Vistazo.

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«Fuimos amigos, en algún momento eso cambio y aún trato de averiguar si nos equivocamos»







"Si tan solo supieras".

"¿Saber qué?".

"Antes de conocerte, jamás me hubiera planteado que pasaría una tarde entera viendo cómo unas cuantas flores brotan en el jardín donde he crecido toda mi vida, la primavera nunca ha sido mi estación preferida pero ¡mírame ahora aquí!".

"¿Qué cambió?".

Por primera vez sintió como su corazón se estrujaba, le dolía solo el hecho de estar junto a él, sentir que podía hacer cosas, a su parecer simples, pero que la persona a su lado estuviera privada de la capacidad.

De repente tenia sus ojos anegados en lágrimas, sus manos temblaban mientras giraba su rostro y encaraba al hombre sentado junto a él, deseaba con todas sus fuerzas tener el poder de pasar el índice de sus dedos sobre aquellas iris cristalinas y abrirlas.

"¿Por qué lloras, pequeño Li?".

"Deseo que me veas" escuchó su voz quebrase al final.

Aquella comisura traviesa del azabache se elevó en una sonrisa lúdica, Gerárd le tomo el mentón y limpio con su pulgar aquellas lágrimas rebeldes.

"Te veo claramente Lian, no necesitas compadecerme".

Y aquel era uno de los más grandes misterios detrás de ellos, porque aunque uno no era vidente, aquella oración sono tan cuerda que no pudo dudar.

El lo veía; Gerárd era la unica persona que podía verlo.










«Todos podían percibir tu luz, yo quería ver tu oscuridad»






El Despertar de las Calendúlas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora