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Desperté con mi cuerpo que dolía horrores, logré sentarme en la cama y noté que esta no era mía, me encontraba en otra habitación.

Frunci el ceño confundida, Solté un grito cuando sentí una punzada de dolor en mi espalda. Dolía como nada y empezaba a sentir como el suéter que traía puesto empezaba a empaparse de lo que imaginé que era sangre.

Traté de levantarme pero el dolor en mi entrepierna me arrancó otro grito de dolor. Rápidamente volví a caer en la camilla y sentí la puerta abrirse.

Se trataba de Lara quien traía cara de preocupación. Detrás de ella entró Leah a tropezones, Ambas se acercaron a mi rápidamente ayudándome a sentarme bien en la cama.

Sin poder evitarlo rompí en llanto mientras las chicas acariciaban mi cabello lentamente, cuando las lágrimas cesaron por fin pude hablar.

-Dime que se han cargado a ese bastardo.-Mi voz salió rasposa y cargada de odio.

Las chicas intercambiaron miradas y luego negaron con la cabeza lentamente.

-¿Que?---- Pregunté con incredulidad-------¿Como es posible que le hayan dejado salir vivo de aquí después de lo que me hizo?.

-Lo siento mucho cariño, Es un hombre muy poderoso y si el jefe hacía algo en su contra lo mataría sin pensar.- Respondió Lara mirándome con lo ojos algo aguados.

Respiré pesadamente mientras intentaba calmar toda las ganas que tenía de aniquilar a ese bastardo.

Luego de mi recuperación vino lo peor,cada vez que veía mi espalda en el espejo me inundaba la rabia, en esta estaba dibujada con aquella navaja una A .

Cuando la vi por primera vez me confundí muchísimo. ¿Por que había dibujado una A en mi piel?
Mis dudas se aclararon cuando las chicas me dijeron que el nombre de aquel sujeto era.

Alex Ivanov.

Nada más y nada Menos que un exitoso Millonario con una reputación perfecta. Era un Ascó de persona en las sombras y yo lo había vívido.

Con aquella A en mi espalda quería dejar claro que había sido suya.Me inundaba la rabia de saber que probablemente el Jamás pagaría por lo que me hizo.

La cicatriz en mi mandíbula era bastante notoria, le daba un aspecto algo extraño a mi rostro.Esa cicatriz desató mi tormento.

Pase de ser la nueva prostituta a recibir entrenamiento para ser una asesina como todos los chicos que estaban allí, no supe los motivos por los cuales me habían cambiado a esto, hasta que Lara me explicó que se debía a mis cicatrices, que nadie pagaría por una chica con cicatrices en su cuerpo. Trató de que sus palabras fueran algo suaves y así no hacerme sentir mal, pero a mi no me importaba en lo absoluto, yo solo quería salir de ahí y ellos mismos me estaban dando las opciones.

Los primeros dos meses fueron un Asco, siempre estaba llena de moretones y no subía de rango.

Mi alimentación cambio, ahora tomaba bebidas energizantes comía comida sana y pasaba la mayor parte de mi tiempo entrenando.

Tres meses después se notó el cambio,mi cuerpo había tomado forma y al ser una de las pocas mujeres en ese piso. Solía robarme una que otra mirada.Mi fuerza y mi resistencia había aumentado.

Pasé de ser una de las novatas más débiles a ser una de las mejores en peleas cuerpo a cuerpo.

Al cumplir los 17 pasamos a las armas de fuego y armas blancas. Prefería las armas blancas, se veía más satisfactorio cortar una garganta a solo lanzar un disparo al la cabeza.

SADIE⚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora