Cap 2

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Siguió caminando por la calle, sola al ser altas horas de la noche. Llegó hasta donde se encontraba su actual hogar, una casita pequeña, muy modesta, pero perfecta para alguien que vivía solo. Entró sin prender las luces, sabiéndose de memoria donde se encontraba cada cosa en aquella sala, pero hubo algo que no se esperó. Sintió a alguien detrás suya, quien le abrazaba con fuerza y le alzaba del suelo, para después aventarlo al sofá. No pudo evitar soltar un grito al sentir como se subía sobre él, impidiéndole cualquier movimiento. Pero cuando una voz conocida salió de su atacante, murmurándole algo como: "Se ve que no cambias", hizo que se detuviera, totalmente confundido.

Fue cuando la luz de la lámpara –que estaba en la mesita un lado del sofá- se encendió, permitiéndole así ver un rostro demasiado conocido.

―¿Zack?

―¿Sabes? Uno creería que al ser un chico de 20 años ya no gritarías como niña cuando se te asusta ―fue la forma de saludar de Zack, quien veía a su hermano con una gran sonrisa. 

Tiempo de sorpresasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora