día, jefa querida. -Se va y me da una sonrisa falsa-

A Nicky la quiero, es mi hermana, a veces peleamos. Esta vez no escucharé lo que tenga que decir de Zelda. Sé que es algo pasajero y seguro que sí estará en mi boda. Mañana es el día en que le pediré a mi novia que se case conmigo. No hay nada que me haga pensar lo contrario. Estoy segura. Y nadie me hará cambiar de opinión...

Saludos desde Sudamérica!
Es la primera vez que escribo una historia como esta y deseo que les agrade. Cualquier duda estaré gustosa de responderlas.
Será una historia intensa, pero siempre ganará el amor...

Buscando el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora