I - Un mal augurio

1.3K 123 122
                                    

Los débiles rayos del sol en la mañana entraban por la ventana del cuarto y descansaban sobre una cama cuidadosamente tendida. Un chico de cabellos color borgoña y ojos carmín acababa de empacar sus pertenencias y se ponía sus aretes como toque final. El día de hoy, ese chico iniciaría su larga trayectoria a convertirse en un caballero del Reino Wisteria, igual que su padre.

"¡Tanjiro! ¡El desayuno está listo!" exclamó la dulce voz de su madre desde el piso de abajo.

"¡Ya voy mamá!" el chico miro atrás hacia la recámara desde su puerta y sonrió al ver la diferencia entre su cama bien tendida y la de sus hermanos hechas un desastre. ¿Qué sería de sus hermanos ahora que el no iba a estar ahí para ellos? Un suspiro escapó de sus labios, él había esperado este día por tanto tiempo pero ahora que la fecha había llegado sentía que el tiempo había pasado muy rápido.

Bajó las escaleras y se encontró a la familia Kamado sentada alrededor de la mesa, todos estaban ahí menos su hermana menor Nezuko.

"¿Dónde está Nezuko?"

"Ella dijo que tenía que hacer algo arriba, regresará en un minuto, ven y desayuna antes de que se te haga tarde." Su madre señaló la silla vacía que estaba a un costado de su padre, quien estaba leyendo el periódico. El señor Kamado bajó el periódico y le sonrió.

El padre de Tanjiro fue en su juventud un caballero de la Orden Anti-Dragones hasta que sufrió un grave golpe en la espalda contra uno de los brujos dragones y casi lo deja paralítico, gracias a eso no puede caminar sin el apoyo de su bastón. Aún después de su retiro forzado, el sigue siendo un héroe ante los ojos de sus hijos, una espada roja cuelga de la pared de su estancia como un recuerdo de aquel gran guerrero.

A pesar de que sus padres nunca lo presionaron a seguir con la tradición familiar de convertirse en un caballero, Tanjiro decidió por el mismo que quería ser igual a su padre y traer honor a la familia.

"Buenos días." Nezuko bajó de las escaleras, una sonrisa pícara estaba dibujada en su cara, la sonrisa de alguien que hizo una travesura.

"Buenos días Nezuko, parece que estás de buen humor hoy." El chico dijo mientras se llevaba a la boca un trozo de panqueque.

"Sip." La joven de ojos rosáceos se sentó en la silla a un lado de su madre.

Tanjiro no podía evitar sentir un aura sospechosa emanando de su hermana pero decidió dejarlo por la paz y disfrutar su último desayuno con su familia.

Los desayunos con los Kamado siempre han sido muy animados, los hermanos pequeños juegan con la comida mientras su madre los regaña y su padre se ríe de la escena. Todo está tan lleno de energía y ternura familiar que casi podrían convencer a Tanjiro de quedarse si no fuera por la gran determinación del joven. El extrañará tanto estos momentos.

Terminado el desayuno, Tanjiro subió por su maleta a la habitación. Sus amigos y los caballeros que los llevarían a la capital iban a estarlo esperando en el dojo del sr. Urokodaki. El sr. Urokodaki es un viejo amigo de la familia, un caballero retirado al igual que su padre.

A pesar de no haber tenido una familia propia por el riesgo de ser un caballero de la Orden, el ama enseñarles a los niños sobre esgrima, las risas de los niños le traen alegría a su solitaria vida. Incluso llego a adoptar huérfanos, así fue como el crio a Giyuu, Sabito y Makomo.

Tanjiro era aun muy pequeño como para recordarlos claramente cuando ellos se dejaron el Bosque de los Duraznos, su hogar, y se fueron hacia la Capital de Wisteria. Giyuu y Sabito que son de la misma edad se volvieron caballeros mientras que Makomo, la mas joven, estudia magia. Tanjiro no le tocó coincidir en su entrenamiento cuando ellos ya se habían ido.

Escamas perdidas - RenGiyuu - KNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora