Perfect

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Estoy en el aeropuerto, me despido de mi familia y amigos, mi papá, mi mamá, mi hermanos, Gavin, Alice y Diego, mis mejores amigos Nina, Thomas y Ronnie, al perseguir mis sueños dejo mi tierra natal que es Toronto, me iré a vivir a Chicago, ya tengo todo listo allá, voy a empezar una nueva vida allá, me fui al avión, cuando llegué a mi lugar me senté y tomé mi celular al igual que mis audífonos, empiezo a escuchar The Man Who Sold The Word de Nirvana, poco a poco me fui quedando dormida.

Desperté cuando faltaban 10 minutos para llegar a Chicago, lo bueno era que tenía conocidos en Chicago, entre ellos, mi primo Maison y su mejor amiga, quien también es mi amiga, Sayda Barnes, ambos, quienes tienen una empresa, la cual crearon al salir de la universidad, cuando bajé, me dieron mis pertenencias, cuándo iba saliendo vi un letrero que decía Audrey Newman.

—Oh no lo puedo creer Maison —corrí dejé mi maleta cerca de nosotros y lo abracé—. Te extrañé tanto primo— dije exagerando

—Audrey, solo fue un fin de semana, pero también te extrañe, lo bueno es que ya estás aquí, ¿Nos vamos? —pregunto

Asentí y caminamos hacia la salida, metimos la maleta en el maletero, nos subimos a su carro y arranco.

—¿Que tal el trabajo?

—Pues bien, ya sabes, todo bien, papeleo más papeleo, ¿Audrey estás segura de querer estudiar esto?

—Si, me gusta mucho, te aseguró que haces un buen trabajo

—Gracias, ay primita, ya verás en qué mundo te vas a meter

—Te admiro demasiado Newman

—Oh vamos Newman, no me hagas sonrojar, es mi trabajo, tengo que hacerlo

—Okey, ya no te haré sonrojar por mis cumplidos

Mire detrás de la ventana, no podía creer el hecho de que ya estuviera en Chicago, la ciudad es verdaderamente hermosa, la he amado desde la primera vez que vine.

Llegamos a un edificio, el cual pertenecía a la empresa de Maison y de su mejor amiga; ahí estaba una de mis personas favoritas en el planeta, Sayda, me gustaría que salieran, en verdad hacen una buena pareja, pero... Maison no se da cuenta que a Sayda se le cae la baba por su culpa, bueno también es viceversa.

—¡Sayda! —grite

—¡Audrey! —grito

Nos abrazamos, Maison empezó a negar, sabía lo mucho que nos estimamos, se tendrá que acostumbrar a vernos juntas.

—¡Qué bueno que oficialmente ya estás aquí! —exclamó Sayda

—Si, ya nos podremos ver más seguido, aparte de que podremos salir —dije

—Chicas, ¿Nos vamos? —pregunto Maison

—Si vámonos —dijimos Sayda y yo al unísono

Subimos al carro, fuimos al departamento de Maison el cual compartía con Sayda, ellos decían que eran solo amigos, pero había más que una amistad, había unos coqueteos de por medio, pedimos pizza de pepperoni, Maison fue por Coca-Cola, empezamos a platicar, cuando hablaba Maison, Sayda se le quedaba viendo con mucha atención.

—Mmm, Audrey, ¿Cuándo estas libre? —pregunto Maison

—Lo más seguro es el viernes ¿Por qué? —pregunte

—Bueno, me contaste que ya no tenías pareja, pues conozco un amigo que tampoco ya no tiene, los quiero presentar —dijo Maison

—¿Enserio? Bueno, está bien, otro que me quiere presentar un amigo —dije