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YoohOh...

Escuchó sus pasos cada vez más cerca, ¿por qué te demoras tanto? Te necesito...

—Mierda—escuchó como la puerta fue abierta abruptamente golpeando la pared.

Sintió su cuerpo elevarse y en un sólo movimiento fue depositado en el regazo de su novio, unos fuertes brazos lo rodearon y le regaló suaves caricias en su cabeza, tratando de tranquilizarlo.

Yongie, estoy aquí—inmediatamente comenzó a sollozar audiblemente, desesperado. —Tranquilo mi amor, respira conmigo.

No puedo...

Se aferró al cuello de su novio con fuerza, realmente se sentía que podría desvanecerse, necesita respirar. Vamos...

Su novio continuó con la tarea de repartir suaves caricias y besitos en su cabeza.

Taeyong trató de controlarse y prestó atención a las suaves caricias que estaba recibiendo, sintiéndose cada vez un poco más relajado, permitiendole a sus pulmones recibir el oxígeno suficiente para poder regularizar su respiración.

Tras varios minutos en esa posición, YoonOh suspiró aliviado. Taeyong lo estaba controlando. Presionó sus labios en su frente y continuó dándole caricias en su cabeza. Yongie adoraba eso.

Se removió un poco en su regazo y soltó un suspiro. Aún podía sentir leves temblores en su cuerpo. Ya pasó...

YoohOh soltó un suspiro de alivio e inclinó la cabeza hacia un costado para poder apreciar mejor su rostro. El mayor lentamente abrió sus ojos y lo miró con esos ojitos brillantes. Llevó uno de sus pulgares a su mejilla para retirar los restos de lágrimas en su rostro.

—L-Lo siento— dijo con una voz ahogada.—YoohOh, yo...

Shh...— le regaló una sonrisa donde pudo apreciar sus bellas margaritas.— está bien Yongie. No es tu culpa.

Iba agradecerle por ayudarlo, por tener la paciencia de estar con él en un momento como éste. Pero el menor al ver sus intenciones, puso su dedo índice sobre sus labios.

—No te esfuerces demasiado. Vamos a descansar. —Dicho esto, posó sus brazos en sus muslos y lo cargó. Taeyong rodeó su cuello con sus brazos y escondió su rostro en el cuello del menor.

Fue depositado en una superficie blanda, nuestra cama. YoohOh trató de levantarse, pero un par de brazos y piernas se lo impidieron, su novio había fortalecido su agarre. Soltó una pequeña risita cuando lo escuchó gruñir. No quiero

—No me iré Yongie—. dijo mientras depositaba pequeños besos en su cuello. Al ver que el mayor no cedía, lo alzó nuevamente e invirtió las posiciones, quedando así su pequeño novio sobre él.

—¿Mejor?

uhmm—. YoonOh soltó una suave risita ante su respuesta y siguió brindándole suaves caricias en su espalda.

Se quedaron así por varios minutos u horas, no sabía realmente, tampoco le importaba, se sentía protegido.

—¿Cariño? —.Taeyong levantó su cabeza de su pecho para observar a su pareja. —¿te sientes mejor?

Taeyong le regaló una pequeña sonrisa como respuesta, y se inclinó un poco más para posar sus labios en su mejilla, dejando un pequeño beso. Levantó su mirada y lo miró con sus ojitos brillantes.

YoonOh no se pudo resistir ante tal imagen que le estaba dando su hermoso novio. Llevó uno de sus brazos que sostenían su cintura y ascendió por el cuerpo del mayor, hasta posicionarse finalmente en la parte posterior de su cuello y dio un leve tirón, que provocó que sus labios chocaran.

당신과 함께 - JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora