La Bacteria

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Gadiel Ramirez era un investigador de la Universidad Autónoma Meridional que le apasionaba el mundo de los microorganismos.
Él se encontraba realizando una investigación sobre la mutación genética de la bacteria bacilo T498K al exponerla a diferentes anfitriones, es decir, que la implantaba en diferentes animales y organismos vivos para observar cómo esta bacteria se adaptaba a su nuevo entorno. La investigación marchaba relativamente bien, los doctores Gomez y Pincay respaldaban la investigación de Ramirez y habían destinado gran presupuesto para financiarla. Pero querían resultados y lo presionaban a Gadiel, pero él no era un tipo que iba a dejar perder ese financiamiento, así que optó por falsificar los resultados. Entonces comenzó a infectar con otra bacteria a unas arañas que ya había infectado con la bacteria en estudio y comenzó a escribir informes con datos falsos, relatando una serie de cambios que jamás habían ocurrido.
Ya pensaría luego en cómo demostrar la veracidad de esos resultados. De momento lo importante era presentar esos informes.
Lo que Gadiel no sabía era que la combinación de esas bacterias sí estaban empezando a ocasionar cambios en el ADN tanto de la bacteria como en el comportamiento de la araña.
Pronto la araña empezó a tener un comportamiento errático y a poner huevos, pero lo raro es que los había puesto por la boca.
Este comportamiento no lo había logrado ver Gadiel ya que se encontraba reunido con los doctores.

Al siguiente día el profesor Gadiel en su laboratorio encontró el hallazgo de la araña y sus huevecillos muertos pero se acercaban los doctores por el pasillo, se podían escuchar sus pasos y Gadiel rápidamente tomó los huevecillos de la araña y los retiró con su mano, desechandolos para que los doctores no sepan de ese hecho que no podía explicar.
-¿Qué ha pasado con la araña Dr. Gadiel?
-Se ha muerto inexplicablemente estimado
-Pero ayer usted nos mencionó en el informe que la araña se había vuelto más fuerte y más activa
-Pues sí, quizá haya gastado sus energías, quizá la bacteria alteró sus defensas y bueno, eso es lo que trato ahora de investigar.
-¡Oh bueno, está bien!
¡Mantenganos informados! (mencionó el Dr. Pincay)

Ya en casa el profesor Ramirez no sabía qué excusa inventar para explicar la muerte del arácnido.
¡Vaya que es difícil mentir! Decía mientras rascaba su cabeza.
Bueno tendré que explicarlo mañana
Mientras tomaba su ducha antes de acostarse y limpiaba su cuerpo con el jabón, veía un tono rojizo en la parte del lado izquierdo de su abdomen, no se podía limpiar, pero tampoco le dolía.
Será alguna alegría de seguro se dijo, terminó tranquilamente su ducha y se propuso dormir.
Luego de pesados sueños raros, pesadillas y de una noche calurosa, habiendo llegado el siguiente día, Gadiel se levantó de la cama y se cambió de ropa, pero por su estado somnoliente no pudo observar que la coloración roja se había esparcido aún más, incluso hasta su cuello.

Ya en el centro de investigación de la UAM el profesor se encuentra con el Dr. Pincay quien lo había notado diferente y le pregunta:
-¿Cómo está Dr. Ramirez?
-¡Qué tal Dr. Pincay! Bien gracias ¿y usted?
-Muy bien, lo veo un poco diferente por eso le preguntaba
-Ah pues no, todo muy bien. Solo he tenido una noche difícil con pesadillas y esas cosas
-¿Pesadillas?
-Bueno no sé si pesadillas pero si sueños raros, donde escuchaba gritos pero nada más.
-¿Gritos? ¡Vaya que sí son raros!
-Sí, bueno fue solo una noche
-Ah ya entiendo, pues lo felicito eh! Ya me doy cuenta eh don (mencionaba el Dr. Pincay ya que había visto las partes rojas en el cuello de Ramirez)
-¿Cómo dice?
-No se preocupe estimado, vaya continúe con su trabajo y nos mantiene informado.
-Bueno sí, gracias.

Ya en el laboratorio Gadiel frente al cuerpo de la araña comienza a ver que la araña se había desintegrado como un papel, no había nada en su interior. Para poder investigar un poco más, se propuso observar con el microscopio pero de pronto se empezó a sentir mal, empezó a sudar mucho y le dolía mucho la barriga, de tal forma, que tuvo que ir al baño. Ya en el baño al observarse de cerca, pudo ver que algo rojo empaña a su cuello, por lo cual, abrió su camisa y vio algo que lo horrorizó de inmediato. Su cuerpo estaba totalmente rojo, lleno de ronchas y hasta de úlceras de las cuales emanaba pus de un olor desagradable que se mezclaba con el sudor, su cuello también se encontraba rojo y ciertamente no le ardía ni le picaba pero era espantoso verse en ese estado. De pronto escucha entrar a alguien y rápidamente se volvió a poner la camisa.
-¡Hola qué tal Dr. Ramirez!
-Hola Dr. Weizer (Decía con un poco de nerviosismo)
-¿Le pasa algo?
-No, no me pasa nada. Bueno si un poco de dolor estomacal pero ya me va pasando
-Oh ya veo, bueno que se mejore estimado.
-Sí, gracias. Nos vemos
De tal forma que tuvo que salir del baño, pero tampoco podía regresar al laboratorio, por lo cuál fue rápidamente a buscar la salida hacia su carro pero en el camino se acercaba el Dr. Gomez
-¡Hey Ramirez! Gritaba desde lejos
-Hey Ramirez!
Pero Gadiel tenía otras prioridades en ese momento y se hizo de oídos sordos.
Ya en el carro se propuso dirigirse a su casa pero el Dr. Gomez estaba frente a él y no podía pasar le por encima. Por lo tanto se tuvo que bajar a hablar con él

-¿Qué le pasa Dr. Ramirez? Lo estoy llamando
-No, no es nada. Solo se me había olvidado algo en casa y pensaba ir a recogerlo
-¡Pues acá hoy tiene otras prioridades! No nos explicó el suceso de ayer.
-Sí, ciertamente. Pero justo sobre eso, se me había quedado un informe
-Pues tendrá que dejarlo en su casa porque hemos pasado con el Dr. Pincay por su laboratorio y hemos visto que todos los animales que tiene en cuarentena están comportándose muy erráticamente.
-¿Cómo dice?
-Sí ¿No habrá ido hoy por su laboratorio aún?
-Desde luego que sí, pero no estoy al tanto de eso.
Mientras se dirigían al laboratorio, los dolores de barriga del Dr. Ramirez se intensificaron a tal punto que Gadiel cayó al piso de lo fuerte de los dolores, el Dr. Gomez se preocupó y le preguntaba qué le pasaba, pero Gadiel sólo estaba ahí en el piso retorciendose del dolor y su bata de pronto empezó a mancharse de sangre por el contacto con su cuerpo que estaba lleno de sangre y pus por todos lados, sus oídos empezaron a sangrar.
-¿Gadiel qué le pasa? Pregunta Gomez
-¡Los gritos, los gritos! ¡Paren los gritos! Decía inexplicablemente Gadiel.
Sus manos arañaban el piso banalmente y habría su boca como gritando en silencio, pero solo repetía esas frases
Al cabo de 5 minutos llegó la enfermera del departamento a revisar a Gadiel y abrió su camisa, simplemente para observar que la situación ahora era peor para Gadiel pero horrorizados todos los presentes de ver no solamente la pus y la sangre emanar de su cuerpo, como destilando ese sudor rojizo y amarillo, sino también por una serie de movimientos extraños en su cuerpo, en su interior. Al mismo tiempo de su cuerpo se emitía un sonido chirriante, un sonido agudo y estridente pero que parecía permanecer en el interior de Gadiel.
De pronto todo se puso peor, del cuerpo de Gadiel empezaron a salir gusanos por su boca, por su nariz y hasta por sus ojos. Su cuerpo empezó a romperse por todas partes y empezaron a salir criaturas gelatinosas con 8 patas y 8 ojos, con una lengua alargada y un cuerpo similar al de una iguana, pero de un color negro que se alcanzó a ver  apenas ya que estaban bañanadas de la sangre de Gadiel.
Los presentes rápidamente corrieron espatandos de ver semejantes criaturas horrorosas, unos fueron cayendo y levantandose, otros a tropezones apenas llegaron a la salida y otros simplemente se desmayaron, todos con excepción de uno, el Dr. Pincay. Simplemente se quedó observando como sucedían las cosas, como el cuerpo putrefacto de Gadiel de a poco se iba vaciando y como esas criaturas horrendas se iban dispersando y atacando a los otros doctores, incluso se comieron el cuerpo del Dr. Weizer que se había desmayado en el pasillo, se estaban comiendo todo pero se peleaban por sus ojos, devoraban las partes más blandas con sus pequeñas pero fuertes mandíbulas, las cuales tenían unos incontables dientes puntiagudos. El Dr. Pincay mientras tanto para mantenerse a salvo, se encerró el su laboratorio, del cual podía ver todo lo que ocurría. El hombre ciertamente estaba fascinado con el espectáculo sangriento y empezó a grabar con su teléfono mientras se decía.
-¡Qué increíble! ¡Criaturas hermosas como evolucionan!
La bacteria HT95 se convirtió en esas criaturas al alimentarse de la bacteria T498K y mezclarse con el ADN de esa araña, pero sin duda el alimentarse de la sangre humana les dio un gran tamaño.
¡Ay Ramirez! Podrás haber sido muy apasionado por estos hermosos seres pero si no hubiera puesto a tu alcance la bacteria HT95 no hubieras logrado esto, pero valoro tu sacrificio por la ciencia ja ja ja.
El Dr. Pincay extasiado de su logro científico se encontraba en un estado mental de total satisfacción, por lo cuál no sintió subir por su pierna pequeñas larvas que habían salido de una serpiente que también estaba infectada por una variación de la bacteria.

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⏰ Última actualización: May 19, 2020 ⏰

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