001: Entre metal y Neón.

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Ya era de noche en la ciudad de New Londres, una enorme penumbra invadía los barrios del sector medio, quienes eran iluminados con las luces de neon de los grandes carteles que conformaban los edificios de grandes magnitudes, que sumergían al lugar en un centenar de colores que eran difuminados por el gas y humo que emergía de las fabricas, mercados y escapes de los callejones. Al igual que los miles gotas de lluvias que apenas podían entrar por la cantidad de estructuras que hay encima de sus cabezas hasta mas haya de donde su vista podía alcanzar, que eran tapadas por la neblina de la misma lluvia. Pese a lo noche que era, la ciudad no dejaba de ser ruidosa; escuchando el chillar del metal de los brazos y piernas biónicas al caminar y chocar contra el asfalto; los gatos y personas huyendo de ahí por allá con un sirena de policía de fondo de vez en cuando; a su vez que las gotas que chocaban constantemente con el hierro que recubría los edificios, las calles, los automóviles y las personas; sumado a los carros y trenes conduciendo a toda velocidad entre los centenares de carreteras que atravesaban la ciudad como venas y arterias entre enormes órganos de concreto, metal y plástico. E inclusive se poda escuchar las aeronaves privadas que sobrevolaban cautelosamente los laberintos formados por enormes edificaciones.

Ahora nos ubicamos al sector numero 3, un lugar bastante cerca de los cuarteles de las megas compañías, pero al ser del sector medio no era de extrañar su abundancia de organizaciones y pandillas criminales, aunque diferenciadas en ser mas "civilizadas", respetadas e importantes que otras. 

Entre los centenares personas que cruzaban las calles del sector, había una que no parecía destacar mucho, era una simple muchacha de unos 27 años, con cabellos dorados, que caminaba en un rutina monótona y repetitiva como todos los días para muchos, con una simple chaqueta impermeable y una sombrilla transparente como muchos de su alrededor. Nada que destacar. Como muchos otros, había cumplido una jornada de trabajo y como muchos, su cara estaba demacrada por el cansancio, manteniéndose en pie por el constante sonido que entraban a sus oídos a su interior, mientras limpiaba constantemente sus lentes que se iban empañando por la cantidad de humedad y que casi hacia caerla mas de una vez debido a que no miraba bien los baches que ocultaban pequeños estanques de agua y que sus cansadas piernas terminaban cediendo ante ellos.

Y así siguió su camino inmersa en su simple andar. Mirando con la cabeza en bajo por donde pisaban sus pies, mientras quedaba observaba en el constante chapoteo del agua por los cientos de pies que iban de un lado a otro a su lado, la igual que  reflejaban y distorsionaban las miles de luces de colores que había en el cielo.

De pronto terminaría parando en seco, con un ultimo chapoteo que sus pies agotados podrían soportar. Terminado frente a un viejo edificio mas o menos pequeño comparado con los enormes establecimientos. Bien escondido entre grandes edificios y callejones que rodeaban la zona. Por lo que no destacaba mucho, mas haya de por ser tan pequeño y tradicional. A lo mucha tenia un gran letrero en frente que estaba parpadeando, con la palabra "Mechanist", pero apenas se distinguían alguna letra, ya que la mayoría se apagaba y encendía. Además, que tampoco parecía muy seguro, como si estuviera a punto de caer, o por lo menos daba la sensación que lo haría en cualquier momento.

La muchacha, simplemente observo por unos momentos el desgastado letrero, esperando que ese no fuera el día que cayera sobre ella, para luego ver a los lados; observando una pareja de matones cerca del edificio, en uno de los callejones que estaban alado; y al otro, una pequeña pandilla de jóvenes que trabajaban para el crimen organizado. Pese a esto la muchacha entro con bastante tranquilidad e indiferente. Ya que pese a lo peligroso de vivir en una casa tan indefensa en un lugar así, la muchacha no parecía preocupada, talvez podría tratarte de simple pandillero pasando ¿O algo mas?. Ya que incluso las pandillas y matones cercanos, parecían no molestar tanto el lugar, mas haya de ser un punto de reunión tranquilo. Hasta parecía que la cuidaran.

Pero mejor sigamos con la historia.

La muchacha entraría al pequeño establecimiento, que parecía mas pequeño por afuera que por dentro, era bastante engañoso. Lo primero en verse seria una gran sala, con muchas cajas y estanterías con diferentes piezas de "Extensiones biónicas de mejora" o "E.B.E", muchos de calidad bastante aceptable, algo raro para un lugar de ese calibre, aunque si recordaremos que muchas mega-compañías de E.B.E se encuentran en el sector superior cercano, no es difícil pensar que este tipo de mejoras son fáciles de encontrar por aquí por otros medios, no tan legales, pero si baratos. Al igual que un sin numero de herramientas y utensilios médicos y mecánicos, junto a una gran cama que parecía ser el centro de las operaciones. Todo se notaba bastante simplón a como estaba ordenado, aunque lo que había ni de chiste. Viéndose bastante contraste en el lúgubre y sencillo edificio y el inventario de ultima generacion.

Luego de eso habría solo una puerta al cuarto siguiente, el cual no era muy grande, pero suficiente para una persona con pocas cosas personales, al igual que un baño y otra sala que daba hacia la cocina y otra a un segundo cuarto similar. Se notaba que estaba mas adaptado para ser una zona de trabajo, mas que para vivir. Luego había cosas menores, como unas escaleras que daban a lo que parecía ser un sótano y una puerta trasera hacia el callejón mencionado antes.

La muchacha pese a haber comido casi nada en su nuevo trabajo, ya que no acostumbraba comer en lugares que no fuera su casa, no tenia las ganas o energías para hacerlo. Sin duda se encontraba mas que cansada luego de todo un día de trabajo y viajes duros. O por lo menos uno al que no estaba tan acostumbrada, por lo que terminaría tirándose a su cama, claro quitándose antes su chaqueta y su bolsa. Para terminar de lleno en la cama y entrar en un sueño profundo sin siquiera darse cuenta.

3 horas y media habían pasado y creo que todos conocemos esa dicha de poder dormir después de un largo día y poder sentir ese relajante estado de paz. Pero también sabrán lo horrible que es que te despierten de pronto y te saquen de relajante momento. Ahora entenderán como se sentía ella ahora, ya que escucho un fuerte sonido provenir de alado, específicamente del callejón que estaba alado de la casa. Era claro que era un sonido bastante fuerte y alarmante como para despertarla. Sonaba como si alguien hubiera caído y chocado con la puerta que estaba ahí, además de haber roto alguna cosa. Algo a alguien estaba a su puerta.

El sexto ojo. (ONESHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora