De vuelta a casa...

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Ash se encontraba confundido mientras miraba las nubes desde su asiento de avión. En su cabeza pasaban demasiadas cosas. Estuvo a un solo combate de hacerse campeón de la región de Kalos. No sabía si quería seguir intentando ser campeón, o relajarse por un tiempo para poder meditar las cosas. Ha vivido tantas aventuras, desde Kanto, su región natal, islas naranja, después Jhoto, la región vecino, luego Hoen, Sinoh, Unova, y por ultimo, Kalos. Visito cada región sin descanso, una tras otra. Tal vez necesitaba un viaje mas tranquilo, sin ponerse alguna meta.

-Tal vez esto no es lo mío- pensó Ash mientras le acariciaba la cabeza a Pikachu, el cual se encontraba dormido en sus piernas.- No, que estoy diciendo, no debo de darme por vencido, estuve a punto de ganar una liga. Tal vez la siguiente sea la definitiva, pero... ¿Y si no?- Ash suelta un pequeño suspiro.

El avión comenzó a aterrizar en Kanto. Ash no paraba de mirar por la ventana. Se veía triste. No quería contarle a su mamá, al profesor Oak, y a sus demás pokémon, que había vuelto a perder.

El avión terminó de aterrizar. Ash empieza a mover a Pikachu, hasta que lo logra despertar. Le sonríe ligeramente.- Ya llegamos, Pikachu.

¡Pika!- Pikachu le sonríe. Se pone sobre el hombro de Ash.

Todos los pasajeros. Incluyendo a Ash y Pikachu. Bajan del avión.

En la salida de la aerolinea del avión en el cual llegó Ash y Pikachu. Se encontraban el profesor Oak, y Delia, la madre de Ash. Los dos esperaban emocionado que Ash y Pikachu salieran por esa puerta. En especial Delia.

-¿Por qué no salen?- Dice Delia preocupada.

-Tranquila- responde Oak.- Acaba de aterrizar el avión, tal vez so...

Oak no termina de hablar por culpa de un grito de emoción que hace Delia al ver que Ash y Pikachu salen de la aerolinea. No pierde ni un segundo y corre a abrazar a su hijo. Ash responde al abrazo.- Ya te extrañaba hijo.- Termina el abrazo. Los dos se miran a la cara. Delia lo agarro de una mejilla.- Pero mira cuanto haz crecido, y ni hablemos de lo guapo que te haz puesto... tu también Pikachu.- Le dice Delia mientras acaricia la cabeza a Pikachu.

-Un gusto verte de nuevo, muchacho.- Dice el profesor Oak mientras camina hacia ellos. Le extiende la mano a Ash.

-Igual, Profesor.- Ash le da la mano. Le sonríe ligeramente.

-Bueno, bueno, mejor vamonos que seguramente ya se están muriendo de hambre.- Menciona Delia.

-Sí.- Ash lo dice sin emoción.

Delia se percata del animo en el cual respondió Ash.- ¿Todo está bien, Ash?.- Pregunta preocupada.

-Sí, es solo que estoy cansado.- Responde con una ligera sonrisa.

-Entonces no perdamos el tiempo, y vámonos para que descanses.- Agrega el profesor Oak mientras toma a Ash y a Delia por la espalda y se los lleva a la salida del aeropuerto.

En todo el camino la mamá de Ash no paraba de hablar, pero solamente el profesor Oak lo ponía atención y le respondia, en cambio Ash no. Por su cabeza no paraba de pensar y recodar todas las veces que ha perdido una liga, en especial la ultima contra Alain y su poderoso Charizard. El único que se dio cuenta en todo el camino que Ash no se encontraba bien, era Pikachu, el cual le hablaba, pero Ash no le hacia caso. Estaba metido en sus pensamientos.

Al llegar a la casa, Ash ignoro por completo el festín había hecho su mamá por su regreso, al igual que los globlos y el cartel de bienvenida que estaba congado en la pared, detrás de la mesa. Simplemente camino directo a su habitación con la cabeza en el suelo.

Delia y el profesor entran a la casa.- Espero que disfrutes lo que te preparé y espero que nos guardes...- Delia se interrumpe al ver que Ash no está. Se preocupa. Suelta un suspiro.- No sé que le pasa. Nunca había vuelto de un viaje de esta manera.

-Tranquila, solo esta cansado.- Le dice el Profesor Oak para animarla.- Veras que mañana, veras al Ash que todos conocemos, saliendo de esa habitación.- Apunta con el dedo a la habitación de Ash.

Delia le sonríe un poco al profesor.- Eso espero.

A las pocas horas se hace de noche. Ash sigue estando acostado en la cama. Desde llegó, no se ha levantado, ni si quiera sea quitado los tenis. Solamente ha estado mirando al techo. No puede parar de pensar en todas su derrotas, es algo que lo ha estado consumiendo desde su ultima batalla. Él siente completamente la culpa. Sus pokémon, principalente, su Greninja, lo dió todo, en cambio el siente que él no. Deja de mirar al techo, y centra su mirada en Pikachu, el cual está durmiendo en la esquina de la cama.

-¿Soy un mal entrenador?- dice Ash sin esperar alguna respuesta. Sus ojos comienzan a ponerse llorosos. Está a punto de llorar, pero se niega a hacerlo.- Merecen un mejor entrenador.- agrega antes de ponerse de pie.

Ash mira el reloj que tiene arriba del mueble que se encuentra a un lado de su cama. El reloj tiene forma del pokémon Voltorb, y sobresale con un alambre, un pequeño Pidgey. El reloj marca que son las 2:24 AM. Toma su gorra que se le cayó al ponerse de pie. Se la coloca y sale la habitación. Para después, en silencio, salir de la casa.

Camina de manera despacia y lenta por el bosque que se encuentra a unos metros de la casa. Intenta aclarar su mente mirando los paisajes, y a los pokémon descansando (Rattatas, Pidgeys, Cartepies, etc...) pero no lo logra. Después de unos minutos de caminar, logra llegar a un pequeño lago donde al rededor hay bancas para sentarse y apreciar el pasaje.

En el lago se puede ver el gran y hermoso reflejo de una luna llena. Junto a una pequeña brisa fresca. Ash simplemente mira hacia enfrente. Se ve mas tranquilo. El ver el lago, lo hace pensar en todo lo que vivió antes de iniciar su viaje, principalmente cuando estaba pescando, justo un día antes de iniciar su viaje.

Mira al suelo. Toma la pequeña piedra que se encuentra a un lado de su pie. Se levanta. Hace fuerza en la mano que tiene la piedra.- Tal vez mi destino no es ser maestro pokémon.- Arroja la piedra con fuerza. Rebota en el lago tres veces antes de hundirse. No aguanta más y comienzan a salir lágrimas de sus ojos. Vuelve a sentarse. Mira al suelo mientras apoya sus manos en sus piernas.- Soy un fracaso... tantos años, tantos entremaientos, desafios, peleas, para al final perder... no sirvo para esto.- Termina por soltarse en llanto.


Una Aventura Diferente (Advanceshipping)Where stories live. Discover now