II. El fabuloso encuentro

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Yaritzin no estaba prestando atención a la clase, estaba perdida entre sus recuerdos de esa misma mañana; había sido muy sorprendente para ella, puesto que Keisuke, la persona a quien más admira; paso todo aquello junto a él; ya habían pasado varias horas desde que se despidió de él, pero ¿Por qué o podía dejar de pensar en él?



– ¡Ey! – le gritó Damaris – despierta, tenemos trabajo, acaba de terminar la clase, pensé que nunca me harías caso – le dijo riendo – te perdiste como nunca – dijo con un semblante burlón.

– Ah, perdona, sabes que me pierdo en mis pensamientos todo el tiempo – le respondió un poco distraída.

– Sí, y más cuando piensas en Keisuke ¡Ja! – dijo Damaris de una manera espontánea, siguiendo con su tono alegre.

– ¡Oye! – exclamó enfurruñada – espera, voy a guardar mis cosas.

– Sí, sí, sí, sí, apúrate, se hace tarde, y ya deja de pensar en Keisuke que te distrae – dijo con una sonrisa maliciosa.

– Pff, obviamente – le dijo Yaritzin un poco nerviosa, pero tratando de ocultarlo, no espera que le dijera eso, se puso como un jjitomate, muy, muy, muy roja – puesto están haciendo un nuevo álbum...¿Sabes? Encontré otras fotos de Aoi y te quería hacer un colash, además ¿Por qué no estar pensando en Keisuke?, tú sabes que me gusta mucho – se excusaba – ¡ah! – dijo con un tono bajo y rasposo – me encanta – le dijo con una gran sonrisa en el rostro y tratando de disimular su nerviosismo, hablando y hablando.

– Tienes razón, y me encantaría ese colash. Por cierto...¿Qué fue lo que pasó en la mañana? ¿Por qué llegaste junto a Keisuke?

– Ah eso, fue...que lo ví al otro lado de la carretera, de repente apareció frente a mí corriendo con una horda de fans tras él, me agarró del brazo, ya estaba corriendo en frente a su lado, tuve que perder a esas fans locas, nos metimos en una bodega de limpieza, eso creo. Me dio su autógrafo y me acompañó hasta la escuela, más bien me persigió, pareció como si estuvieramos jugando carreritas. Todo eso en terminos generales... – se cansó de hablar, y tomo aire de nuevo para seguir – que cosas de la vida ¿no? – lo dijo rápidamente y nerviosa – ah – hasta quedarse sin aire.

– ¡Es en verdad sorprendente que lo llegaras a conocer de esa manera! – empezó a agitar sus puños hacia arriba y hacia abajo. – Ahora sí puedes morir en paz. Ja ja – bromeaba.

– ¡Oye! – dijo un poco sobresaltada, pero se le pasó brevemente – bueno, en realidad sí, es lo que yo siempre decía jeje – le dijo recordando cuando estaban en la escuela preparatoria, decía que hasta no conocer a Keisuke podría descansar en paz.

– Ja, ja, ja, ¿ves? Bueno no – Damaris bromeaba muy alegre.

– Aunque ocurrió algo, ¿extraño? No sé, fue muy vergonzoso. Me abrazó, y no puedo creer que lo haya hecho – dijo mirándola con una exaltación nerviosa y confundida, después volteó a ver al piso mientras guardaba sus cosas escolares – no estoy segura en qué pensar, es un completo desconocido, y tú sabrás bien que no confio fácilmente en la gente...no sé qué pensar realmente – dijo con una cara muy seria y roja – es que ... ¡me gusta tanto que no quiero pensar más de él! Aunque lo que hiciera fuera un tanto extraño.

– Bueno, sí, tienes razón – le respondió Damaris seriamente – "...¿O no será por aquella vez?" pensó instantáneamente – ¿Recuerdas cuando llegamos de México y defendiste a esa persona que estaba atrapado entre muchas personas que estaban gritando como locas?

Entre 2 MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora