Hanahaki Disease | LuzuPlay

第六集

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Llevaba días evitando a Luzu por completo, desde mi plática con Merlon algo en mi interior había comenzado a sentirse extraño, débil en su mayoría. Ya no quería hacer lo de siempre, ir a picar a la mina comenzaba a artarme por completo.

Eran días los que llevaba encerrado dentro de mi casa, ya no quería salir de su interior, un miedo crecía en mi cada vez más cuando pensaba en lo que podría pasar, morir por un amor unilateral me era aterrador. ¿Y si Luzu no se sentía igual? ¿Acaso me quería como yo había comenzado a quererle?

Eran muchas preguntas sin una sola respuesta, los días se me hacían eternos si no fuera por las visitas constantes de Fargan. Gracias al de máscara de búho me puse al día de los sucesos en mi ausencia.

ㅡ Y fue así como la rata de Willy me puso minas, otra vez, en el huerto de zanahorias. ㅡ

Contó con una falsa molestia en su rostro que me hizo reír por primera vez en lo que iba del día.

ㅡ Ostia, deberías meterle una cuantas tu en su invernadero. ㅡ

Aconseje tomando del vaso de agua que Mónica, minutos atrás, nos había traído a Fargan y a mi. Mi mejor amigo río y le seguí. Era una risa tan contagiosa, tan suya propia.

Entre risa y risa la puerta sonó con tres golpes en la fría madera, conocía bien esos golpes y sabía que se trataba de Adam. Suspiré, ya me imaginaba de que iba.

ㅡ ¿Puedo pasar? ㅡ

Preguntó. Con un suave "pasé" fue lo necesario para que la puerta se abriera con lentitud, dejando ver parte del rostro de mi roomie.

ㅡ ¿Pasa algo, Adam? ㅡ

El azabache me miró y luego miró a Fargan, su silencio se sentía tan pesado. Era la primera vez que lo veía tan serio a mi roomie. Mi cuerpo se tenso cuando volvió a mirarme.

ㅡ Auron. Te están buscando fuera. ㅡ

Su tono se escuchaba tan duro, como si piedras salieran en forma de palabras. Su mandíbula estaba tensa, sus puños apretados a sus costados.

ㅡ ¿Quién? ㅡ

Su expresión se suavizó, al parecer el mencionar el nombre de esa persona le resultaba cálido, pues quien no cuando se trataba del causante de mi enfermedad.

ㅡ Es Luzu. Ha venido a verte. ㅡ

Fargan me miró enseguida, esperando a mi reacción al sólo pronunciar su nombre. El castaño se encontraba al tanto de mi charla con Merlon, de lo que mi amor hacia Luzu estaba provocando en mi interior. Mi estómago gruñó enseguida en que mi corazón latió al imaginar a Luzu detrás de la puerta, esperando a entrar.

ㅡ Auron... ㅡ

Ese tono preocupado de Fargan me revolvía el estómago, no quería que mi mejor amigo se preocupara por mi, no, nadie debía preocuparse por mi, era yo el único que tenía la culpa por enamorarme de ese ser tan especial.

Mire a Fargan con enojo, él muy bien sabía de lo que opinaba al respeto de que se preocupara por mí, pero lo entendía, él me quería, e imaginarse vivir sin mi le doleria mucho. Fargan lo entendió al instante pues reía con fuerza.

ㅡ Vale, Vale. No me volveré a preocupar por ti, tonto. Pero sabes, es inevitable no hacerlo. ㅡ

Se levantó de la cama con pesadez, su mochila descansaba en la orilla de esta. Miró a Adam antes de tomar su pico y espada de diamante e irse de la habitación. El azabache miraba al suelo sin hablar, esperando alguna respuesta de mi parte.

ㅡ Dile que pase, por favor. ㅡ

Adam asintió enseguida saliendo de la habitación sin mirar atrás, sus pasos por el pasillo retumbaban por las paredes hasta perderse en el final. Mi corazón latía con fuerza, mis manos sudaban encima de las colchas. Tenía miedo, miedo a como mi cuerpo reaccionaria a su presencia. No pasó mucho cuando nuevamente se escucharon tres golpes sutiles sobre la madera de la puerta. Un suave "pasé" logró salir sin tartamudear, estaba nervioso.

ㅡ Auron, ¿Cómo estás? ㅡ

Esa voz, tan suave al pronunciar, tan suave al oído humano. Él estaba ahí, preocupándose por mí. Por mí y sólo por mí. Mi corazón volvió a latir con sólo pensarlo.

ㅡ Estoy... bien. He estado bien. ㅡ

Desde la última vez que lo vi en la cima de su montaña, vigilando que Karmaland estuviera bien a su mando. Desde que su mirada conecto con lo mía a lo lejos, desde que mis sentimientos comenzaron a tener forma. Luzu era mi todo, y él no lo sabía aún.

ㅡ Gracias a Dios. Me tenías muy preocupado, Auronsito. ㅡ

Su suspiro me hizo temblar, ese apodo tan único que tenía a mi persona me hizo ruborizar. Mi rostro ardía sin más, dejando alguna evidencia de mi actitud a su persona. Luzu me miró.

ㅡ ¡Auron! ¿Tienes fiebre? Estás rojizimo. ㅡ

Fue sólo un parpadeo cuando Luzu estaba escasos centímetros de mi rostro, su mano sobre mí frente tomándome la temperatura, sus delgados y finos labios estaban delante mío, tentandome sin saberlo. ¿Sabrán a cereza sus labios? ¿Será que tengan ese sabor a vinito? Preguntas que seguirán incógnitas en mi memoria.

Unas ganas inmensas de regresar me invadió, una arcada nos alertó a los dos. Estaba sucediendo por segunda vez en dos semanas, ésto era horrible. ¿Por qué a mí? ¿Por qué tenía que vomitar flores por ti?

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