S I E T E

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Caminamos por las calles comiendo helado en varita, ella tenía un helado de fresa y yo de anana comíamos y reíamos, su risa es encantadora y sus ojos de niña pequeña me alegra. Puedo ver como me mira, la siento, estaba embobada en mi, me hago el idiota (multimedia) como que no me doy cuenta, ella me toma del brazo deteniendonos.

- Jack...-susurra, la miro detenidamente el efecto del copo desapareció.-¿podrias... besarme? -me asombre, es completamente ilógico no está en mi encantó, la última obscion es que yo le interese.

Quiero gritarle, reirmele pero no me sale, quiero burlarme pero no estoy seguro, no se que hacer; Elsa baja la cabeza avergonzada dándose cuenta que la iba a rechazar. Sin embargo no podía hacerlo sin pensar sólo sintiendo este raro calor en mi interior, tomo su mentón levantándole la mirada, me inclino a la altura de sus labios uniendolos en una tranquila y dulce danza. Elsa se aferra a mi cuello fuerte, tomo su cintura con cuidado atrayendola hacia mí, puedo sentir una mortal mirada en mi es una presencia furiosa, abro los ojos sin detener el beso; las largas pestañas de Elsa son bellísimas junto sus mejillas sonrojadas tan dulce, volteó a los lados en contrandome con Hans respirando pesadamente.

Nos alejamos por el maldito oxígeno que ella debe respirar, sonrió victorioso e fastidiado al lelo sin nisiquiera proponerlo, Elsa se separa de mi con una gran sonrísa que me gusto; si por mis besos sonríe así no dudare en besarla. Tomo su mano pata seguir con nuestra cita, esto me esta gustando mucho; aunque me gane una paliza beso a Elsa en los labios se nuevo.

Nos despedimos con un abrazo, las calles se volvieron oscuras y fría, insistí en acompañarla a su casa y ver la cara de Hans al vernos, pero ella insistió en que estaría bien sola. Derrotado sólo camine un poco para meterme en un callejón, me quito mi gorra blanca guardando la en mi mochila y sacando una capa negra, me la pongo y esta tapa mi remera blanca y pantalones negros.

- Es hora de jugar.

Murmuró para mi, de un salto llegó al techo saltando en estos buscando a mi rival.

No e podido comer desde el accidente de Elsa, siento como culpa al ser yo uno de esos moustros que la a atacado, cada ves que intentaba comer ella en esa cama aparecía en mi mente impidiéndomelo. Me detengo, bajo la mirada al suelo viendo a Elsa; podría fastidiarla para ver como reacciona eso sería muy divertido, bajo al callejón metros adelante de ella, estaba preparándome para atraparla cuando en medio de la entrada se detiene por la mano de Hans.

- ¿Qué ocurre Hans?

Pregunta Elsa tranquila mirando como su mano toma la de ella.

- ¿Cómo pudiste besarlo?

Pregunta dolido, sonrei un poco. Hans apreta la mano de Elsa, esta gime mirándolo a los ojos con el ceño fruncido.

- Hans me estas lastimando.-pronuncia sin dejar de verlo, siento enojo al ver como estrecha su mano con fuerza; su mano se tornó roja.-si lo bese es porque quiero... ¡¡NO TIENES DERECHO A PEDIRME EXPLICACIONES!!-se zafa gritándole, él se nota molesto; extiende la mano golpeandole en su rostro.

¡¿COMO SE ATREVE?!

-Elsa... yo te amo.-Elsa se toma la mejilla lastimada, estaba en un rojo intenso mientras los ojos de ella se cristalizan.-¡¡Y te demostrare... cuanto te amo!!-la toma del brazo metiéndole dentro del callejón. Peleaban a empujones, Elsa tira y él también ambos son lo bastante fuerte parece que luchan.

La tira contra un contenedor más adelante del que yo me escondo, la acorrala bruscamente undiendo los metales del contenedor, ella estaba sería; Hans sonreía dolido con su mano la sujeta del cuello apretandola contra el metal un gemido muy lindo pero de dolor se escaba de sus labios.

Amor Prohibido. | Jelsa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora