solamente si tú lo deseas

Capítulo 28 Orgullo

Llegaron a casa de Aidan donde ahora solo vivía sus padres y un pequeño perrito de raza chihuhua al que su madre malcriaba desde hacía 2 años la casa era grande y aún así acogedora Ravena por supuesto que ya había ido pero claro que sin ser la novia del hijo del dueño de la casa .

De pronto apareció por la puerta la madre de Aidan que sorprendentemente abrazó a Ravena antes que a su propio hijo.

-Sabía que el destino os iba a unir lo sabía desde que eraís pequeños

-Mamá no te emociones apenas llevamos dias

-Calla niño no le quites la ilusión a esta pobre anciana .

-Mamá no dramatices que aún no has llegado a los 50

-Pero yo si...

Se escucho una voz ronca desde un pasillo pintado de un elegante color crema y muy bien iluminado

-Hombre papá -dijo Aidan notablemente incomodo-

- Hola hijo ya veo que tienes la mejor de las compañias y eso me gusta .

-Vaya gracias señor Enrique . -dijo Ravena muy ruborzada-

-Venga pasad que la mesa ya esta puesta

Todos se sentaron en la gran mesa del comedor y de repente se hizo el silencio incomodo y extraño

-Bueno... y cuando seré abuelo ?

Ravena que estaba tragando un poco de filete casi se atraganta de la impresión

-Bueno yo creo que es demasiado pronto a penas nos conocemos y ...

Enrique no le dejo acabar

-Como que no ? Pequeña Ravena si es como si fueseis hermanos

-Papá eso no me ha sonado muy bien

-Eso es cierto hijo perdoname

-No pasa nada

-El caso es que ya sois adultos con trabajos más que estables y con buen sueldo y la verdad me gustaría ser abuelo pronto para disfrutar de ello mientras me quede vitalidad

-No se preocupe señor Enrique su hijo y yo si todo va bien nos casaremos y así formaremos un hogar pero me gustaría que nos diera tiempo para tomar decisiones

Enrique se giró hacia la derecha donde estaba sentado su hijo le agarró el hombro con una mano y le dijo lo siguiente

-Hijo mio jamás había estado tan orgulloso de ti . Tienes un buen trabajo , Salud , y una buena mujer que te quiere y te sabrá cuidar

Aidan jamás había escuchado a su padre decir semejantes palabras y claramente la emoción se desbordó y un poco de esa felicidad empezó a derramarse por sus ojos .