Cap 1

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-ven, por favor, no te alejes de mi- rogue arrodillandome tras  su paso

-te amo- dijo mirandome a los ojos antes de cruzar aquellas cortinas blancas

Desperté aturdida, mis manos temblaban. Observe el reloj a mi lado, apenas eran las 5:00 de la madrugada . Mi cuerpo no albergaba cansancio alguno, en cambio me sentía nostálgica. Camine al baño, la frialdad del suelo adormecia mis pies.

Me aterraba enfrentarme al espejo, ya apenas quedaban rastros de la mujer que antes era. Mis ojeras eran cada vez más pronunciadas. Lave mi rostro con desespero, odiaba esta versión de mi. El ruido de la lluvia hizo presencia. Era una mañana gris al igual que el día que se marchó. Si solo no hubiera venido por mi, si tan sólo no hubiera sido tan terca quizá aun estuviera viva, pero el hubiera no existe. Cada acción tiene su respuesta, y sin darnos cuenta ya hemos dibujado un destino no esperado, con muertes que nos serían difícil de digerir.

El invierno continúa, aunque ahora agosto sea. Mi corazón se está apagando, soy un tren que el tiempo anula.

- quizá va siendo hora de que me de por vencida- dejé escapara una leve sonrisa mientras deambulaba por la casa en busca de un lugar sin ventanas ni recuerdos

Busqué mi mejor vino, la ocasión lo ameritaba.
Me refugie en el ático, necesitaba aislarme de todo. A penas subí unos escalones y el silencio ya  imperaba. Sentí unas terribles ganas de ahogarme en llanto, pero mi cuerpo no  lo permitía. Mi cerebro estaba dañado, tal vez se sentía culpable. 

Me perdí en las cajas que guardaba celosamente en la oscuridad . Todo era sobre ella. Las pocas cosas que conservaba, las mismas que una y otra vez me engañé diciendo que ya no las necesitaba, seguían ahi, como si el tiempo no hubiese pasado. Me limité a darle un gran sorbo a la botella, para luego regresar las cosas a su sitio.

Quise alejarme de todo.
Mis memorias hoy eran mi tormento.

Con desespero abrí la puerta que ante mi se hallaba. Sentí como el frío viento abrazaba mi piel. Caminé al porche y percibí cuanto daño le habían hecho los años a mi hogar. El lugar se veía desolado entendía el porqué, pero  aun asi me era inevitable dejar que una lágrima rodase por mis mejillas. Aquel lugar que un día albergó tanta risa y cariño hoy estaba en ruinas.  Caminé, caminé hacia el roble que juntas una vez sembramos mientras la lluvia acariciaba mi piel. La nostalgia nuevamente invadió mi ser.

Entré a la casa en busca de las llaves del auto. Frente al garage me armé de valor para revivir y enfrentar de una vez y por todas mi pasado. Suspiré. El auto estaba ahí, como detenido en el tiempo. Las mismas avolladuras, los mismos fatídicos recuerdos. Aún podía sentir el petricor(el olor de tierra mojada) en los restos de  tierra atrapados en las gomas del automóvil.
Entré en él, puse las manos en el volante con algo de dolor. Pensé que jamás volvería a estar en dicha posición.

Flashback

2010 en el auto

- cuándo entenderás que tu padre nos abandonó?- grité- a él nunca le importamos- musité afligida

La niña a mi lado lloraba sin consuelo

- lo siento tanto cariño, tu mami en ocasiones se porta como una imbécil- Sami(la niña) se limitaba a restregar sus ojos tratando de esconder sus lágrimas

Me dolía verla asi, había sido muy dura con mis palabras y ella, era tan solo una niña, mi niña. Alejé la vista de la carretera para borrar los restos de lágrimas que empañaban su rostro.

- MAMI

Un ciervo se había cruzado en nuestro camino. Traté de esquivarlo, girando bruscamente el auto. Sentí las ruedas derrapar contra el pavimento.

Plaff

Desperté desconcertada. Mi cabeza dolía. Lo único que alcanzaba a escuchar era un sonido ensordecedor. Cuando entendí que Sami y yo nos habíamos accidentado, solo puede girar con desespero en busca de mi hija. Sami aún se encontraba inconciente. Traté de despertarla, pero no funcionaba. Sabía que debíamos salir ahi, quien sabe que pudiera pasar si continuabamos en el auto. Desabroche nuestros cinturones y fue ahi cuando lo noté. Los vidrios habían impactado con crueldad en Sami. Mi corazón latía fuerte me dolía verla asi. La tomé en mis brazos y le saqué de alli. La recosté en el suelo con cuidado, como si de la joya más valiosa se tratara. Busqué en mi bolsillo mi teléfono, tenía que pedir ayuda. Joder!! sin servicio. Era como si el universo conspirara en mi contra. Nuevamente la levanté y corrí con mi pequeña en brazos. Deambulaba por aquella carretera sin rumbo alguno, solo con la esperanza de mantener a Sami por más tiempo a mi lado. De pronto el ruido de un claxón captó mi atención. Un auto frenó ante nosotras y de el una anciana bajó.

- ayuda

Fue lo último que alcance a decir antes de caer inconciente.

Al día siguiente

- doctor ya está despertando- escuché entre sueños

Abrí mis ojos con necesidad.

- hola señora...?- dijo el médico

- White, Verónica White, que ha pasado? Cómo llegué aqui?

- calmese señora White, no debe sobresaltarse. Ud sufrió un accidente automovilístico ayer. La señora Lucas le trajo hasta aca

Accidente?! Fue entonces cuando los recuerdos del día anterior invadieron mi mente.

- dónde está mi hija?- cuestioné preocupada, el Dr solo se limitó a cambiar la mirada- dónde está Sami? DÍGAME!!

- lo siento señorita White, pero ella no lo consiguió,  perdió mucha sangre

Sentí las lágrimas recorrer mi rostro. Mi pecho dolía.

- todo es por mi culpa- cubrí con ambas manos mi cara

- no, está ud equivocada, de hecho no entendemos como pudo llegar tan lejos teniendo una pierna rota

- si tan solo hubiese puesto más atención nada esto hubiera pasado y Sami aún estaría aqui- me lamenté

- le dejaré sola, necesita descansar

Estaba sola, había perdido lo más preciado de mi existencia,  a mi hija

A la mañana siguiente la noticia del accidente y de la muerte de mi hija Samantha eran titulares.

La empresaria White ha sufrido un terrible accidente

Otra vez las consecuencias de sus vicios hacen presencia y esta vez arrastró a su hija con ella

Verónica White el epicentro de la tormenta

Nada de lo que decían me interesaba, en lo único que podía pensar era en mi dolor.

Mi mansión se volvió mi refugio. Los accionistas llamaban constantemente preguntandose por el futuro de la empresa. Ante la presión le otorgué un permiso a Mauricio para que manejase las cosas.

Los días se convirtieron en semanas, la semanas en meses y el resto ya es evidente

Fin del flashback

Arranqué el auto y salí de la hacienda. Me sentía agotada, ya no me quedaban fuerzas. Llegué al acantilado de aquella vez. Miles de recuerdos abordaron mi mente. Tanto sufrimiento en tan solo unos minutos.
Conducí a toda le velocidad chocando con la cerca que delimitaba el borde de la carretera. Estaba cayendo. Acabaría igual que como lo hizo mi hija.  Debería de sentirme preocupada o quizás asustada, pero mi rostro solo esbozaba una sonrisa de satisfacción.

El auto rodó colina abajo impactando con cada roca a su paso. Cualquiera en la situación de Verónica habría terminado 3 metros bajo tierra, pero el destino tenía otros planes. 

Don't Let MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora