Declaración de amor, o algo parecido

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PARTE 1: Fargan

Alyssa

Odiaba los domingos por encima de todas las cosas que existían en el mundo. No tenía ningún motivo claro para explicar la sensación negativa que me provocaba pero simplemente no me gustaban. Puede que tuviese que ver con que normalmente la resaca me acompañaba hasta el principio del lunes y que me pasase el día sola dormitando en el sofá, viendo Netflix o ambas cosas.

Sin embargo hoy era completamente diferente, respecto a la resaca no claro, aún me dolía levemente la cabeza. Íbamos a pasar unos cuantos amigos y yo el día en un camping, comeríamos y luego pasaríamos la noche en una tienda de campaña. Abrí mi teléfono y revisé el grupo por el cual lo habíamos planeado todo.

<Familia tóxica>

Willy🐢: ¿A qué hora se supone
que habíamos quedado?

Veggetita💜: Madre mía vaya
empanada que llevas encima
compañero.

A las 5 en la plaza 🤦🏻‍♀️:Yo

Ratón ❤️:Que haríamos
nosotros sin mamá Aly

Y nosotros sin una rata de alcantarilla
como tú Farfán. Me voy a preparar chicos,
¿sabéis algo de Carla y de Kim? :Yo

Carlita⛄️: Kim está preparándose
conmigo. Como alguno llegue tarde
juro no respondo de mis actos. Primer y
último aviso :D

Bloquee el teléfono mientras seguía sonriendo no por la estupida conversación que acabábamos de tener si no por la idea de pasar un día entero con Fargan.

Cogí ropa limpia y entre en el baño para ducharme. Deje que el agua corriese y se calentase mientras me iba desvistiendo. Me miré al espejo aún con la camisa puesta, una sonrisa tonta se instauró en mi rostro. Kim me había repetido miles de veces que estaba claro que yo le gustaba a él y que se me notaba a kilómetros que estaba coladita por Fargan.

Había algo en el que me llenaba por completo, su risa y sus bromas hacían que me sintiera como en casa y aunque me resultara doloroso que él no me viese como algo más que una amiga, siempre permanecí enamorada de él a su lado, apoyándole en todo momento.

Me desvestí por completo y me duché rápidamente mientras seguía con su nombre rondando por mi cabeza, como llevaba sucediendo casi un año. Me seque con la toalla y me coloque el chándal de pantalón gris y de sudadera sin capucha verde botella. Cepille mis dientes y al terminar de acicalarme me peine perezosamente para terminar por hacerme un moño alto.

Salí del baño y revisé por última vez mi mochila para asegurarme de que llevaba todo lo necesario para sobrevivir con esos salvajes durante una noche. Cogí mis gafas que se encontraban en la mesita de noche y tras colocármelas fui a la cocina para rellenar el bol de comida de mi gato Keops.

Regrese a mi habitación y tras coger mi mochila y apagar las luces abrí la puerta de mi piso y salí al rellano, poniendo rumbo a la plaza donde Vegetta vendría a buscarnos con su pedazo de coche.

...

-Es una pena que Poker no haya podido venir. -Dijo Carla a medio trayecto.

Yo estaba sentada en la parte del medio del vehículo. Delante se encontraban Samuel que conducía y Guillermo de copiloto, ambos estaban hablando de cosas de sus canales y de sus planes. En la parte del medio no encontrábamos Kim, Carla y yo, ellas hablaban y se reían mientras yo me encontraba escuchando música y mirando por la ventanilla. En la zona de atrás estaba sentado Fargan, con un sitio vacío a su lado que siempre le correspondía a Poker. Tenía a David justo detrás y aunque el corazón me latiese a mil por notar su presencia me hice la dura y apoye la cabeza en la ventanilla, viendo cómo avanzábamos por la carretera.

Subí mis piernas de tal forma que estaba sentada sobre el asiento por completo, en una posición similar al de los indios. Mi sudadera era demasiado grande para mi y notar lo cómoda que me encontraba en esos momentos hizo que me entrase el sueño. Me descalcé y me coloqué de la misma manera que antes ahora con mis calcetines blancos.

Estaba con los ojos cerrados concentrándome y dejándome llevar por la canción que sonaba en mis cascos cuando de pronto noté que alguien me estaba acariciando la cabeza. Aún seguía sonando You don't own me cuando comprendí que era Fargan. Me estaba tocando el pelo. Sentí como mi corazón latía con más fuerza que nunca y de pronto la mano de Carla, que se encontraba en el medio, me apretaba el muslo. Se habían dado cuenta.

Aunque los nervios estaba recorriendo todo mi cuerpo seguí con la cabeza apoyada en la ventana y mientras paraba la música durante un segundo, acerqué aún más mi cabeza hacia la mano de Fargan. Noté como soltaba una de sus risitas silenciosas y sentí que me derretiría por él en cualquier momento. Pusé la canción de nuevo y junto al maravilloso roce que me provocaba cosquillas me sentí en paz por un momento.

...

-Venga chicos, a montar tiendas si no queréis dormir con vuestro precioso culito en la tierra. -Dijo Vegetta mientras correteaba de un lado a otro buscando el sitio perfecto para su tienda de campaña.

Una sonrisa se me instauró en el rostro al observar a todos mis amigos trabajar juntos y riéndose por cualquier tontería. Me coloqué junto a mis amigas para ayudarlas a montar lo que sería nuestra tienda. Ella se ausentaron un segundo y yo aproveché para ir anclando la base al suelo con un martillo.

-Te veo muy concentrada, ratona. -Note como alguien me susurraba al oído erizándome la piel.

Grité sorprendida y sin querer me di un golpe con el martillo en el dedo. Me llevé automáticamente la zona herida al pecho como si abrazando mi dedo se irían todos los males. Me giré furiosa hacia la persona que tenía detrás y fulminé con la mirada a David.

Él estaba intentado aguantarse la risa pero por supuesto fallo en su propósito. Le miré con cara de pocos amigos y le enseñé mi dedo corazón.

-Bueno bueno, tampoco tenemos que ponernos agresivos. -Dijo David aún entre risas.

-Por tú culpa me he dado en este dedo, estúpido. -Dije ahora enseñándole mi dedo corazón de nuevo, estaba rojo y me dolía, dejando en mi una sensación de quemazón. -No te rías, me he hecho mucho daño.

Fargan me miro divertido y me agarró el dedo que me había dañado. Lo observó rápidamente y comenzó a soplarme intentando que el dolor se fuese poco a poco. Sé perfectamente que me puse roja por la cercanía y el sonrió al notarlo. Negando con la cabeza agarró el martillo y se puso a montar la tienda de las chicas aunque el ya hubiese terminado la suya.

-Véte a ayudar a Vegetta anda, yo me encargo de esto, ratona. -Me encantaba que me llamase así y en el fondo creo que él era consciente de eso.

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2020 ⏰

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One-Shot; KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora