Esencia [1/2]

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—¿Un nuevo?—Capricornio frunció el ceño, extrañado—. Pero si es el último año, ¿para qué cambiarse?

—Eh—Acuario se despegó de la pared donde yacía apoyado, y alzó las manos, como defendiéndose—, no sé yo. ¡Cumplo con informar!

—Solo querías chismear, como siempre.

—Un chisme jugoso el primer día de clases es el mejor aperitivo—se mofó el rubio platino, lamiéndose los labios. Capricornio no sabía si contaba como chismear el datar un hecho cuyo conocimiento no afectaba en nada, pero qué más daba...—. Pero, ¿sabes qué? No ha hablado con nadie. Llegó y se sentó, ¡sin preguntar si era de alguien!

—¿Había alguien en la sala?

—Bueno, solo yo.

—Entonces, estás ofendido porque no te habló a ti, ¿o no?

—¡Qué bien me conoces!

—Y, ¿a qué hora llegaste? ¿Tanto deseabas volver a clases?

—¡Me gusta ser el primero en enterarme de todo!

—Solo querías ver a Cáncer antes que nadie.

—Jo—el signo aire puchereó—, si es que no te puedo ocultar nada. ¡Tonto!

Miró al techo, fingiendo hastío, y acomodó su mochila al hombro.

—Vayamos ya, para coger un puesto.

Acuario se puso a su nivel, trotando.

—Como si alguien fuera a ocupar la primera línea además de ti y el empollón ese.

—Cállate.

Capricornio se ponía adelante porque era un poco miope, pero no le gustaba usar lentes.

Acuario tenía razón: solo Libra estaba sentado al frente del pizarrón, con los audífonos puestos y la cabeza reposada en sus brazos. Fue cosa de dar unos pasos y colocar su bolso junto al chico, pues le caía bien y llevaban los últimos dos años sentándose juntos. Libra lo saludó con un gruñido y un ceño fruncido, a lo que él palmeó su espalda. Tampoco hubo más oportunidad de interactuar, porque el rubio lo agarró del brazo y lo llevó a su puesto.

—¡Mira qué bien se está acá!—decía, zarandeándolo—. Tengo vista al patio, ¡y a la pista! Sabes lo que significa, ¿no?

—Que podrás ver a Cáncer—dijo él, arrastrando las palabras—, grabarlo y usar esos vídeos para en tu casa mas- —la mano del chico en su boca le impidió continuar.

—¿No te quieres sentar delante de mí?

—No.

—¡Jo! ¡Pero si está muy cerca de la pizarra!—Acuario extendió los brazos, como simulando la distancia—. Solo haces así—entrecerró sus ojos—, ¡y ya está! ¡Todo bien!

—Me agrada Libra.

—Ese se la pasa hablando de series y cómics raros.

—Por lo menos tiene un IQ adecuado para entablar una conversación de igual a igual.

—¿I-CU?

Con una risita nasal, se encogió de hombros. En el edificio rebotó el sonido del timbre, molesto y demasiado fuerte, largo.

—Va, me dev- —Acuario lo cogió de los hombros (tremendo esfuerzo, porque requería que el rubio se pusiera de puntillas y alzara los brazos) y lo giró, unos 50° sentido antihorario.

—¿Ves a ese? El que está durmiendo—solo había uno con la cabeza gacha. Su cabello era castaño, pero como del tono del chocolate de leche—. Es el nuevo.

Esencia [CapriTario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora