第三集

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Los días pasaron como cualquier otro, desde hace unos días me había vuelto el juez en Karmaland, mi deber era hacer juicios junto a la ayuda de Fargan y Alexby, y justo hoy se celebraba uno de esos

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Los días pasaron como cualquier otro, desde hace unos días me había vuelto el juez en Karmaland, mi deber era hacer juicios junto a la ayuda de Fargan y Alexby, y justo hoy se celebraba uno de esos.

Las butacas se llenaron con algunos aldeanos dejando en la primera fila a los acusados y a sus abogados. Esta vez era Rubius el demandante del juicio. La bulla se hizo nula cuando Luzu, el alcalde, se presentó al juicio contra Mangel. Las puertas de cerraron detrás suyo, y fue señal para dar inicio al juicio con un golpe de mi martillo.

ㅡ Damos inicio al juicio contra Mangel de manos de Rubius. ㅡ

Señale al acusado y al demandante en juicio, ambos se miraron a ver sin emoción alguna, era obvio a que iba todo esto.

ㅡ ¡Exijo que Mangel sea encarcelado por un mes! ¡Me ha explotado la mitad del huerto que se llevo la mitad de mi casa! ㅡ

Rubius exigió con enojo, todos en la corte murmuraban en sus lugares, Mangel sólo sonreía.

ㅡ Denegado. Hasta que no se encuentre el porque del atentado, aquí nadie irá a cárcel. ㅡ

Demande mientras hacía mi martillo retumbar por las paredes, todos guardaron silencio expectantes a Mangel que se había puesto de pie.

ㅡ Objeción mi señoría. Nadie tiene pruebas de que fui yo quien hizo el atentado, cualquiera en esta Corte podría haber sido. ㅡ

Su semblante tan burlon lo delataba, esa sonrisa tan confiada era la muestra más obvia de su sentencia. Pero como un juez justo que era no iba a darlo tan fácil.

ㅡ Denegado. A lo que está escrito aquí, parece que hay un testigo en contra suya, Sr. Mangel. ㅡ

Y así comenzó una disputa que duró casi tres horas donde los gritos de Rubius, las risas burlonas de Mangel, las objeciones de los abogados Vegetta y Willy, donde todo nos llevó a la conclusión de que Mangel sólo iba a durar dos días dentro de cárcel, custodiado por nuestro buen Alexby.

La corte dio fin junto a mi último martillazo, Alexby llevaba custodiado a Mangel a la estación de policía seguido de Fargan; Vegetta y Rubius iban tan felices porque al fin se había hecho justicia seguidos de Willy que sólo les iba en contraria a lo que decían. En cambio yo me tomé el tiempo suficiente para tomar mis cosas y cambiarme de ropa.

ㅡ Muy buen juicio, Juez Auron. ㅡ

La voz tan suave de Luzu me hizo estremecer por completo, mis latidos habían aumentado de sobremanera, mis manos temblaron enseguida. Mi debilidad estaba detrás mío.

ㅡ Gracias, Luzu. ¿Lo hice bien? ㅡ

Pregunté, algo que se me hizo raro de mi mismo ya que yo era tan seguro de lo que hacía pero... que Luzu me dijera que lo hice bien... lo necesitaba de alguna manera.

ㅡ Estuviste genial ahí arriba ㅡ

Su voz sacudió mi cuerpo de sobremanera, el olor de lavandas alrededor se hizo presente nuevamente en lo que iba de este mes, la sensación de burbujas en la boca del estómago era nuevo para mí, esta sensación era tan extraña...

Sin darme cuenta me sentía mareado, con algo de náuseas invadiendo poco a poco cada centímetro de mi cuerpo, mire a Luzu y este sólo me miraba con preocupación.

ㅡ ¿Estas bien, Auron? Te vez muy... pálido. ㅡ

Comencé a toser de la nada, las ganas de vomitar se habían hecho aún más fuerte, necesitaba correr rápido a la seguridad de mi casa.

ㅡ Lo... Hgm... Siento Luzu, necesito... Hgm... Llegar a casa. ㅡ

La cara de Luzu era una mueca ahora mismo, no necesitaba que me vieras así, no me mires así... Me haces ver tan débil.

Tome mis cosas lo más rápido posible, por suerte mi casa no estaba tan lejos del pueblo con correr era suficiente para llegar a tiempo. Pasé a un lado de ti, con una mano tapando mi boca y con la otra sujetando mis cosas, era llegar ahora o nunca.

Apenas di un paso dentro de la gran construcción que era mi hogar, el baño era lo único que anhelaba ahora mismo. Corrí escaleras abajo pasando delante de Adam, no era momento para detenerme. Apenas di el primer paso dentro del pequeño cuarto cuando lo que menos esperaba sucedió.

Delante mío, la escena más grotesca se hacía presente. Las inmensas ganas de devolver lo que fuera que me había hecho mal era tan aterrador, de mi boca salían pétalos de lavandas moradas, un hermoso color para una hermosa flor, pero desagradable para lo que miraba.

Mi cuerpo tembló, yo grité del terror. Esto no era normal, no podía serlo, esto era algún hechizo horrible. No, justamente no podía pasarme esto a mi, y menos ahora.

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Hanahaki Disease | LuzuPlay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora