𝐢𝐧𝐭𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧

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  Allí estaba. Allí, en ese familiar escenario, se encontraba la causante de sus sueños, mejor conocidas para él como "pesadillas". Allí, con ese extravagante traje, algo más cubierta a comparación de los otros atuendos que usualmente utilizaba. De pie en el escenario, con su típica máscara que muchas veces deseaba arrancar y conocer a la mujer que tanto lo traía loco desde el primer día que puso un pie en ese infernal sitio, con sus voluptuosos labios rojos, su cabello rubio hasta su cintura brillante y tan suave, y lo mejor de todo, con esa maravillosa voz que ansiaba escuchar desde el primer momento que la vio.

  Su respiración se contuvo al momento en que vio como desprendía sin cuidado alguno el pequeño chaleco blanco que traía puesto. Vio como la prenda era lanzada hacia un lugar del público de hombres, aquella escena podía ser comparada con un grupo de amigas esperando a que la novia lanzara el ramo y una de ellas lo atrapara.
  Pasó un poco de saliva por su garganta sin quitar la vista ni un maldito segundo de ese espléndido cuerpo. De como éste se movía al compás de la delicada música, de como en cada movimiento una prenda quedaba en el completo olvido.

  Al fin.

  Por fin podía ver más de esa clara y lechosa piel sin ningún tipo de imperfección. Su delicado cuerpo, sólo cubierto con una fina lencería blanca que cubría lo suficiente para dejar a cualquiera con ganas de ver más. Modelando esa exquisitez de cuerpo sobre la pequeña pasarela, demostrando lo segura que estaba de si misma, con aquellos tacones blancos altos y esa majestuosa voz que enloquecía a todos.

  Bajó del escenario caminando de manera completamente sensual. Dispuesta a llegar al único objetivo de toda su noche.

  El joven hombre en su asiento, de un trago acabó con todo el whisky de su vaso, sonriendo cuando sintió como el perfecto y redondo trasero de la preciosa joven se posicionaba sobre sus piernas.

──Veo que otra vez se encuentra aquí, Señor JK──

  Con ese seductor susurro sentía que lo llevaba al borde de la locura. No sería una sorpresa para los demás que tomara a la muchacha en sus brazos y huyeran del lugar, cualquiera en su posición lo haría sin dudarlo.

──Jamás me perdería un espectáculo tuyo, mi ángel──

  Ambos sonrieron cómplices. Otra noche en la que se demostrarían cuanto llegaban a encantarse y enloquecerse.

──Con mucho gusto, éste ángel lo complacerá, JK──

Otra noche en la que expresaban tanto y hablaban poco.

𝐬𝐭𝐫𝐢𝐩𝐩𝐞𝐫  |  kookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora