III

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Anoche te volví a soñar. Soñé las cosas que habíamos dicho que haríamos, pero nunca hicimos. Soñé sobre nuestra conexión y complicidad en la intimidad de mi cuarto. Soñé besos y caricias. Por un momento todo se sintió tan real. Por un momento, creí que en realidad estaba ahí, contigo. Por un pequeño instante me dejé llevar y te sentí ahí, a mi lado. Y te juro que fue lo mejor que he sentido en estos angustiosos días. Sin embargo, cometí un error, y cerré mis ojos por un instante, y cuando los volví a abrir estaba mi cuarto. Sola. Y recién ahí me di cuenta que todo había sido un sueño. Cuando asimilé que todo había estado en mi mente, lloré. Lloré porque no puedo soportar que ya no estés aquí. Lloré porque ya no te puedo contar lo que soñé. Lloré porque te extraño demasiado.




Cerrando ciclosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora