Capítulo 15.

2.2K 148 62
                                    

Perspectiva Cheryl.

Como lo había pensado segundos atrás debía ir por mí, no por ella ni por nadie más, porque merezco sanar, comenzar de nuevo, así como lo haría ella, sin mirar atrás. Tomé algunas de las notas que escribimos durante el tiempo que compartimos juntas releyendo cada palabra o en este caso cada mentira que en su momento creí. La tinta sobre aquel post-it aún lucía bastante fresca, como si lo hubiera escrito hace segundos. Pase nota tras nota hasta llega a la última, la última vez que leería una de sus estúpidas notas, de sus estúpidas mentiras.

Flashback.

Lucía realmente hermosa cuando se sentaba en su pequeño escritorio junto a su ordenador a hacer tareas, mirar una serie o escribirme notas, notas que dejaba en toda la habitación, notas que me dejaba al despertar, al salir de la ducha, cuando estaba distraída. Nunca me había sentido tan querida, tan importante para alguien como para que tuviera esos detalles. Guardaba todas y cada una de esas notas como recuerdo de lo amada que soy, de nuestro amor.

Me acerqué hacía su escritorio intentado mirar aquello que escribía, observando lo concentrada que me parecía cuando sacaba sus plumas, cuando elegía que post-it usar. No podía dejar de mirarla, no quería hacerlo.

Creo que había quedado clara la regla de no espiar hasta que te entregue la nota, amor.— Suspiro mientras dirigiría su mirada hacía mí, alzando una de sus bonitas cejas. Cuando me miraba de aquella manera era imposible decirle que no, concentrarme en todo lo que salía de su boca porque en ese momento lo único que quería hacer era besarle, besarle hasta que nuestros labios estuvieran lo suficientemente gastados que sería necesario separarlos para tomar agua.

No sabía que había reglas, amor. Por otra parte yo creí que sabías que no me gusta seguir las reglas.— Solté una pequeña risa traviesa mientras me atravesaba para quedar frente a ella, tomando lugar en su regazo donde comenzamos a besarnos hasta llegar a lo que me gusta nombrar como viajar en el tiempo a su lado porque no necesitaba un DeLorean para transportarme al lugar más bonito, más especial de la tierra, la necesitaba a ella, necesitaba probar sus labios, necesitaba sentir que era mía, que seríamos eternas, que tendría un siempre a su lado.

Fin del flashback.

Vaya estupidez, pensé. Tan cierto como que las estrellas no son fugaces o las promesas de amor que le haces a alguien estando enamorado. Que lindo nos ha quedado ese siempre, Toni Topaz. Repetí en mi cabeza con la intención de burlarme de toda la situación que me dejaba, que me hacía sentir como una tonta, como una estúpida. Amar duele pero lo que duele más es saber que todo fue una mentira. Vaya perdida de tiempo, vaya perdida de tiempo que fue amarte, que fue enamorarme de ti.

Seguían rondando las ideas sobre asistir o quedarme en casa atormentándome una y otra vez con el tema, con el hecho de que ella no volvería, con el hecho de que fui la única estúpida que se enamoró de verdad. Tenía que ir, necesitaba ir, quería mirarla junto a la mentira que fuimos. Me miraba al espejo una y otra vez tratando de encontrar, de pensar en la Cheryl del pasado, esto no estuviera pasando de no haberla conocido de no creer en la estúpida comedia romántica donde tengo a mi príncipe azul que en este caso era una princesa con su estúpida chaqueta que viene a salvarme en su motocicleta, vaya historia que me he hecho solita, no queda más que reír hasta cansarme, hasta darme cuenta que esas mierdas solo ocurren en ficción porque la triste realidad, mi triste realidad es que jamás voy a merecer ese tipo de amor, amor real, sincero, no una puta mentira que me llevó al cielo y después me llevó al suelo, vaya caída.

Arreglarme para la ocasión fue toda una travesía de la que me hubiera gustado no formar parte, tomé lo primero que vi del armario que en esta ocasión era un vestido rojo que seguía nuevo, tenía tanta ropa en aquel armario, no era ningún secreto que el ir de compras llenaba un vacío emocional, vacío emocional que ahora no podría llenar  porque el día que ella me dejó se llevó una parte de mí. El problema con las relaciones de hoy en día es que se llevan una parte de ti, te dejan en el suelo recogiendo los pedazos que te esforzaste por recuperar, por conseguir y que una idiota en un dos por tres de golpe te quite eso y más, vaya que jode.

Y la verdad es que en ese momento me había agarrado un golpe emocional del que no podría salir, por lo menos no aquella noche.—Hoy me quiero prometer, hoy nos quiero prometer que la dejaré ir, que la soltaré tal como ella me soltó y que esta noche será la última en la que mis labios vuelvan a pronunciar su nombre, sería la última noche en la que mi corazón le perteneciese porque hoy me desprendo de ti y de todo lo que causaste en mí Toni Topaz, hoy te dejo y hoy soy libre de lo que alguna vez sentí por ti.— Pronuncié con lágrimas en los ojos frente al espejo, merecía muchas cosas pero esto no. No merecía sentirme de esta manera por alguien que nunca sintió lo mismo por mí, que no supo cuidar de lo que le di, lo que le entregué. Hoy sería distinto, hoy sería la misma Cheryl que tanto detestaba, porque por más que todos odiaran esa versión de mí la verdad era que aquella versión me mantenía a salvo, porque a esa Cheryl no iban a romperle el corazón, no de nuevo y no volvería a permitirme caer por alguien, por nadie. La hora avanzaba más y más, no podía despegar mi mirada de aquel reloj y vaya que tampoco podía dejar de pensar que si aquello que decía que es algo que podría cumplir, había tantas preguntas rondando por mi cabeza, preguntas sin respuesta porque aquello era más complicado que decir "hoy te suelto, hoy te dejo ir", ¿es que se le puede mentir al corazón de esa manera?, ¿es que puedo decir una cosa y sentir otra?, ¿es que puedo soltarla y aún así seguir amándola con cada partícula de mi cuerpo? Entre otras tantas y cientos y miles de preguntas que me hacía en aquel momento sabía que finalmente era hora de ir, hora de ir a esa estúpida fiesta donde no pertenecía pero mi orgullo era demasiado grande, lo suficiente como para desear que aquella viera que me encontraba bien, que no lloré cada noche sobre su chaqueta deseando que fuera ella, deseando que sus brazos fueran los que me reconfortaran en la madrugada cuando más frágil me sentía, lo deseé por tantos meses, por tantos días y para ser sincera lo deseaba ahora pero no eran más que ilusiones que ella se encargó de romper. Sabía que necesitaba una excusa para asistir, una excusa que hiciera las ruido que mis ganas así que me dispuse a tomar la chaqueta en mis manos porque en aquel momento parecía la excusa perfecta para hacer acto de presencia en aquella fiesta, escuchando que alguien golpeaba la puerta me percaté que Verónica y Betty habían fingido preocupación y ofrecieron a llevarme, fingido o tal vez era preocupación genuina pero no podía esperar mucho de esas dos, suspiré y me dirigí hacía la entrada observando el lindo auto en el que iríamos a la fiesta, era obvio ya que el padre de Verónica siempre estaba metido en algo sucio y de ahí la fortuna de los Lodge, en esta ocasión no tenía ni ganas, ni humor para molestarla ni mucho menos preguntar de donde había salido aquel auto, simplemente subí junto a la chaqueta sintiendo las miradas juzgadoras de esas dos que claramente ignoré al igual que todas sus preguntas e intentos de saber cómo me sentía, suficiente tenía ya lidiando con todo el tema de Toni y su supuesto amor. Cuestión de minutos de camino que para ser honesta se me hicieron como horas por la incomodidad y el nerviosismo y es que quién no querría arrepentirse y volver a casa a llorar bajo las sábanas, en ese momento yo deseaba dar un paso, ponerle un stop a toda esa situación, eran demasiados sentimientos por una noche que aún no comenzaba y ya me sentía saturada, me sentía cansada, me sentía dolida y frágil. Mientras aparcaban el auto pude observar de pies a cabeza aquel lugar que para ser una fiesta del grupo de amigos de Toni parecía bastante decente e incluso elegante pero no le haría ni un cumplido a esa... a esa gentuza porque al final eso era lo que todos eran, incluso Toni..

Cheryl... creímos que no vendrías.—Mencionó Jughead algo nervioso mientras observaba a Betty que realmente lucía atractiva, internamente pensaba cuando terminarían esos dos porque claramente no estaban hechos para estar juntos así como Toni y yo.—

Y yo creí que la fiesta la harían en una gasolinería, supongo que las expectativas de todos siguen cambiando esta noche.— Le respondí dejándolo con la palabra en la boca mientras caminaba por aquel jardín que increíblemente era enorme, podrías cometer un asesinato ahí y nadie lo notaría, caminé lejos de todos hasta que choqué con una chica alta, rubia, con ojos claros como el mar que simplemente me recordó a una chica de mi adolescencia pero no lograba recordar a quién hasta que..

Cherry.. ¿eres tú?— Cuestionó aquella chica y todos los recuerdos volvieron a mi mente de golpe dejándome sin habla, lo suficientemente abrumada como para saber que era Heather, mi amor de secundaria o algo así, siquiera sé si fue amor pero sin duda alguna fue mucho más real que lo que tuve con Toni.—

Nota: Soy yo de nuevo después de casi un año, tal vez más pero quería actualizar esta historia y disculparme por si hay algunas inconsistencias en la historia, como siempre leo sus comentarios y espero que disfruten este capítulo y voten para escribir uno o tal vez más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 03, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cóseme-Choni.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora