Me desperté en una especie de celda era oscura casi no veía nada a excepción de una ventana que no me podía acercar mucho por unas cadenas que me sujetaban muy fuerte a la pared. Lo que llegue a ver desde donde podía era que había otras celdas con rejas y por lo menos se podía ver algo. Me senté y traté de descansar hasta que escuché un ruido de una puerta muy pesada abriéndose. Y ellos bruscamente me tomaron de los pelos para que no escapara aún con cadenas que eran más pesadas que yo. Tenía apenas 9 o 10 años. Tenía miedo y ellos desde esa edad me entrenaron para ser una guerrera. Me hirieron, me dejaron moretones y golpes que todavía los tengo en la cabeza. En mi décimo séptimo cumpleaños me regalaron un uniforme de guerrera. Una campera de cuero con una de un anillo creado por gotitas negras con puntos dorados dentro, una pollera y un par de botas largas.
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Me veía amenazante o eso creo.
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Me dieron mi morpher y veía que era parecido al de mis enemigos. Estaba lista pero lo que me dijeron que todo esto lo guarde que iba a vivir en un apartamento en Buenos Aires y para cuando sea el momento atacar. Tenía que vivir un año aproximadamente. Durante ese tiempo me adapté a ese lugar y me había olvidado de la misión hasta que encontré bajo mi cama el morpher y uniforme. No me acordaba de cómo se usaba y empecé a probar hasta la transformación. Me tocaron la puerta y al mirar por la mirilla...
