Distancia prohibida

Ni yo me entiendo

Al siguiente día Ela y Ana se levantaron cansadas por que ayer trasnocharon. Ela aparte no había podido dormir pensando en todo lo que había pasado con Raul aquella noche y no sabia que iba a hacer cuando le viera ese día.
Ana y Ela salieron de casa y en el parque estaban Carla, Edu y Sara, faltaba Raul que se solía quedar dormido y por eso llegaba tarde. Llegó diez minutos más tarde y se sentó en un columpio, Ela no quiso saludar y Raul se extrañó porque el pensaba que podía haber algo entre ellos, Ela le quería pero sentía que podría jugar con ella como hicieron otros chicos y no sabía si podía confiar en el conociéndolo de un día.
Estuvieron hablando un rato y Raul al ver que Ela estaba muy callada y no parecía que fuese a hablar la invitó a ir a dar un paseo un rato para hablar, todos sabían lo que pasaba así que les dejaron irse, Ela iba sin ganas pero había algo que le decía que fuera.
Una vez lejos del parque se pararon y Raul le preguntó porque estaba tan fría y no hablaba con nadie, ella no sabía que decir, no se sentía lista para contar sus experiencias con otros chicos. Se hizo un silencio absoluto y Raul volvió a preguntar, Ela miró al suelo sabiendo que debía contárselo pero ella no sabía como decirlo, entonces Raúl le cogió de la cintura le miró a los ojos y le dijo, no hace falta que me cuentes lo que te pasa solo quiero que sepa que te quiero desde el momento en el que te vi llegar al parque. Ela se sonrojó se miraron y Raul la besó, Ela sentía que por fin había encontrado a alguien que le hacía sentir bien. Ellos dos solo se querían besar y estar juntos para siempre así que se fueron de donde estaban y salieron del pueblo, Raul le enseñó a Ela un sitio que solo el conocía, una pequeña casa abandonada en perfecto estado con todos los muebles en su sitio, entraron y Ela sorprendida no sabía que hacer porque ella ya sabía lo que iba a pasar. Raul le dijo que si no quería hacerlo podían volver al parque o quedarse allí hablando pero Ela sin pensarlo dos veces se lanzó y allí pasaron dos horas, Raul y Ela estaban más felices que nunca los dos juntos acurrucados en la cama después de haber echo todo lo posible e imposible, decidieron irse porque tenían varias llamadas perdidas de sus amigos que ya debían estar preocupados, se vistieron y fueron para allá, mientras caminaban Ela tenía la duda de si eran algo o solo se divertían, más tarde cenaron y por la noche se sentaron todos en corro a contar historias de miedo y a reírse, Raul intentaba llamar la atención de Ela, y aunque Ela se enteraba ella prefirió no hacerle caso porque ella no sabía que eran y si iban a ir en serio, Raul prefirió dejarla en paz hasta el día siguiente aunque el no entendía nada, y Ela tampoco.