La reina del Byakugan

Party

El día de la ceremonia no racanearon en seguridad.

La princesa vestía un precioso vestido de color verde pastel con bordados dorados. ¿De donde sacaba tanto dinero un país tan chiquitín? Pues no lo se, porque el mío esta en crisis.

La fiesta era divertida, muy poco al estilo de la realeza imperial. Cosa que suavizaba el ambiente y deba cierta libertad en cuanto a las formas.

A petición de Kamomiru se había invitado a todos los jóvenes y las jovencitas de la villa, que a pesar del poco tiempo de antelación en avisarles, no dudaron en ir.

Hana y los demás también iban como invitados de la princesa, su trabajo había terminado, habían vencido a un grupo terrorista secuestra princesas. Podían descansar por un día.

-Yo estoy- dijo Hana saliendo del baño con un vestido granate muy simple, tal vez no el más adecuado para una fiesta, pero si para la misión que no sabían cuanto duraría. Tenten iba parecida pero en un mono blanco.

-...- Kamomiru las observo de arriba abajo -No- dijo simple, las chicas se miraron entre ellas.

-¿Qué quieres que nos pongamos? No hemos traído nada, era complicado con todo lo demás- contestó Hana un poco deprimida.

-Eso tiene arreglo- dijo la princesa acercándose a su vestidor, las chicas no se habían dignado a mirar dentro por si acaso se deprimían más de lo que ya estaban con esas ropas de playa -Podéis poneros lo que queráis- dijo con un sonrisa. Hana casi se desmaya al mirar dentro.

Que triste ser pobre...

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Los chicos las esperaban en la entrada del gran salón de fiestas.

-¿Piensan dignarse a aparecer?- preguntó Neji bastante molesto.

-Vamos a buscarlas- sugirió Lee.

-Yo paso, voy a entrar ya- dijo abriendo la puerta para entrar, pero Lee le agarró del brazo y le detuvo.

-La escalera- dijo Lee sonriendo emocionado.

Bajaban las dos hablando emocionadas, sin prestar atención a las miradas de todos, parecían princesas de verdad y no era para menos.

Tenten llevaba un vestido blanco de falda larga y cubierta de una tela blanca brillante. Por arriba era como una camiseta cubierta de tela de encaje, por la espada se abría en triangulo que empezaba en la cintura y se abría hacia los hombros, la rodeaba un cinta rosa oscura terminada en un lazo. Se había echado purpurina en el pelo.

Hana iba con un vestido hecho a capas de tela fina de distintos tonos de color azul y verde. Debajo de estas había una falda blanca, pero no se veía. Por arriba era de hombros caídos, cubriendo la parte de los brazos y el pecho con una tela como la de la falda. Se sujetaba gracias a dos cintas que estaban atadas en una lazada. Tenía piedras brillantes por la falda y flores en el pelo, intercaladas por su trenza.

Los chicos las observaban sorprendidos.

-¡Que guapas estáis!- les dijo Lee contento.

-Gracias- contesto Tenten bajando la cabeza avergonzada.

-Gracias- contestó Hana orgullosa, agarró a Tenten del brazo y tiró de ella hacía adentro, Neji se había quedado sujetando la puerta -Gracias...- dijo Hana a Neji mientras entraba por la puerta, mirándole de lado, enviándole obvias señales de que le diera bola, que le gustaba, que dejara de estar bien ciego.

Lee miró a Neji y le golpeó la espalda.

-Amigo mío, como no te declares tu, te la voy a robar- le dijo, Neji solo le miró molesto -Ojala yo tenga un amor tan bonito con Sakura...- dijo en voz alta entrando.

Neji se quedo afuera, pensando si entrar, buscar a sus amigos, pasárselo bien y comer de todo o volver a su cuarto con su dignidad intacta antes de hacer alguna locura.

-¡Vamos Neji, que están repartiendo la tarta!- dijo Hana abriendo la puerta y decidiendo por él -¿Qué tanto pensabas?- le preguntó llevándole del brazo a tirones entre la gente.

-En nada- replicó él en un tono molesto.

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Hana y Tenten habían bailado las dos juntas varias canciones seguidas. Ahora bebían tranquilamente granizado de limón y manzana.

-No sabía que este sabor existía- dijo Tenten.

-Yo tampoco- contestó Hana.

Se lo estaban pasando genial. Y no solo ellas, Lee se había convertido en el rey de la fiesta, hacía piruetas de un lado para otro sin parar, la gente le aclamaba.

Neji se había quedado más escondido en un lado, no tenía intención de bailar y mucho menos de aguantar a Lee bailando, así que se fue a refugiar, se llevo con él un granizado y solo se levantaba a rellenarlo. Estaba sentado varias mesas detrás de Hana y Tenten.

Lee corrió y se sentó con ellas. Desde lejos le coreaban su nombre.

-El ídolo de naciones...- dijo Hana al verle sentarse en un silla a su lado, le pasó un granizado que tenía para ir rellenando el suyo y este se lo bebió todo de un trago.

-¡Ahaaaa!- se quejó poniendo las manos en su cabeza -¡Congelación cerebral!-.

-¡Lee no bebas las cosas tan rápido!- le regañó Tenten, hay cosas que no cambian.

Lee se removía pateando el aire y Tenten trataba de que parase porque estaba llamando mucho la atención. Hana solo les miraba y sonrió.

Cuando ya Lee se calmó Hana se puso en pie.

-¿No os apetece bailar?- preguntó inocente.

-Claro- contestó Lee estirándose.

-Sí- dijo Tenten emocionada, le gustaba esto.

-Pues ir vosotros dos, yo os veo en un rato- dijo, Tenten la miró sorprendida, pero sonrío al ver a Hana desviar la mirada hacía Neji.

-Pues vale- dijo Lee -Vamos Tenten- dijo arrastrando a la nombrada.

La pobre chica de los moñitos solo pudo mirar mal a su amiga un segundo y luego ir con Lee a bailar, no es que no la gustara la idea, pero se la había jugado y Hana siempre hacía todo con alguna intención malvada.

Hana la despidió con la mano y se giró malvadamente sobre si misma a mirar a Neji, que aunque la estaba viendo no se esperaba que ella se girase.

Hana sonrió y se acercó a él.

Tiene razón, hay cosas que no cambian nunca.

Él sonrió también.

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