A tu lado todo es mejor

Mi nombre es Akira soy una mujer común como cualquier otra, soy delgada, alta, ojos azules, de tés blanca y tengo un perro llamado: Willy.

Les contare la historia de como he llegado hasta aquí.

Hace tiempo caminaba hacía mi trabajo, como un día normal llegue a tomar una bebida en la cafetería "blossom", cuando en la orilla de la acera logre ver a un canino, de color blanco, de raza labrador, de un año de edad, el perro, asustado, friolento y muy descuidado, me partió el corazón que nadie tenía ni una pisca de atención si quiera un poco de amabilidad hacía él, fue en ese momento donde me acerque hacía donde se encontraba el perro, quería ayudarlo, él estaba a la defensiva como si yo quisiera agredirlo, me asuste un poco pero después noté que atacaba cada vez que se sentía acorralado, logre ver que de su cuello colgaba una placa con su nombre, su nombre era Willy, lo lleve a mi casa y ahí le serví en un tazón comida, agua y le dí una manta, me había convertido en su dueña.

En lo que fue mi vida con Willy creo que jamás encontraría otro perro igual que él simplemente todo era mejor, jugábamos, íbamos a pasear, pasábamos malos momentos juntos y los mejores también, era mi amigo inseparable, logre tener tanto afecto por Willy como si fuera mi hijo de cuatro patas. Les han dicho alguna vez; " el tiempo pasa volando " bueno pues es verdad y mucho mas rápido si lo pasas con las personas o hasta mascotas ideales, con Willy era como si el tiempo se paralizara mientras el solo me miraba me ayudaba a sentirme mejor, era como si mis problemas acabaran y solo estábamos él y yo.

Fue un gran perro de hecho pocas personas en lo que llevo de vida me hicieron sentir tan llena de amor como el lo hacía les aseguro que ese perro era especial. Estaba siempre dispuesto a hacerme sentir mejor con su peculiar forma de acercarse y tumbarse para recibir cariño.

Sin duda jamás lo olvidare, aún recuerdo una de sus travesuras, donde casi me saca el corazón, estaba llegando a mí casa de trabajar con una bolsa de comida para mi perro ya que no le había dejado por la mañana, se me hizo tarde y no tenía de reserva, en cuanto abrí mi puerta casi a la velocidad de la luz salió corriendo a la calle, vivía cerca de un boulevard, corrió tan fuerte que no logre alcanzarlo para detenerlo y no llegara al boulevard pero mi esfuerzo fue inútil, corrió tan rápido que logro atravesar y justo cuando se disponía para regresar un automóvil que se dirigía hacía el estuvo a punto de arroyarlo gracias a dios el conductor movió el volante hacía una dirección contraria a Willy, con este movimiento simplemente lo aventó de manera lateral, no sufrió ningún daño fuerte ni tampoco el conductor, de hecho este descendió de su automóvil y me ayudo a llevar el perro a mi casa, era un hombre, alto, ojos color miel, delgado y atractivo, justo cuando lo veía caminar hacía a mí fue como si en mi estomago habitaran mas de diez mil mariposas. Willy no era muy amigable con las demás personas pero este hombre tenía algo que cuando Willy estaba cerca de él lo sentía como si estuviera con alguien que conocía de hace mucho tiempo, no lo entendía pero simplemente estaba impresionada.

Después de todo esto me se dispuso a llevarme a mi casa con Willy, me sentía tan impresionada que no sabía que decir, él solo me preguntaba mi nombre y cosas de ese tipo, cuando llegamos a la puerta de mi casa, le pregunte como podía pagarle, a lo que me respondió que no necesitaba nada pero si le podía pagar con un café y una platica sería el hombre mas agradecido del mundo. Claramente dije que no, no podía confiar en alguien que acababa de conocer y que solo sabía que se llamaba Jonathan.

Al día siguiente saque a pasear a Willy por el parque en cuanto me descuide salió corriendo se despojo de mi mandato y simplemente corría y corría cuando menos me lo espere se había detenido de golpe y ahí estaba parado a dos metros de Jonathan fue como si el destino quisiera que estuviésemos juntos o simplemente era el capricho de Willy, estos y mas de mil pensamientos pasaban sobre mi mente y de nuevo aparecían esas mariposas tan cautivadoras que me negaba a sentir.