002: El hombre sin rostro.

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Ya eran alrededor de las 12 de la mañana, pero afuera se seguía escuchando como hace 2 horas y se escuchaba mas fuerte las sirenas de policía. Mientras ella apenas seguía entendiendo que pasaba, escucho como la puerta sonaba nuevamente, dos veces paso en un lapso corto. Fue lo suficientemente fuerte para que ella terminara de salir de transe y estar completamente despierta. Ahora en vez de sentirse frustrada de haberse despertado de golpe, se sentía angustiada y confundida de que pasaba. Ya al cuarto golpe sintió una rara sensación, como si aquello lo llamara y debiera ir a abrirle. Así que, casi inconscientemente, fue directo a la puerta para abrirle siguiendo ese raro presentimiento. Aunque si que dudaba de lo que podría estar afuera, sabia que igual el lugar no estaba mal resguardado.

Pese a ese incansable deseo de ver lo que era, no podía seguir notando algún tipo de escalofrió acerca de lo estuviera ahí, abriendo la puerta lo mas, mientras cogía torpemente uno de las sombrillas y chaquetas que estaban alado de la puerta, pues seguía la lluvia torrencial. Mientras abría la puerta, solo miraba de reojo por el borde de la puerta el final de callejón. Se veía menos lúgubre de lo que normalmente encontrarías cualquier otro. El callejón no estaba muy lejos de la calle así que tampoco era un gran punto de reunión para maleantes. alguna que otro bolso de basura por ahí y haya, tuberías rotas y escaleras que llevaban a lugares que apenas se distinguían. Todo acompañado de una tenue luz violeta arriba de su puerta, que a duras penas dejaba ver lo que había.

Aun así, con esa poca luz, era suficiente para ver lo que había provocado aquel sonido enfrente de ella, apollado en la pared contraria. Parecía ser una silueta humana medio moribunda, pero no parecía un pobre diablo. Tenia ropa bastante extraña, llevaba una gabardina café bastante buena, con un pantalón y botas militar, hasta se distinguía lo que parecía ser un chaleco antibalas de policía. Pero lo mas característico, era su cara y brazo, estos últimos parecían no ser naturales, si no una clase de "E.B.E", pero no uno de segunda mano, si no que parecían ser de alta calidad. Y su rostro lo mas característico ¡Ya que no tenia! En vez de eso, una gran mascara que lo cubría hasta las orejas, con seis cámaras que asimilaban ser 6 ojos, se notaba que una mascara avanzada, parecidas a las de uso militar, pero mas bien fabricada por alguien externo.

Aun así, mientras hacia esto solo pudo sentir un profundo escalofrió, siendo incapaz de tan siquiera preguntar algo, quedando pálida ante los 6 "ojos" de la figura, con un halo morado en cada uno. Pero no era por nada, ya que pudo reconocer unas noticias acerca de un ladrón de información que muchos describían de esta forma. Noto también que las luces de las sirenas eran mas fuertes, por lo que no extrañaría que se tratase de aquel misterioso ser. Estando tan cerca, sentía mas ganas de huir que de quedarse, pero se sentía incapaz, tanto por el miedo, por ese extraño sentimiento. Así el extraño, con toda la atención que podría tener de la chica, comenzó a decir sus primeras palabras.

–Escuche que había una mecánica de "E.B.E" aquí. –Pese a lo simple y común de la pregunta, la fúnebre y distorsionada voz la hacia ver mas que tenebrosa. –Tengo algo que podría gustarte reparar. ­­–Se comenzaría acercar lentamente mientra hablaba, escuchándose el chirriante sonido del mecanismo de los E.B.E semi-dañado. Termino encorvándose y acercando se cara hacia de la chica quedando frente a frena a la misma altura y extendió su metálica mano hacia ella y prosiguió. –Me gustaría negociar con usted señora...

No es necesario de explicar el miedo que sentía acerca del propósito de tal personaje en ese lugar y lo que podría intentar hacer cada movimiento que hacia parecía que proseguiría a una grotesca escena. Apenas si entendiendo que decían sus palabras ya que el miedo la hacia solamente concentrarse en la cara que tenia enfrente, aun así sentía que sus palabras pareciesen hipnóticas,  y solo poder hacerle caso a lo que decía. Intento vencer su terror y escalofríos e intentar mover la mano e intentar formular 2 palabras.

–E...EEve... Eve... Lyn...Waat... Son. ­–Se notaba a leguas como se atragantaba con su propia lengua, tratando de decirle algo, pero los nervios le cortaban cada silaba. –Evelynn...Watson. –Terminando esto dándole la mano temblorosa y apenas si pudiendo cerrarla. Pero sintiendo en ese mismo instante un gran escalofrió que recorrería de pies a cabezas, como si algo estuviera dentro de ella, o mas bien, de su mente. Ya no era un sentimiento, ahora era como en su misma cabeza estuviera un invasor.

Pero justo en ese mismo instante, uno de los jóvenes de una pandilla que acostumbraba quedarse afuera del taller escucho las voces de ambos a unos pocos metros, reconociendo la de Evelynn. Por lo que fue a ver y acercarse un poco hacia ellos por el callejón, preguntando que estaba pasando. Claramente que notaba que Evelynn estaba un tanto raro, además de que miraba mas que extraño al hombre enfrente de el, pero no parecía darle la misma impresión que a la joven.

Evelynn intento decirle lo que pasaba, pero sintió como si de la nada estuviera pasando otra cosa, ahora sus pensamientos de decirlo todo fueran intercambiados por otra cosa, pasando de esa cara demacrada a una tranquila y amigable. Respondiendo rápidamente al joven.

Claro. Perdón por el sonido, es un cliente que había quedado en venir en estas horas. –Con un tono apacible y modesto, pero sin parecer falso. –Lo siento por si pareció extraño, es solo que es un pedido "especial".

El chico solamente pudo ver al hombre con una cara de desconfianza, pero aun así por la voz de Evelynn dijo "Ya veo, entiendo" y se fue sin hacer nada mas, pero seguía viendo al hombre de reojo. Pero antes de irse dijo que cualquier cosa avisara. Luego que se fuera una distancia considerable. La expresión de Evelynn y sus pensamientos volvieron a los de antes. Solamente pudo caer al suelo de puntillas, mientras intentaba pensar en que había pasado. Sintió como si hubiese sido otra persona por uno segundos, como si alguien mas la controlara, claramente este hombre no era alguien común, ni siquiera un criminal cualquiera. Así que era mejor pedir explicaciones, ya que este punto daba igual lo que pasara, ahora todo parecía ser mas impredecible. Su cara ya no era solo miedo, si no confusión y enojo. Por lo que se paro nuevamente, aunque torpemente ya que seguía en shock, pero miro fijamente al hombre a los ojos centrarlas, intentando mantenerse firme con las manos.

–¿Qué...qué demonios? –Dijo con el mayor esfuerzo de no titubear y no mostrar tanto miedo. –¿Qué hiciste? ¿Qué quieres? ¿Quién eres?

–Hum... –Respondió casi como una carcajada, pero difícil de notar por lo cansado que parecía y por la distorsión. –Pues creo que sabes quien soy, no creo que nadie no lo haga a este punto. –Pondría su mano por en el marco de la puerta, acercándose más a la chica de forma amenazadora y hostil, cada segundo con un tono mas tenebroso. –Ya dije que deseo, pero si quieres saber más, seria mejor que te apures a hacer tu trabajo. Creo que entenderás que tengo prisa. –Terminaría apoyando la otra mano también. Acercandonse mas a ella, haciendo que esta ultima diera unos torpes y titubeantes hacia atrás. Y al estar tan cerca con una de sus frias y duras manos comenzaría a tocar el cuello y la barbilla de la chica, jugueteando y manoseando sus labios y pómulos. –Y tampoco intentes pasarte de lista, ya que supongo que sabes bien en la posición en la que estas y como están tus opciones. 

La chica, obvio, sabia esto fácil podría cerrarle la puerta, pero aun así ¿Valdría de algo? O tan siquiera podría darle a tiempo a hacerlo, era un humano mas que mejorado. Parecía que el tipo empezó de buena manera y ahora haría lo que fuera. Si que estaba apurado y no era de mas, a lo lejos se escuchaba bien el sonido de sirenas ser cada vez mas fuerte.

Viéndose en tremendo lió mental, acorralada e insegura de lo que podría pasar. No pudo hacer otra cosa mas que terminar aceptando, apartándose de la puerta dejándole camino para entrando. Pero diciendo otra vez con algo de miedo, que al menos le pagara. Le hombre no tuvo problema de asentir, entrando con dificultad y agarrando del hombro de ella y preguntado si lo podría llevar a la zona de trabajo, ahora con una voz mas demacrada y débil. Aunque la chica claro que lo noto débil o mas bien cansado, no podía confiarse tanto y lo llevo sobre sus hombros hasta el taller. Quería preguntarle algo mientras lo hacia, pero cuando estaba tan cerca de el, sentía nuevamente como "algo" entraba en ella, mas haya que el tipo llevaba algo como una "atmósfera" incomoda, haciendo a la chica sentir que mejor no era preguntar y solo dejarlo en la silla de trabajo.

El sexto ojo. (ONESHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora