El chico sin un hada.

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Toda esta historia se remonta a los primeros días del 2020, pero para que se entienda un poco más todo esto, empezaré un poco más atrás. Hola, mi nombre es Charlie, y soy lo que se podría definir como un fanático de los videojuegos, o gamer si quieren ser más técnicos. Heredé este gusto gracias a mi padre, ya que desde pequeño él siempre me mostraba sus consolas y los juegos que con estas venían. Mario Kart, Kirby, Megaman, entre otros, pero de todos esos conjuntos de pixeles animados, hubo uno que se robó mi corazón desde el primer momento en el que simplemente toque un mando para jugarlo, y éste fue el Zelda. El primero que jugué fue A Link To The Past, y poco a poco fui probando junto a mi padre los que iban saliendo con el tiempo, hasta que de un momento a otro ya había jugado cada fragmento de la franquicia de Zelda que existía hasta el momento, y justo ahí empieza la verdadera historia.

-¡Mamá, ya llegué!-dije mientras cerraba con fuerza la puerta detrás de mí. Recién llegaba de la universidad y fui a la cocina a saludar a mi madre. -¿Algún día piensas irte de aquí?-. Ella era mi hermana, siempre dándome muestras de cariño envuelto en sarcasmo, la adoro. -Mientras que siga siga siendo de ayuda y no dañe algo valioso, tendrás que soportar a este tipo por un tiempo más-me burlé de ella mientras revolvía su cabello con mi mano. Saludé a mi madre en la cocina, y antes de irme tomé uno de los emparedados que había cerca suyo sin que lo notara y subí corriendo de dos en dos los escalones hacia mi cuarto, lo cual pronto supe fue una mala idea ya que terminé por estampar mi cara y medio emparedado contra uno de los escalones de arriba de las escaleras. -¿Acaso no puedo hacer algo sin acabar lastimado?-. Terminé de subir un poco más lento hasta que pude llegar a mi habitación casi ileso, aunque el emparedado no cuenta la misma historia...
Un extenso pasillo se extendía hacia mi izquierda, pero no hay ningún problema, como fui siempre uno de los más impacientes en la casa, cuando nos mudamos aquí lo primero que hice fue entrar en la primera habitación que vi al iniciar el pasillo, y desde entonces nadie pudo moverme de esas cuatro paredes a las que llamaba "cueva", qué linda historia. Terminé de comerme el cadáver de mi emparedado secuestrado para poder abrir la puerta y volver a mi lugar feliz, donde podía relajarme de otro duro día en el instituto. Observé esa pequeña obra de arte en decoración como si fuera la primera vez que entraba, pasando mi vista por mi repisa de figuras de acción, luego hacia el gavetero con ciertos coleccionables como cartas, cartuchos viejos y una réplica de la ocarina del tiempo que conseguí en una convención; ah, y varios posters que había en un muro, era bellísimo. Lancé mi bolso a la cama como de costumbre e inicié mi ritual diario para pasar la pereza de la universidad, dejándome caer hacia mi cama y encendiendo la televisión con los dedos de mis pies, lo cual es una arte místico que pocos pueden dominar, y entonces concentré todas mis energías en mi dedo pulgar y comencé el proceso ancestral llamado "Canalear". Pero entre los destellos de películas e infomerciales aburridos que se veían y escuchaban, escuché una palabra muy familiar, o más bien, demasiado familiar.
-¡Hey, hey, vuelve!-dije levantándome de la cama para sentarme frente al televisor y regresar unos dos canales, y lo encontré. -Este nuevo juego contará con las apariencias de todos los Links que han sido mostrados hasta ahora, con la posibilidad de elegir entre el inventario base de cada uno de estos, ¡Así que no espere, vaya a comprar el nuevo "The Legend of Zelda: Clouds of the Destiny"!-. En ese momento acabó el comercial, pero yo seguía procesando lo que acababa de escuchar, y si lo hice bien, entonces, entonces... -Un... ¡Un nuevo juego de Zelda!-exclamé saltando sobre el colchón, aunque claramente como soy yo, calculé mal y caí por el borde de la cama hacia el suelo, probablemente quebrando mi cadera de un golpe, pero valió la pena cuando se me pasó el dolor y la noticia seguía en mi memoria.
-¿No podías esperar al menos a febrero, Nintendo?-dije con el mejor tono sarcástico que pude lograr entre risas. Realmente el año no podía haber iniciado mejor que con un nuevo título de Zelda para ser añadido a mi colección, y probablemente otro juego que me daría dolores de cabeza por al menos dos meses, pero valdría la pena si era como lo escuché, porque, ¿Todos los Links mostrados hasta ahora? Woah, será divertido poder ver eso, y claro, usarlos también. No podía esperar a que saliera, pero no me quedaba más que aguardar quién sabe cuánto, no podía obligar a Nintendo a distribuir su juego primero en Inglaterra, así que por ahora me resignaría a seguir con mi vida. Veamos, ¿Tenía otra cosa por hacer?... Algo había... Algo... Bueno, realmente ya no recuerdo, gracias televisión; pero, aún puedo jugar un rato, quizás me ayude a recordar.
Encendí mi GameBoy e inserté el cartucho del Pokemón Rubí que había cerca, cargué mi partida y continué caminando hacia el siguiente pueblo, ya que la verdad no estaba tan lejos, pero apenas llegué me dirigí directamente al centro Pokemón para curar a mi pobre Grovyle que había sido apaleado por un Combusken de un desgraciado que probablmente conozcan, pero para no entrar en detalles, cuando entré vi a una niña un poco sospechosa a un lado de la PC, me le acerqué y esta me dijo algo muy inesperado. -¡Oh no, olvidé hacer mi tarea por estar jugando con mi Torchic!-. Woah, Pokemón no para de sorprenderme con sus frases poco elaboradas, aunque sentí un poco de lastima por esa niña, olvidó hacer su tarea por estar jugando con su pokemón... Espera, ¡Yo también olvidé hacer mi tarea por estar jugando con mi pokemón! No bien apagué mi GameBoy y me levanté, pero antes de poder sacar mis notas para hacer mi tarea recibí una llamada, reconocí al instante ese tono del Bolero de Fuego, era Alexander, mi compañero de la universidad (el cual también era un amante de Zelda como yo). -¡Hey, Charlie! Todo...-lo interrumpí. -Tranquilo Xander, estaba a punto de empezar a hacer la tarea-. -¿Qué? ¿Tenemos tarea?-. Típico de Xander. -En fin, no era por eso que te llamé, ¿Ya viste las noticias sobre el "Clouds of the Destiny"? Pues, ¡Quería avisarte que ya está a la venta aquí cerca!-. Oh Dios, esto no podía ser verdad, ¿Tenía que ser hoy?
-Xander, ¿Justamente tenías que avisarme ahora que tengo la voluntad de hacer mis deberes? Al menos dime dónde está vendiéndose-.-Amigo, está en la GameStore al lado de Dominos Pizza-dijo él con tono de emoción. Espera, eso queda a unas cuadras de aquí, ¿Realmente el destino es que yo tenga este juego? -Agh, está bien, nos vemos allá en 10, no llegues tarde-. -No lo haré-. Cortó la llamada y solté el teléfono, la vida estaba jugando conmigo justo ahora, pero no había vuelta atrás. Tomé mi billetera y bajé con cuidado las escaleras aún un poco adolorido por la caída de la cama y el asesinato del emparedado. -Mamá, iré a hacer unas cosas con Alexander, no me tardo-. Realmente no creo que a ella le importara mucho, ya que sólo me lanzó uno de sus típicos "Ok" y listo, pero mejor para mí. Salí y tomé la bicicleta que había tirada en el césped de mi casa y tomé rumbo hacia la aventura que me deparaba la vida en busca del juego dorado del destino. Apenas salí, varias personas cercanas a mi casa me saludaron, varios vecinos, algunos niños, era bastante conocido por esa calle ya que había crecido ahí a lo largo de mi vida, mi padre casi siempre jugaba conmigo en el frente de mi casa, jugábamos a ser héroes como Link, aunque a veces me engañaba con historias geniales para cortar el césped mientras que yo pensaba que iba a encontrar alguna rupia en algún momento, pero no era del todo malo, a veces colocaba rupias que el mismo hacía para que no perdiera el interés, fue un buen padre, y siempre lo será; incluso mi nombre viene de su amor por los juegos ya que me lo puso por el juego que amaban él y mi madre, "Charlie Circus", pero no hablaré más de eso por ahora, no es momento de melancolías.
Seguí pedaleando mientras pasaba por varias calles llenas de gente, varios locales, y una plaza a la cual tuve que dar la vuelta gracias al tonto sistema de direcciones... Hasta que por fin pude divisar la afamada pizzería Dominos, y al lado la GameStore, pero no solo vi eso, sino también la enorme... No, la gigantesca fila que de esta salía; al parecer no era el primero en enterarme. Alcancé a ver a Xander entre las personas del medio de la fila, al menos no estaba tan lejos de la tienda.-Hey, ¿Por qué no me dijiste de esta atrocidad?-dije refiriéndome a la fila que a mi lado se posaba como un dragón.-Sinceramente, me enteré cuando llegué, pero no te quise decir porque pensé que no vendrías...-. Tenía razón, pero ese no era el punto, ¿Cuánto tiempo tendría que esperar dentro de esta fila? Di unos pasos hacia atrás para ver que tantas personas había en total y me fijé en algo tanto gracioso como trágico, la tienda no estaba abierta.-¡Xander, la tienda no está abierta ni siquiera!-. Por la cara de póker que puso en ese momento, podía suponer que eso si no lo sabía en verdad. Al menos vi algo bueno aparte de eso, ya que pude ver a Claire Bullton, una chica que estudiaba conmigo en el instituto, era bastante interesante y para mejor no poder, también amaba los videojuegos, aunque eso se podría deducir fácilmente por verla entre las primeras personas de la fila. La saludé con una potencial cara de estúpido y me le acerqué a Xander otra vez.
-Algo me dice que no saldremos de aquí hoy-. Miré mi reloj, eran las... 6:25 p.m., ¿Qué se supone que voy a hacer? Justo en ese momento vino una idea a mi mente, pero no era tan común como lo sería otra.-Xander, ¿Qué dices si nos quedamos a acampar?-.-¿¡Estás... Bueno, realmente no es tan mala idea-. Vaya, eso fue más fácil de lo que pensé. -Pero, ¿Dónde se supone que acamparemos?-.-Tranquilo, ya lo tengo cubierto-. Monté mi bicicleta de nuevo y pedaleé rápidamente hacia mi casa casi dejando mi cara marcada en la puerta de un auto, due emocionante, pero al llegar bajé deprisa y apenas entré grité.-¡Lara!-. Ya se imaginarán por qué el nombre.-¿Qué ocurre, Charlie?-.-Necesito que me prestes tu mochila y tu tienda de campaña-. Se preguntarán, ¿Cómo mi hermana tiene una tienda de campaña? Pues, la respuesta es simple, ella pertenece a la Asociación de Scouts de Inglaterra, y en ocasiones sale de campamento con ellos y esas cosas, pero no entraré en detalles, necesito la tienda.-Claro que no-. Y así, mis esperanzas mermaron como el flan de la semana pasada cuando se sacó antes de tiempo.-Lara... Me veo obligado a usar mi ataque especial en ti, pero en verdad no quería usarlo con mi propia hermana...-. Levanté mis brazos lentamente, y de un salto me lancé hacia sus piernas tomándolas como pude.-¡Por favor, préstamela, es para un nuevo juego de Zelda, por favor, por favor, por...-. Ok, para resumir, dije esta frase alrededor de 50 o 63 veces en menos de un minuto hasta que por fin cedió ante mis poderes de convencimiento y aceptó prestarme sus cosas. Claro, con la condición de que la dejara jugar al menos una hora en cuanto tuviera. Niña lista.
Subí rápida y cuidadosamente hacia el segundo piso y fui hacia la habitación contigua a la mía, la cual era la de Lara. Saqué la tienda de campaña de debajo de su cama y su mochila la tomé de la silla de su escritorio, aunque tuve que vaciarla primero en su cama para desocuparla de sus cosas Scouts, claro que antes de irme dejé una nota sobre todo ese desorden donde le pedía disculpas y que eso le daría una media hora más al jugar, aunque no fuese cierto, pero necesitaba asegurar mi vida para poder jugar el Clouds of the Destiny. Corrí a mi habitación y tomé varias cosas como almohadas, cobijas, uno que otro dulce y mi GameBoy junto con algunos juegos, ya que tampoco me iba a aburrir toda la noche en esa fila. Salí y fui a la cocina en el primer piso, donde aseguré un par de botellas de agua para la noche, unos emparedados, y unos platos para comer como en un restaurante cinco estrellas, gracias a mi hermosa madre. Una vez terminé de empacar mi inventario para esta aventura, pulsé start y me encaminé hacia el castillo del dragón (el castillo era la tienda y el dragón la fila, por si acaso). Volví a la tienda solamente para encontrarme con que la fila había disminuido en un 30%, esos noobs no conocerían una verdadera aventura ni aunque la tuvieran de frente, lo cual en este caso era literal. Xander seguía ahí, casi muriendo en una pared cuidando mi lugar, pero lo que más me subió el ánimo fue ver a Claire en la fila todavía, era lo que haría de esta noche una gran noche.-Hey, tú, ¿Sigues vivo?-. Me respondió con un pulgar hacia arriba, eso fue suficiente para mí. Saqué los emparedados y las botellas de agua, a lo que un destello salió de los ojos de Xander para tomar uno en menos de un segundo.-¿Tenías hambre?-.-¿En serio le preguntas eso a alguien a quien tuviste esperándote una hora?-dijo entre mordiscos del emparedado.-Buen punto. Lo siento-. Él intento decir que no importaba, aunque lo único que salió de su boca fueron balbuceos y migajas del emparedado.
Él y yo terminamos de comer y nos tomamos las botellas de agua, para que ahora sí, ya con el estómago lleno, montar la tienda de campaña. Menos mal que quien me la prestó fue mi hermana, porque justo por esa razón sabía cómo montarla, eran bastante útiles las cosas que aprendía de mi propia Lara Croft. Fue bastante rápido armar la tienda, solamente nos llevó 10 minutos y un par de punzadas en los ojos con las varas que hacían de soporte, pero al final logramos construir nuestro refugio para pasar la noche y reunir fuerzas para la odisea que vendría al siguiente día. Miré mi reloj, 8:37 p.m., ¿Aún seguiría Claire despierta? Salí de la tienda de campaña para echar un vistazo y justo ahí la vi, sentada en la entrada de su tienda con una Ds, se veía tan linda... -Oye Xander, ya vuelvo, no cierres la tienda-. -Está bien, saluda a Claire de mi parte-dijo recostado sin quitar la vista de su teléfono, ya que estaba usando emuladores para jugar al Pokemón Rojo Fuego. Éste tipo es un desgraciado sabelotodo, pero justo por eso es mi mejor amigo justo ahora... Pasé por la acera junto a otras 4 tiendas de campaña y... ¿Un chico en un saco de dormir? Vaya, eso sí que es amor al arte. En fin, luego de pasar a toda esa gente me encontré parado justo frente a Claire, y por lo que pude escuchar viniendo de su Ds, supe exactamente qué jugaba. -Hey, hola... ¿Juegas al Might & Magic?-. Este era un juego bastante popular de batallas por turnos combinado con la creación de formaciones para atacar o defenderse, era muy bueno, pero no entraré en detalles.-¡Hey!, justo eso jugaba. Estoy en la última parte donde debo vencer a los guardias de la puerta antes de que una bola de fuego rompa mis forma...-presionó fuerte unos botones y por la cara que puso, parecía haber perdido de nuevo. - Agh, volvi a fallar, ¡Esto es imposible!-. Lo sabía. -¿Puedo ayudarte? Me gusta bastante ese juego-.-Claro, me encantaría poder pasarlo-dijo entregándome el Ds con un tono desanimado.
Volví a saltar los diálogos e inicié la misión de nuevo. -Mira, hay un truco para esta misión, tú creas primero algunas formaciones de defensa y detrás de ellas es que formaras algunas de ataque, para que así cuando la bola de fuego venga, solo rompa los muros y puedas atacar-. Realicé esto varias veces por unos 5 minutos y por fin se mostró el hermoso mensaje de "Victoria". -Woah, tenías razón. Eres bastante bueno en ese juego, y en serio, gracias por ayudarme, no habría podido dormir en toda la noche tratando de pasarlo-dijo entre algunas risas rascándose detrás de la cabeza. -Tranquila, entre jugadores nos ayudamos, ¿No?-le dije dándole la Ds. -Exacto. Y bueno, con este acto de valentía has demostrado ser merecedor de estar en esta fila, así que, espero que algún día los juegos vuelvan a juntarnos, Sir Charlie-hizo una reverencia como pudo estando sentada. -Sería un honor, Lady Bullton-imité su reverencia. Woah, eso estuvo bastante bien... Espera, ¿Que los juegos nos vuelvan a juntar? Eso quiere decir que... -Bueno, ya es un poco tarde, mejor iré a recargar energías para mañana estar en un 120%-levantó sus brazos imitando a un fortachón. -Hasta mañana Charlie, no se queden hasta tan tarde o podrían quedarse dormidos mañana-. -Tranquila, no lo haremos. Buenas noches Claire-. -Buenas noches Charlie-. Me dedicó una sonrisa y procedió a cerrar su tienda de campaña. Vaya, eso salió mejor de lo que esperaba, y ahora ya podía dormir en paz sabiendo que ayudé a la chica que me gusta a pasarse un juego.
Me fui felizmente hacia mi tienda de campaña y vi a Xander sentado frente a la tienda con su teléfono. -¿Cómo te fue, Romeo?-dijo con una sonrisa sarcástica. -La ayudé a pasar el Might & Magic-. -Woah, con eso enamorarías hasta a mi madre-. -Cállate-. Volví a entrar en la tienda y me acomodé en la posición perfecta para dormir, coloqué bien mi almohada, me cubrí con la cobija, y saqué mi GameBoy porque claramente después de eso no podría dormir en absoluto. Estuve al menos 4 horas jugando Golden Sun 2 hasta que en un momento de guardar la partida me quedé dormido, y empecé a tener un sueño loquísimo, donde estaba durmiendo en la habitación del protagonista y en lugar de mi madre el que llegó fue Xander. -¡Oye, Charlie, despierta!-. -Tranquilo, la roca no vendrá, ya liberamos el poder de la alquimia-. -¡Charlie, despierta!-. En ese momento sentí un golpe en la cabeza y desperté de un salto, había sido Xander. -¿¡Hey, qué ocurre!?-. -Sí sí, ya podrás devolverme el golpe luego, pero hay algo más importante, ¡Nos quedamos dormidos!-. -Imposible, yo puse una alarma...-. Mi teléfono había muerto, demonios. Salí de la tienda y lo primero que vi fue... ¡Que no había nada que ver, todos se habían ido! Entré y le dije a Xander que dejara todo eso ahí, y corrimos hacia la tienda para casi caernos hacia el mostrador. -Disculpe, señor... Quería saber si... Aún quedaban copias del... Clouds of the Destiny...-dije a punto de desmayarme por mi pésima condición física. Él simplemente me quitó las dudas con un movimiento horizontal de su cabeza, habíamos fallado, y en grande. Caminamos un poco hacia la puerta y antes de llegar Alexander se puso frente a mí. -Bueno, quizás no lo logramos, pero otro día podremos venir a comprarlo, y jugaremos una noche entera-me tomó del hombro. -Ya me tengo que ir, necesito decirle a mi mamá que aún estoy vivo-. Nos despedimos y él se fue desanimado hasta su casa, todo por culpa de que no puse modo avión antes de ir a dormir, pero arrepentirse no hará que cambie el pasado. Oh Dios, ¿En serio tendré que irme sin nada? Al menos si voy a deprimirme lo haré bien, así que, vayamos a ver todos esos juegos que siempre he querido comprar pero nunca podré hacerlo, gracias a los extravagantes precios de esta tienda.
Caminé cabizbajo por los pasillos de la tienda viendo de reojo esas bellezas comprimidas en discos que me hacían feliz y triste por existir, pero hacerlo a precios tan altos. Vi juegos clásicos como el Mario Bros remasterizado para la Ds, y uno que otro juego de Sonic para la misma consola, pero al llegar al final de la estante vi un anaquel de esos en los que normalmente se colocaban los lentes de sol, pero ésta en su lugar tenía una caja con una imagen un tanto mal hecha de unas gafas cuadradas de tamaño considerable. Me acerqué extrañado al pensar que nunca había visto ese producto, y era verdad, eran un tipo de gafas de realidad virtual pero... Eran de una marca que no conocía, qué raro. -OverLife... Aptas para cualquier juego, ¿Eh?-dije leyendo lo que decía la inscripción en la caja. Interesante, al menos si no podía jugar al nuevo juego de Zelda podría jugar a los antiguos de otra manera, me gusta la idea. Tomé una de las gafas y me dirigí hacia el mostrador, el señor de la caja me miró un tanto extrañado y dijo con tono meticuloso.-¿Seguro que quieres llevar eso?-. Me extrañó bastante, pero con un movimiento de cabeza le di mi respuesta y se limitó a levantar los hombros en señal de indiferencia. Escaneó el código de barras de la caja y me dijo el precio, aunque realmente esperaba más ceros en esa cifra, pero yo no era nadie para quejarme de ahorrar dinero, así que pagué por él y lo metió en una linda bolsa blanca.-Disfrute su compra, joven-su tono se volvió un poco extraño de pronto. No le di mucha importancia la verdad, así que tomé mi bolsa y me despedí del señor del mostrador el cual no dejó de mirarme incluso cuando ya lo había perdido de vista. Caminé hacia donde estaba mi tienda de campaña y la encontré toda acomodada y con un pedazo de papel encima, el cual decía "Me debes una grande, pequeño niño cirquero", gracias Xander, pronto te la compensaré, pero por ahora, vayamos a casa. Subí todas mis cosas a la bicicleta y guardé las OverLife en mi mochila para emprender mi ruta de nuevo a casa, donde pude observar a varias personas que al parecer también estuvieron en la fila y acabaron con el mismo destino... Pobres almas en pena, pero, no podía compadecerme en este momento, tenía al menos 4 autos frente a mí y obviamente no quería rayar ninguno (dejando de lado que podría morir en el peor de los casos).
Pasé otra vez por las casas de mis vecinos y miré mi reloj... Vaya, 8:30 a.m., en verdad era bastante temprano, aunque analizándolo bien, la tienda abrió a las 6 a.m., por lo cual era demasiado tarde, demonios... Dejé mi bicicleta en el garaje y llevé todas las cosas adentro.-¿Lo tienes? ¿Lo tienes? ¡¿Lo tienes?!-. Fui recibido a casa con una clase de pokemón dotado de adrenalina o algún tipo de impactrueno, pero tenía el antídoto perfecto para esa situación.-No pequeñita, tristemente se agotaron pero... ¡Tengo esto!-le dije mostrándole la caja de las OverLife. A lo cual solamente recibí un suspiro de decepción y una caminata alejándose de mí. Al menos me había librado de eso, pero igual me sentía un poco mal por haberla defraudado. –Son gafas de realidad virtual, ¡Luego las probarás tú!-.-Si si, como sea...-. Escuché luego unos susurros que parecían decir cosas como "Esperé mucho de él" y "Mejor me quedo con Barbie y las 12 Princesas", pobre de Lara, rompí su pequeño corazón de 8 bits, pero, mejor dejo que se reinicie (Ok, demasiados chistes de juegos por una frase). Subí las escaleras casi tropezándome de nuevo, pero sobreviviendo a esta épica travesía de 16 escalones; dejé las cosas de Lara en su cuarto y fui rápidamente al mío con la emoción fuera de mis parámetros habituales, lancé mi bolso a cualquier lado y en seguida recordé que ahí estaban las OverLife... Genio. Las saqué y estaban en perfecto estado, lo que en verdad me sorprendió por el bajo precio que me dieron por ellas, pero en fin, me senté en mi cama y abrí la caja como si fuera un cofre de Zelda y, para qué mentirles, hice el sonido del cofre y levanté las gafas como si fuera un tesoro.
-Vaya, en verdad se ven bien, ¿Realmente pagué 25$ por esto?-. Eso no importaba, solo me quedaba por elegir una sola cosa... El juego. Dejé las gafas y recorrí mi estantería de juegos... Mega-Man... Kirbý... Metroid... -¡Oh!-. Un "Watch out" como los de Navi sonó en mi mente y en seguida vino a mí. Hurgué desesperado entre los juego del N64 para por fin hallar el cartucho dorado... Literalmente. Era el cartucho de The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time, el cual por obvias razones quería probar en realidad virtual, así que lo llevé saltando hacia la cama y lo arrojé junto a las OverLife.-Ok, pequeño amigo... ¿Cómo demonios te coloco?-. Revisé un poco las gafas y su caja solamente para encontrar unos cables que iban a las gafas, pero cada cable tenía una entrada distinta donde por lo que vi, iban los diferentes tipos de juegos que existían, desde los Atari hasta los de Ds, y unos con lectores para PS2 y etc., era bastante impresionante. Entonces busqué por un rato cuál era el de N64 y al cabo de 5 minutos di con él, mi precioso (Sí, también soy cinéfilo, ¿Algún problema?). Configuré todas las opciones de las gafas, lo cual costó un poco porque el manual estaba en japonés, pero logré traducirlo efectivamente con el Google Translate, y pude cambiar las opciones de estas a inglés, entonces me las puse y coloqué el cartucho al final del cableado.-Oh sí... Esto será increíble-. Encendí las gafas por un botón que se hallaba junto a mi cabeza y un sonido envolvió la habitación, al mismo tiempo que mi vista se tornó negra, ¿Qué había pasado? El visor se fue aclarando poco a poco hasta ver... Ver... ¿Mi cuarto? ¿Qué?
Miré un poco a mi alrededor y no pude ver ningún cambio, así que me quité las gafas y las coloqué en mis piernas.-¿Pero qué acaba de ocurrir?-.-Realmente no lo sé...-.-Esto es muy... Espera, ¿Quién dijo eso?-. Miré rápidamente a mi lado pero no conseguí ver nada, "Es mi imaginación" dije, pero en cuanto volví a mirar hacia el frente una pequeña bola de luz azul se puso frente a mí.-¿Acaso tú eres Charlie?-dijo con una voz un poco irritante. Espera, esa voz... ella era...-¿Na-navi?-. No podía creerlo, no puede ser.-La misma, pero, es un poco descortés preguntar algo cuando ya te había preguntado algo yo-. Para omitir escenas mentales, explicaré que luego de esto empecé a gritar y me desmayé, o eso me dijo ella luego...

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2020 ⏰

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