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Desperté con un dolor de cabeza muy severo sentía que me iba a explotar, me dolía la cadera, vamos que comprendo a la perfección que ya no soy un niño como para estar en estos trotes.

Ayer en la noche me rendí al deseo desenfrenado de mi mente loca, quería devorar con mis labios cada centímetro de su cuerpo desnudo y vaya que eran bastantes centímetros,,
Sus labios, su olor, me enloquecí al tocarlo al tenerlo tan cerca de mi.

Pensé en todo aquello como un sueño quizá una alucinación.

Creí que al despertar solo vería la ausencia de su cuerpo desnudo en mi habitación, en cambio aún seguía ahí a mi lado haciéndome recordar lo afortunado que era de tenerle.

Lo ví dormir como nunca y antes de ir al trabajo lo estreche de nuevo en mis brazos y lo observé dormir.

Me hubiera quedado ahí durante horas solo observandolo, lucía imperturbable, cómo angel.

Volví a la realidad y me di una ducha helada para despertar, tomé un vaso de café y unos analgésicos.

Me detuve un instante, no tenía ganas de ir al trabajo, pero lo hice.

El turno se me hizo eterno, los pacientes me aburrían al maximo, solo pensaba en volver a casa.

tarde cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora