Two.- Diagon Alley.

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Dos. Callejón Diagon.

28 de Julio, 1991.

-¡Jasmine!- Escucha a su padre gritar desde la sala, hace una mueca mientras restriega con sus manos sobre sus ojos, se estira un poco y quita las cobijas de encima de ella.- ¡Jasmine, se nos hace tarde!

-¡YA VOY!- Le grita desde el baño y cierra la puerta, se observa en el espejo, su cabello está echo un asco al igual que su cara, de verdad odiaba levantarse temprano, abre la llave de la regadera mientras se deshace de su pijama, hoy irían al Callejón Diagon a comprarle todo lo necesario para su primer año en Hogwarts, también le prometieron comprarle una lechuza, las cosas habían estado un poco tensas entre sus "padres" y ella, ellos trataban de hacerlo más simple pero no era así, tuvieron el descaro de mentirle durante tanto tiempo, ella sabía que lo hacían por su bien, pero vaya que se esforzaron mucho en ocultarle toda su verdadera vida.

Salió de la ducha y comienza a cambiarse, algo simple, unos jeans azules, una sudadera negra y sus tenis negros, deja su cabello suelto y baja rápidamente al comedor antes de que su padre vuelva a gritar, entra a la cocina y los ve sentados esperándola para desayunar.

-Buenos días.- Dice mientras toma asiento, se sirve un poco de todo y jugo.

-Buenos días.- Dicen los dos al mismo tiempo y comienzan a desayunar al igual que ella, trata de acabar lo más rápido que sea posible, de verdad estaba emocionada por ir a comprar sus cosas.

-¿Lista?- Le pregunta su padre a lo que ella asiente con una sonrisa, deja sus trastes en el fregadero y sube a lavarse los dientes rápidamente, baja y ve a su mamá en la entrada.

-Te está esperando en el auto. - Señala con la cabeza hacia afuera, asiente, le da un beso en la mejilla y va casi corriendo al auto de su padre, entra al lado del copiloto y se coloca el cinturón.

-¿Cómo sabes donde se encuentra?. - Le pregunta, volteando su mirada hacia él.

-Acompañe a tu madre todos sus años a comprar sus cosas, me aprendí el camino de memoria. - Suelta un pequeño suspiro y sonríe un poco, ella asiente y voltea hacia la ventana, observa el pasar de las calles mientras piensa sobre si su vida en Hogwarts será como ella piensa, si tendrá amigos o si se acoplara ahí, tenía miedo de ser una rechazada por no saber nada del mundo donde se supone que pertenece.

-Llegamos. - Dice su padre sacándola de su burbuja, observa en donde se encuentran, en la calle Charing Cross, baja del auto y ve el local que se encuentra frente a ellos, "El Caldero Chorriante", camina hacia la entrada junto con su padre.

-¿Entraremos ahí?- Señala con la cabeza el establecimiento y lo voltea a ver, él asiente y toma su mano.

-Detrás se encuentra el Callejón Diagon. -Entran y puede observar todo, había mesas y sillas extendidas por todo el lugar, al igual que bancos y una barra al fondo del lugar, todo se encontraba en tonos oscuros, observa a su alrededor mientras sonríe, a pesar de tener un aspecto lúgubre no podía evitar sonreír y tener un gran estado de ánimo.

-Vamos, Jass. -Le dice su padre mientras abre una puerta, una pared de ladrillos se extiende frente a ellos y mira a su papá con una cara llena de confusión, de pronto un señor algo alto y fortachón toca tres ladrillos y dos debajo de los mismos con una varita, al hacerlo la pared de empieza a mover de una forma particular, por inercia, ella da varios pasos hacia atrás hasta chocar con el pecho de su padre, frente a sus ojos se extiende la magnífica vista de un callejón, se lleno de sorpresa al observar la cantidad de gente que hay, y aunque no es mucha, no deja de sorprenderla cuanta gente conoce este pequeño secreto.- Bienvenida al callejón Diagon, pequeña.

Entramos mientras observa todo con mucha atención, en lo que su padre lee la lista de materiales ella se detiene frente a una tienda, en la vitrina se exhibe una escoba, escucha a muchos susurrar con asombro "Es la nueva escoba", "Es la Nimbus 2000", "Dicen que es la más rápida y ágil que han creado hasta ahora", deja de observarla cuando escucha como su papá la llama entre toda la gente, camina hacia él mientras observa como en lugar de billetes tiene monedas que parecen de oro, plata y bronce entre sus manos.

-Iré a comprar tus libros, ve hacia esa tienda -Se la señala y ella voltea hacia donde él apunta, "Varitas Olivanders"- Compra tu varita, te alcanzaré en cuanto termine.

Le da siete monedas que parecen ser de oro y se dirige hacia la tienda, al abrir la pequeña puerta de madera una pequeña campana se escucha, observa a un señor de cabello largo y blanco, asomarse del mostrador.

-Buenas tardes, señor, venía a comprar una varita, por favor. - Dice mientras me acerca hacia donde él está.

-Buenas tardes, señorita, pero por supuesto -Dice, pero no deja de mirarla, enfoca su mirada hacia su rostro, de repente, su cara se ilumina y la señala- Eres idéntica a tu madre, a Crystal Benedict, pero déjame decirte que tienes el cabello del mismo color de tu padre.

-¿Usted conoció a mis padres? -Responde con sorpresa y cierta ilusión, mientras se acerca más a él.

-Claro que sí, nunca olvidó un rostro, ni mucho menos la varita que lo elige, y se cual es perfecta para ti, solo dígame con que mano toma la varita.

-Con la derecha. -Jasmine extiende su brazo y al instante una cinta con magia empieza a medir desde sus dedos de las manos hasta su codo, junto con algunas medidas más.

El señor Olivanders se adentra hacia el fondo de su tienda, entre estantes y cajas, tarda al menos dos minutos hasta que regresa, entre sus manos trae una caja larga y de ella saca una varita- Madera de ciprés, núcleo de corazón de unicornio, rígida, 29 centímetros, adelante, úsala - Toma la varita de entre sus manos, la siente tan ligera, hace un pequeño movimiento y el lugar se llena de luz, las persianas se mueven gracias a un ligero aire que se siente de repente, sonríe y una pequeña risa se escapa de sus labios- Es perfecta para ti, pequeña Lupin.

Alza su rostro rápidamente cuando escucha como la llama, él le da una ligera sonrisa y se aleja, adentrándose hacia el fondo del establecimiento, deja las monedas que le ha dado su padre en el mueble, tomando de igual manera la caja de su varita y se sale del lugar sintiendo una sensación extraña en su pecho, siente una mano tomar su hombro logrando que ella de un pequeño salto, ve que es su papá y un pequeño suspiro sale de sus labios.

-Vamos a comprarte unas cuantas capas, necesitas tres. ¿Esa es tu varita? woow, es preciosa, se parece a la que pertenecía a tu madre. -Dice mientras ella la guarda en su larga caja de madera.

-¿Lo crees? -Pregunta mientras van caminando hacia otra tienda.

-Lo sé. -Su comentario la hace sonreír, entran al establecimiento y una señora cortando telas los recibe, su papá le dice lo que necesita, la hace subirse a un pequeño pedestal y comienza a tomarme medidas, al final le entrega las capas a su papá y él le paga, salen con demasiadas bolsas y se dirigen hacia el final del callejón, de vuelta al Caldero Chorriante, mientras camina vuelvo a observar todo, ¿de verdad esta es mi vida? , ¿es en serio que yo formó parte de este mundo?, sin darse cuenta llegan al auto y guardan absolutamente todo en la cajuela, al subir al auto suelta un suspiro, mañana era su cumpleaños y lo único que quería de regalo era que el tiempo pasara volando para ya irse a Hogwarts, sólo quería sentirse parte de algo por primera vez, quería saber donde era en realidad era su lugar, su hogar.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2020 ⏰

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Magia en las venas. (H. P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora