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Sábado
Eran las 4 de la mañana y todo el grupo estábamos en el estadio de la escuela, era una mañana algo fría, con los ánimos bajos debido a la falta de sueño,incluso podía ver cómo algunos compañeros aún traían puesta su pijama.

Algunos minutos habían pasado y aún no llegaba ningún vehículo, entonces me acerqué con Gomi, que traía puesta una pijama de skytty.
-Hola- le dije yo
-hay, hola- decía mientras daba un bostezo
-¿Lista para el viaje?-
-¡Si!- decía mientras daba pequeños saltos

Después de la corta plática un autobús y algunos transportes más pequeños, como camionetas o camiones, fueron llegando, y se estacionaron enfrente del estadio, bajándose de ahí el profesor Allard.

-¡Atención! El grupo tendrá que dividirse en 7 grupos de 4, una vez hechos los grupos los anotaran con la profesora Gina- dijo mientras la profesora iba bajando de uno de los transportes -una vez hecho eso, les asignarán un transporte en donde tendrán que ir hasta que lleguemos al aeropuerto; ahora comiencen a formar sus equipos-.

Todos en el estadio empezaron a moverse, hablar y formar equipos, incluido yo; la mayoría tenía equipo completo, excepto nosotros, que solo éramos tres; David, Gomi y yo; empezamos a buscar si alguien se quería unir hasta que una compañera que tenía puesta una sudadera, y con la capucha de la misma puesta, se nos acercó:
-Hola, ¿Me puedo unir con ustedes?- dijo con un tono de voz algo apenado
-¡Si!- dijo Gomi -¿Cómo te llamas?-
-Me llamo Naomi- dijo mientras se quitaba la capucha.

Quedé asombrado, era realmente bella, tenía rasgos finos, unos ojos con un color igual que el amanecer, un rostro impecable, su nariz fina, sus cejas finas y definidas.
Me quedé perdido en la belleza de su rostro hasta que Gomi me jaló del hombro y me dió un ligero golpe en la cabeza.

-Oye, ¿Tu eres nueva no es así?- preguntó David
-Si, vengo de Kalos, fuí entrenadora pokémon, pero no logré superar la liga pokémon, y como mis padres se mudaron, pues, tuve que venir aquí, aunque pienso regresar a ganar esa liga pokemon- según iba diciendo todo eso un aura de determinación la rodeó a tal punto que era casi visible.
-Bueno ¿Y si vamos a anotarnos?- comentó Gomi, para acto seguido ir con la profesora Gina.

Una vez anotados nos acomodaron en el único autobús, dónde nos tocaba sentarnos en la parte de el medio, y tras un "piedra, papel, tijeras" nos sentamos en dos pares: enfrente irían sentados Gomi y David, y atrás de ellos iría Naomi y yo. Una vez que ya todos estaban acomodados en los distintos transportes y en sus respectivos asientos, el autobús avanzó junto con los demás vehículos y tomaron rumbo al aeropuerto.

El camino era ligero, la gran mayoría estaban dormidos, algunos otros estaban viendo el paisaje por las ventanas del autobus, yo incluido. El aburrimiento se estaba haciendo cada vez más grande, y no tenía nada muy bueno que hacer; decidí voltear a ver a los demás, pero no pude ver a nadie, el autobús estaba vacío, no se veía ninguna silueta humana, me espanté, decidí levantarme, y fuí a dónde estaba el conductor, solo para ver qué tampoco había nadie ahí, entonces volteé a la parte de atrás del autobús y ví al mismo ser que había visto antes, la misma figura humanoide que me había perseguido cuando dormí en el salón, el seguía estático, no parecía un ser vivo; parpadee; aquel ser estaba frente a mí, erguido, esta vez podía sentir su respiración; sin más, cerré mis ojos y sentí como si su mano apuñalara mi estómago, sentía como la sangre chorreaba por mi abdomen y como salía por mi boca, traté de gritar pero no pude, después de todo esto aquel ser sacó su mano de mi estómago y caí en el piso del autobús, mi vista se nublaba y mi mente se quedaba en blanco.

Abrí mis ojos, de alguna forma me había quedado dormido, pero algo no estaba bien, sentía mucho dolor en mi estómago, además de que parecía estar húmedo; decidí levantarme la playera para revisar que tenía y fue que pude ver cómo tenía un rasguño realmente grande en la misma zona donde aquella cosa me había apuñalado. Intenté aguantar el dolor, no era tan complicado, pero la herida no paraba de sangrar, no sabía que hacer, mi temperatura empezó a subir, me sentía ansioso, nervioso, buscaba una forma de poder detener el sangrado, utilicé mi chamarra para hacer presión, pero no sé detenía, entonces alce mi mano, pero nadie vino.

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⏰ Última actualización: Mar 13, 2020 ⏰

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