Capítulo 3
Estaba rodeada por lo que parecía un bosque, estaba algo oscuro, solo podía ver por los escasos rayos de luna lo que había a mi alrededor, mire a los lados, pero no había nadie, camine unos cuantos metros pidiendo ayuda pero nadie venia auxiliarme, es como si el mundo se hubiera apagado con forme caminaba el bosque se hacía más espeso, sentía como las ramas arañaban mi piel, las raíces de los arboles sobresalían de la tierra haciéndome tropezar más de una vez , a lo lejos vi a una persona trate de acercarme lo más que pude a ella.
— ¿Disculpa?, sabes porque estoy aquí— grite pero no me contestaba, conforme me fui acercando vi que era un hombre que miraba la luna, sus ropas eran antiguas, mas no desgastadas se notaba que era alguien de la realeza de una época pasada, seguí caminando quedando a un metro de él.
—¿Disculpa?, sabes porque estoy aquí — ya más calmada le pregunte con una voz serena , el hombre seguía sin voltear a verme, el seguía viendo la luna, camine el metro que me faltaba para estar cerca de él, alce una mano para tocarle el hombro, el hombre por fin me hizo caso y me miro, cuando lo hizo dese a todos los dioses jamás a verme acercado a él, unos ojos con la pupila alargada, delgada como la de un felino color negra, alrededor de esta un amarillo tenue y a continuación de un rojo brillante
Quede totalmente impresionada y retrocedí unos pasos, mi instinto decía que me alejara corriendo lo más rápido que pudiera, el hombre sonrió de una manera macabra y altanera, parecía que le gustaba influenciar en mí el terror, su mano intento tocar mi mejilla con una caricia, pero yo no lo deje, Salí corriendo, las raíces de los arboles dificultaban mi huida, hasta este momento me di cuenta que yo vestía un vestido de época, el corset dificultaba mi respiración, lo único que escuchaba era mi respiración agitada, di media vuelta aun corriendo quería asegurarme de que aquel sujeto se había quedado en su sitio.
Pero grande fue mi sorpresa que me estaba pisando los talones, corrí más rápido, lo que el bosque y el vestido me permitiera, una mano salió de la nada sujetando la mía y asiendo que me callera de espaldas, el hombre se posiciono encima de mi evitando que me moviera, no podía creer que me hubiera atrapado no estaba tan cerca de mí, para que pudiera pasar eso, forje con el pero al final con una sola mano agarro mis dos muñecas y colocarlas arriba de mi cabeza, con sus piernas inmovilizo las mías para evitar que lo patee, su otra mano quitaba mechones de cabello que habían quedado en mi cara por la repentina caída.
—Találtam— pronuncio con una voz grave, pausada, mi cara era todo un poema no había entendido lo que dijo, el solo sonrió arrogantemente y me beso, pero no era un beso cualquiera, era un beso lleno de pasión, lujuria, desenfreno total y como si un hechizo me hubiera poseído le correspondí aquel beso, los segundos pasaban y el beso continuaba, fue cuando se separó de mi por falta de aire y vi que en sus dientes había sangre y un hilo de sangre corría a mi boca, mis papilas gustativas detectaron el sabor metálico de la sangre, el sonrió y es cuando caí en la cuenta que la sangre era mía, mis ojos se abrieron enormemente, grite con todos mis fuerzas, pero el bosque hundía mis gritos, el volvió a besarme pero esta vez fue lento, pero con as tiempo sentía que el oxígeno escapaba de mis pulmones, la vista se fue haciendo borrosa, hasta que todo se volvió oscuro.
Sentía que alguien me movía y decía mi nombre a lo lejos, cada vez más fui recuperando la conciencia hasta que mis ojos se abrieron, vi como los rayos de sol entraban por las ventanas, a mi lado estaba Lucy en pijama su rostro lucia muy preocupado, ella volvía a repetir mi nombre y fue entonces que me di cuenta que estaba en la habitación del hotel, pero que demonios había pasado.
—Eli, puedes escucharme— asentí con la cabeza, despacio fui reincorporándome en la cama hasta quedar sentada.
— ¿Y el hombre? —
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LETAL
Sonstiges-Me perteneces - Su sonrisa era sensualidad y lujuria pura, su mirada se oscurecía con cada paso que daba hacia mí, me encontraba entre el muro y su cuerpo tapando la salida. Mi mente decía que escapara del depredador pero mi cuerpo lo deseaba con t...