Un recuerdo. PARTE I

El encuentro

-Despacio-, me susurraba mi voz interior mientras andaba en el mundo de los recuerdos, -ya hemos caminado aquí, cuidado, nos podríamos perder en el ayer... ¡Tomemos las memorias del amor y larguémonos de aquí! -

Lo sabíamos, un paso en falso y nos perderíamos en el laberinto de mis memorias olvidadas... ¡Lo sabíamos debíamos huir! Entonces la vimos, a la mujer de la triste mirada, deambulaba con el cofre en sus manos, lo sujetaba con fuerza... ¡Perderíamos si no lo conseguíamos!

-¡Despacio! ¡Nos va a oír! - me advertía mi voz... deslizaba mis pasos entre las hojas marchitas, ahí siempre era otoño, los tonos cafés llenaban todo de esperanza caduca... me acerqué lento a esa mujer... ¡no la quería ver...! Un paso más... otro más... dos más... tres... cuatro... y estaba a su espalda... alcé la mano, ¿de verdad tomaría su hombro? Mi boca estaba entre abierta... ¡NO QUERÍA VERLA A LOS OJOS!

Ella me presintió, me asumió peligrosa, dio la vuelta a punto de atacar, o eso creí... Desvié la mirada... ¡No podía! ¡No quería! ¿¡Qué le diría!? ¿Vengo a arrebatarte lo único que posees? ¿Cómo podría? ¿Cómo?

Su mano tocó mi mentón... temblé... suavidad y hosquedad sentí en un instante... ¡Me obligaba a mirarle el rostro! ¡No podía huir! Estaba demasiado asustada, me había paralizado, no había a dónde escapar, me acercó más a su rostro seco por el olvido... ¡cerré los ojos! Moriría... estaba perdida...

Sentí su aliento fresco y frío sobre mis labios y luego... ¡Y luego el horror! Luego el dolor... luego la tristeza... luego mi sangre... luego sus lágrimas... luego una asquerosa ausencia...

Vete... me escupió con la boca aun llena de mí, vete y no regreses... me dijo mientras lloraba...

¡Tomé el cofre y la abandoné!

Corrí, me estallaba el corazón, corrí más -Rápido- me dijo la voz que había enmudecido -Rápido, vuelve... ¡Vuelve! ¡VUELVE!- y no supe realmente si era ella quién estaba gritando de repente o era yo porque no podía parar mi furtiva huida...

Caí. ¿Habré tropezado? ¿Será que solo así me podía detener?
Oscuridad. El mundo se mezcló en un extraño color negro.
Dormí. Reviví la aventura, la recordé, ¡sí, era ella! ¡Su miedo al encontrarme detrás! ¡Su sorpresa había borrado por vez primera la tristeza de sus ojos! ¡Mas vino su ira por mi cobardía! ¡Su determinación a transmitirme su sentir, su impotencia! ¡Y llegó el beso cual fugaz suspiro! ¡Me soltó y lo supo, lo supo! ¡Ya no era más de ella, ya no era yo... ya no era la que amó, me despreció!
Lloré. ¿Cómo había sido capaz de volver? ¿Cómo tenía siquiera la osadía...?
Lloré por no ser más ella... esa... ¡Vuelve! Me decía la voz de nuevo...
Desperté... El bosque estaba ahí, aun café, aun otoñal, las copas de los árboles tan altos se mecían al viento.
Me levanté y volví sobre mis pasos.

-Rápido-, me gritaba mi voz interior mientras corría por el mundo de los recuerdos, -era por aquí, cuidado o nos podríamos perder en el ayer... ¡Encontrémosla y larguémonos de aquí!- ¿Deja vú?

Ahí, de nuevo, de espaldas a mí, mirando un horizonte sin pintar, corrí, estiré la mano, mis labios una línea marcada eran, un paso más... otro más... dos más... tres... cuatro... ¡cinco más...! ¡Solo un poco más! ¡Sujeté su brazo con determinación! -Ya estoy aquí- le dije mientras el mundo comenzaba a tambalearse, ¡se había perdido todo! ¡El tiempo se me había acabado! La giré... ¡La miré por fin! ¡Estaba asustada y confundida! -¡Mírame, mírame!- le gritaba mientras el tiempo me arrastraba de vuelta -Volveré a buscarte, no te extrañe si mi exterior no es el mismo, seré yo, tal vez no recuerde pero hazme saber y lo comprenderé- ella me miró con una sonrisa y sus bellos ojos marchitos  se llenaban de lágrimas mientras me gritaba -¡Te seguiré esperando!-

El tiempo me arrastró a la oscuridad. Se había acabado.
Tal vez morí. Tal vez dormí. Tal vez ahora sí lo logre.

Oscuridad. No soy más esta. No soy más nada.

Luz. Recuerdo un amor perdido en un bosque... Una mujer... con ojos tristes, ¿será destino? 

Una voz en mi interior me grita -VUELVE-.

Continuará...