tarde cualquiera

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Era una tarde como cualquier otra, llegué a casa y lo ví sentado en el sofá, con los ojos mirando hacia la nada, creí que cómo siempre estaría sumido en sus pensamientos más profundos, quizá analizando algún caso.

Me acerque intenté llamar su atención, agite mi mano frente a su rostro pero nada ocurrió.

Después se levantó y fue a la cocina tomo una taza y comenzó a servir un poco de té.

De pronto el agua se desbordó y su mano se quemó, eso provocó un grito sofocado de dolor.

Me acerque y lo ayude, lo lleve a mi habitación y saque una pomada del botiquín.

Se quedó quieto mirando como le ponía el ungüento en su mano.

No dijo ninguna palabra, en sus ojos solo había esa mirada de desconcierto, como si no comprendiera lo que ocurría.

Tuve miedo de lo que pasaba, no era la primera noche que ocurría, desde lo pasado con Jim Moriarty su comportamiento se había vuelto extraño.

Era más excentrico y se había vuelto totalmente complaciente, es como si pensara que me debía algo.

Vamos se que al principio lo detestaba, es más lo culpaba por la muerte de la mujer a la que más había amado.

Pero solo era parte de mi dolor.

Sabía muy bien en lo que me metía cuando lo conocí.

No era un niño, además no podía culpar a sherlock por todos los desastres que ocurrían en el planeta.

La gente mala existe y no es su culpa que sea así.

Sherlock es un hombre difícil, aparenta no tener sentimientos hacia los demás pero sé de buena fuente que posee uno de los corazones más grandes que pueda existir.

Aún así no supe cómo abordar todo esto y aún cuando le dije que fuera a un terapeuta, solo obtuve negativas de su parte y se obsesiono con el trabajo.

Cada vez llegaba más tarde y más cansado, podía privarse tanto del sueño que temía por su salud mental.

Lo mire y le sonreí, tenía esos ojos que solo reflejaban dolor.

Quise abrazarlo y decirle que todo estaría bien, pero en cambio se levantó de la cama y se dirigió hacia su habitación.

Esa fue solo una de las muchas veces que lo encontré con la mirada perdida.

Hasta aquel día, aquel en que todo cambio....

tarde cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora