¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
" el sol de la mañana brilla en tu piel por que tus cortinas son finas como papel ventanas abiertas puedo sentir la brisa pero estamos seguros aquí debajo de las sábanas. "
🌊
Crecer es algo que no podemos evitar, crecer es parte de la vida y es algo difícil de manejar. Cuando eres un adolecerte haces un montón de cosas que antes no harías sin el permiso de tus papás, vaya, no vuelves a hacer algo con el permiso de tus papás. Parte de crecer es llorar, llorar por que te caíste y te lastimaste, llorar porque no sacaste una buena nota y te castigaran, llorar porque no sabes quien eres, llorar porque te has enamorado y no sabes que hacer. El amor no es solo sufrir porque no es correspondido, el amor es sufrir por no saber que hacer. Habrá veces que no sabrás que estás haciendo pero tú cuerpo se mueve por si solo. Cuando tocas otro cuerpo que no es tuyo por primera vez, de la misma forma que te tocabas por las noches cuando eras joven cuando tus padres creían que estabas dormido, es algo interesante y que da miedo pero cuando hay una conexión entre ambos se vuelve algo más que toquetear, que sexo, se abren las almas y se hablan entre ellas. Habrá alguna vez que amaras a alguien tanto que te hace llorar, lo amaras tanto que dolerá, llorarás porque no hay una sola cosa en ellos que no puedes adorar y te hará tan feliz que volverás a llorar.
Todo esto y más es lo que sentí y viví cuando te conocí, tal vez aveces lo olvidemos pero al menos yo sigo siendo un niño, un niño que experimento todo eso una vez pero no había significado nada hasta que te tuve en mi camino y fue como volver a la pubertad. Me sentí como un puberto de nuevo, no sabía que hacer cuando estaba contigo, hubo tantas veces que llore por ti porque me hacías tan feliz de una manera que no entendía y era tan frustrante. Mi corazón estaba loco por ti, siempre que pensaba en tus ojos cafés tan brillantes, tan vibrantes a pesar de que a lo lejos se veían secos y duros pero cuando nos mirábamos tomaban un lindo café vibrante y alegre, tan cálido y perfecto que me emitía la forma de la que se sentía tu alma cuando estaba cerca de la mía. Me sentía tan indefenso, como ayer y hoy, era imposible estar en mi lugar cuando me rozabas con tu mano. Vi tantas cosas de ti y adoré cada una de ellas, vi tus tatuajes y los memoricé como si estuvieran en mi propio cuerpo, cuando me hablaste y lloraste sentí tus lagrimas correr por mis mejillas, cuando toque tu cicatriz de tu mejilla y me contaste cómo te la hiciste peleando con tu hermano sentí como si te hubiera conocido en ese entonces y fuera uno de tus amigos del entonces. Fue así como me di cuenta que eras mi alma gemela, me di cuenta que disfrutaba tanto los buenos momentos como los malos significaba que ya había caído por ti mil metros en el cielo.
Y sinceramente no quiero tocar la tierra de nuevo.