Don't Let Me

Cap 2

Un leñador de la zona caminaba perdido en sus pensamientos. A él también le afectaban los días lluviosos, le recordaban lo miserable que era su vida. El sonido de un estruendo interrumpió sus ideas. Un carro se encontraba cayendo a gran velocidad por el barranco. Sin dudarlo corrió hacia el lugar. Al llegar tuvo que enfrentarse con la imagen de una mujer totalmente golpeada por la caída. Con su codo rompió la ventanilla del coche y logró sacarla antes de que el mismo explotara. La llevó hasta su casa, donde con ayuda de hija sano sus heridas.

- padre, dónde la encontraste?- cuestionó la joven de a penas unos 24 años
- su coche cayó por el acantilado, de seguro el asfalto mojado provocó que se accidentara
- no sabes quién es?!- el hombre negó con el rostro- debemos llevarla a un médico creo tiene un par de costillas rotas

Con ayuda de la joven subieron a la mujer a la vieja camioneta del leñador para llevarla hasta el médico más cercano.

Desperté, días más tarde en la cama de un hospital. Traté de levantarme pero un fuerte dolor azotó mi cuerpo, no sabía en que zona aquejaba más. Miré a mi derecha encontrándome con una joven que dormitaba tranquila en un pequeño sillón.

-hola- comenté en tono bajo, de inmediato la chica abrió sus ojos y salió a llamar a un médico para que me revisase.

En unos minutos estaba una doctora observando mis signos vitales.

- por lo visto está todo en orden- salió tras decir esto dejándome a solas con la chica
-recuerdas algo de lo sucedido?- me limité a negar

Aquel día no era tan claro para mi. A penas lograba recordar que salí de casa con el corazón hecho trisas, deseando de que todo acabara.

-hace unos días tuviste un accidente
-días!!-interrumpí asombrada
-anja y mi padre y yo le ayudamos, estuvimos al pendiente de ud hasta ahora
-se lo agradezco
-no es nada, ahora que está ud bien me retiraré
-espere-ella detuvo su paso- debe de haber una forma en que les pueda  agradecer a ud y a su padre por haberse molestado en ayudarme

En eso entró un hombre con el rostro demacrado a la habitación.

-ha pasado algo padre?-ahi supe de quien se trataba
-tan solo es que las cosas se han vuelto muy duras no se si podré continuar pagando tu colegiatura-el rostro del hombre refleba angustia
-no se preocupe-interrumpí
-ohh, srta ya ha despertado, lamento mi despiste venía aturdido, se encuentra ud mejor?
- si, algo aturdida, pero estoy bien. Le decía que en agradecimiento me gustaría pagar por los gastos de la colegiatura de su hija, es lo menos que podría hacer
-no tiene porque hacerlo nosotros actuamos de buena fe-dijo el hombre
-insito, que todo corra a nombre de Verónica White- por un momento vi la expresión de la joven cambiar
-sabía le conocía de algún sitio

No me asombraban sus palabras siempre fui foco de atención, pero desde hace años mi nombre a penas era mencionado.

- hace unos años- sus palabras me hicieron regresar a la realidad- acompañé a mi madre al trabajo y llegó una anciana acompañada de una mujer y su hija. Estas últimas se habían accidentado en una noche lluviosa. La niña no puedo sobrevivir,  había perdido mucha sangre, pero su madre vivió para contarlo

Escuchar esas palabras revivieron en mi tantos recuerdos.

- es ud aquella mujer?
-si, aquel día perdí a la persona que más quería
- le entendemos, mi mujer falleció años más tarde a causa de una terrible enfermedad
- me cuesta hablar de ello, desde años me ha atormentado la idea de no volver a tener a Sami entre mis brazos, no merece la pena continuar viviendo si mi pequeña no está
-no diga eso- afirmó el señor- si aún continuamos con vida es porque nos quedan planes por resolver en la tierra

Nunca antes creí en supersticiones, pero aquel hombre tenía razón. En dos ocasiones mi vida pendió de un hilo y aqui estaba. Quizá era hora de tomar las riendas de mi vida.

-srta le pasa algo?-dijo la joven
-ehh, no, tranquila. Entonces es un trato, permita encargarme de su colegiatura es lo menos que puedo hacer- dicho esto una imagen de alivo se dibujó en el rostro de ambos- que no se diga más

A los días pude regresar a mi morada.
Decidí mudarme a la cuidad, asi podría seguir de cerca mis negocios y alejarme de mis recuerdos.

-* Mauricio, necesitamos hablar