03.9

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Sou in wonderland

«¡Ya pueden ir a jugar, niños!» había dicho la maestra, y en consecuencia, un pequeño grupo de seis niños se encontraban caminando entre los árboles en búsqueda de algún tesoro oculto.

—¿Dónde creen que sea el mejor lugar para cavar? —preguntó Shintaro.

—¡Aquí, aquí! ¡Vamos a buscar palos! —exclamó Naruse marcando fuertemente la tierra bajo sus pies con la zapatilla.

—Acompáñame, Sou-kun. —Eve lo tomó de la mano antes de que alguien más lo hiciera y se alejaron caminando, observando los alrededores para ver si por suerte encontraban algo útil para hacer el pozo.

Podían escuchar a los pájaros cantar y sentir como la fresca brisa les desordenaba el cabello. Era un buen día; el sol seguía en lo alto y cada cierto tiempo alguna que otra nube a merced del viento  lo ocultaba temporalmente.

El menor volteó al escuchar el suave susurrar de unas hojas tras él.

—¿Eve-kun, qué fue eso?

—Algún animalillo, supongo —respondió volteando también.

Sou se apresuró en soltar su mano para acercarse al arbusto, que se sacudía y no a causa del viento. Con el corazón golpeándole el pecho, emocionado por lo que le esperaba, se acunclilló sobre el suelo y se inclinó sobre el arbusto. Sus ojitos azules brillaron al lograr divisar un lindo conejo blanco con manchas marrones, moviendo su naricita. Las ramas volvieron a sacudirse cuando empezó a rascar su cuello con una pata trasera.

—¡Eve-kun, ven, mira, un conejo! —lo llamó ansiosamente apuntando al montón de hojas verdes con un dedo y la otra mano sobre su mejilla junto a una gran sonrisa.

—¿Hum? —Se inclinó e intentó ver lo que se escondía entre las ramas. —Aww. Un conejito. ¡Qué lindo! —Lo miró enternecido.

—Sí que lo es, ¿crees que pueda acariciarlo?

—Mm, no sé. ¿Y si te muerde?

—Lo dudo.

—Ten cuidado.

El contrario asintió, y  no le importó ensuciarse al arrodillarse sobre la tierra; adentró su brazo en el arbusto y no se detuvo hasta que sintió un aterciopelado pelaje.

—¡Es muy suave!

—¿En serio? Quiero intentarlo tambi-

Habría terminado la oración si el chillido por parte de Sou no le hubiese interrumpido. El menor quitó el brazo del arbusto como si este lo hubiera quemado y se levantó del suelo casi de un salto.

—Me mordió —dijo atónito con la mirada clavada sobre su dedo índice, que sostenía entre los dedos de la otra mano.

—Dije que tuvieras cuidado. Déjame ver ¿hay sangre? —se preocupó el más alto.

Una pequeña gota, que poco a poco aumentaba en tamaño, se asomó por la fisura de su piel. Su rostro palideció súbitamente.

—S-sangr-e. —Sus ojos se desorbitaban al tiempo que se humedecían y su respiración se irregularizaba —EL CONEJO ME MORDIÓ, VOY A MORIR.

—¿Q-qué? Sou, no digas eso, tranquilo —dijo serio, tomando sus hombros para intentar calmarlo.

—¡N-no! ¡Me sale sangre! ¡Sangre! ¡Voy a morir desangrado! —Sacudió su cabeza de lado a lado, agitando su cabello castaño mientras cerraba con fuerza sus párpados, de donde empezaron a brotar pequeñas lagrimitas. —¡No me quiero morir, Eve-kun!

Arrogancia Rosa ❲Eve×Sou❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora