¿Dónde está ese cerdo arrogante?

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—Gwen, en serio. Deberías calmarte y dejar de sacar conclusiones de lo que no sabes —me reprendió Leslie por enésima vez —. El que no hayas visto a Gideon en los últimos dos días no significa que esté evitándote.

—Es que no encuentro otra explicación razonable para su repentina desaparición —susurré.

—Tal vez tuvo que cambiar sus horarios y así tener más tiempo para estudiar. La carrera de medicina no es fácil, ¿sabes?

—Es posible, pero de hacerlo me habría avisado y  no estaría lamentándome por él — me quejé.

Mientras caminábamos por los pasillos, pasamos por el antiguo nicho de James e inmediatamente mis ojos le buscaron hasta que recordé que mi amigo fantasma ya no estaba. Gideon y yo el mes anterior, a pesar de ir en contra de las reglas de la Logia de no interferir en el pasado, le proporcionamos la vacuna contra la viruela para salvarle la vida. Por un momento pensé que él no acudiría a mi encuentro como acordamos en el baile organizado por su familia pero finalmente apareció y pude cumplir con mis intenciones. Naturalmente recordar el hecho que no volvería a verle me hizo sumergirme mucho más en la autocompasión.

—¡Hey! ¿Cómo han estado? —saludó Raphael, el hermano de Gideon. Sus ojos verdes tenían un brillo fuera de lo común cuando me miró brevemente, como si supiera algo que yo no. Abrí mi boca para preguntar... no, para ¡exigir! saber dónde demonios estaba su maleducado hermano cuando le habló exclusivamente a Leslie. —Entonces... ¿Sigue en pie lo de esta noche?

—Seguro —le contestó como quien no quiere la cosa, pero pude divisar como ella le fulminaba con la mirada.

—Bien, nos vemos luego —se despidió, dándole un beso en la mejilla a mi mejor amiga y salió disparando hacia quien sabe dónde.

—¡Raphael, espera! —le grité pero no se volteó. Me giré hacia Leslie —¡Genial! Ahora él también me evita, lo que significa que Gideon de verdad está evadiéndome y Raphael lo sabe —pude sentir como mis ojos comenzaban a humedecerse por las lágrimas.

—Gwenny...

—¿Nuestra relación avanza demasiado rápido para él?— Gideon y yo llevábamos un mes de estar juntos y no me quejaba de todos los buenos momentos que pasamos. Y tampoco el parecía pasarla mal; aunque conocía perfectamente su habilidad para mentir. La usó contra mí una vez— Me siento tan desesperada como Bella Swan en la película Luna Nueva...

—Mira—me cortó—. Gideon de Villiers esta locamente enamorado de ti como tú de él. Eso se nota a leguas. Sé que tiene una extraña forma de demostrarlo en algunas ocasiones pero en otras se ha comportado como un caballero contigo. Debe existir alguna explicación para todo esto.

—No le veo de otra. Además, ni siquiera me ha telefoneado. —me lamento.

—¿En serio? —frunció el ceño. —Eso es extraño. ¿No lo has hecho tú?

—Si, pero me salta el contestador y no contesta mis mensajes.

—Tal vez hoy tengas suerte y le veas —intentó animarme—. Ustedes dos no pueden estar separados por mucho tiempo. No llegaron ni a cinco días la última vez.

Desde luego, Leslie se refería a esa vez en la que Gideon admitió haberme manipulado para que me enamorara de él y poder controlarme con facilidad. No fue hasta la noche del baile en la casa de James cuando supe que en realidad estaba enamorado de mí y solo me lo había negado todo con anterioridad para que no muriera de amor por él. Todo un detalle de su parte. Naturalmente esa no fue la única vez que nos peleamos desde aquella vez, pero ninguna duró tanto como esa. Mi estúpido e ingenuo corazoncito de mazapán -material que según Leslie estaba hecho el corazón- latió con fuerzas, esperanzado. Recuerda cómo te fue la última vez que te diste alas, me alertó una voz en el interior, pero estaba demasiado contenta como para escucharla.

La Primera Vez de Gideon y GwenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora